Para los esclavistas del nuevo orden mundial que están respaldados por la ONU (su plan 2030 ) y sus filiales, apoyados por los sistemas financieros que controlan todo tipo de banca y por gobiernos y partidos políticos peleles de las oligarquías requieren, para lograr sus objetivos de control y sumisión de los países, que los sistemas políticos democráticos funcionen con alto grado de apatía e irresponsabilidad por las masas y algunos sectores sociales.
En el caso de México los esclavistas tienen bajo su dominio al poder ejecutivo de la federación, parte de las cámaras, a los partidos políticos que le siguen y algunos gobernadores, todo siguiendo a pie juntillas las órdenes que les asignan a cambio de darles jugosos negocios que les rinden gran cantidad de dinero.
Para los esclavistas es indispensable el control de los pueblos por medio del control de las mentes y las formas de pensar, su propósito es establecer un totalitarismo tecnotrónico.
Aclaremos que es un totalitarismo tecnotrónico; El origen de la visión tecnocrática se encuentra en la filosofía de Immanuel Kant, quien estableció, en el siglo XVIII, que el único conocimiento posible es el conocimiento científico, desechando así el conocimiento propiamente filosófico capaz de dar respuesta al ‘por qué’ de todas las cosa. Tal perspectiva fue adoptada de inmediato por el ‘socialismo utópico’ de Henri de Saint Simón y más adelante por el ‘positivismo’ de Augusto Comte, lo que indujo a las comunidades científicas a legitimar su convicción de ser una nueva forma de poder. Así, la Tecnocracia pasó a ser una aspiración ideal y práctica a una nueva forma de gobierno no político.
Continuando; ¿Quienes son tecnócratas en la actualidad? He aquí la respuesta de uno de sus más destacados ideólogos: Zbigniew Brzezinski (1928-2017): “Hoy asistimos a la aparición de élites transnacionales compuestas por hombres de negocios internacionales, académicos, profesionales y funcionarios públicos. Los lazos de estas ‘nuevas élites’ trascienden las fronteras nacionales, sus perspectivas no están limitadas por las tradiciones nacionales y su interés es más funcional que nacional. Estas comunidades globales están ganando fuerza y es probable que en poco tiempo más las élites sociales de la mayoría de los países más adelantados sean altamente internacionalistas o globalistas en espíritu y actitud.”
Para Jacquez Maritain “La tecnocracia, es decir, la tecnología comprendida y reverenciada de manera tal que excluya cualquier sabiduría superior y todo esfuerzo por comprender algo distinto de los fenómenos calculables, no deja en la vida humana sino las relaciones de fuerza o, cuando más, las de placer, y desemboca necesariamente en una filosofía de la dominación. Una sociedad tecnocrática no es sino una sociedad totalitaria.”.
Saber qué planean los esclavistas es importante; ¿Cuáles son los propósitos de tales comunidades globales? Son, simplemente, reemplazar un sistema ineficiente, el sistema político, por un sistema eficiente, la globalización económica.
Para Brzezinski; “La nación-estado, como unidad fundamental de la vida organizada del hombre, ha cesado de ser la fuerza creativa principal: la banca internacional y las corporaciones multinacionales están actuando y planeando en términos mucho más avanzados que los conceptos políticos de la nación-estado.” .
Para David Rockefeller , tal vez el más destacado de todos los globalizadores, completó esta idea en forma por demás categórica: “El mundo es ahora mucho más sofisticado y está preparado para marchar hacia un GOBIERNO MUNDIAL. La SOBERANÍA SUPRANACIONAL de una élite intelectual y de banqueros mundiales es seguramente preferible a la autodeterminación nacional practicada en los siglos pasados.”La expresión “soberanía supranacional”, referida a la banca internacional y a las corporaciones multinacionales y presentada en oposición a la “autodeterminación nacional” de los países individualmente considerados, es un ataque desembozado a la democracia representativa. Está basado en lo que constituye la convicción fundamental de los tecnócratas: ‘Los problemas que aquejan a la población mundial sólo pueden ser solucionados bajo la dirección de los técnicos y especialistas que los conocen a fondo y no por gobiernos políticos, elegidos por mayorías ignorantes, que de hecho solamente se preocupan de conservar el poder para beneficio propio, ya sea económico o ideológico’.
Conclusión: Estos fines globalizadores crean de inmediato una incertidumbre sin respuestas a interrogantes fundamentales: ¿Un mundo sin participación popular, sin autoridades electas, sin convivencia nacional jurídicamente organizada y, por tanto, sin derechos ni obligaciones personales ni sociales? O sea, ¿Un sistema definido exclusivamente por su eficiencia económica? ¿Qué es esto, sino un sistema tanto o más totalitario que los sistemas más totalitarios concebidos por la mente humana?, La finalidad es tener una sociedad totalmente robotizada al servicio de la economía
Las entidades más importantes dedicadas a organizar estas reuniones son el Grupo Bilderberg (Bilderberg Group), establecido en Europa 1954, y la Comisión Trilateral (Trilateral Commission), creada por David Rockefeller con la colaboración del académico Zbigniew Brzezinski en 1973, para favorecer la colaboración de los intelectuales de Estados Unidos, Europa y Japón.
Ambas organizaciones son consideradas como los centros globalizadores más poderosos, porque presentan una aceptación directa del ideal de un “gobierno mundial”. En otras palabras, éste es el lugar de encuentro teórico y práctico de la globalización con la tecnocracia como su ideología, a niveles de poderío económico y tecnológico difíciles siquiera de imaginar, en cuanto implican la disponibilidad a manos llenas de los recursos necesarios para alcanzar sin mayores limitaciones sus objetivos de control mundial. Para los esclavistas hay tres peligros que superar para imponerse en las naciones, a saber: El poder de los medios de comunicación; La movilización de los sectores marginales (Es aquélla a la que no han llegado las estructuras, las normas o los valores de la modernidad) y la influencia de los científicos e intelectuales católicos. La tarea es subyugarlos o desaparecerlos. Usted lector dice la última palabra.