La Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, acaba de rendir homenaje a Salvador Allende, con motivo del 52 aniversario de su muerte causada por el golpe de estado de Augusto Pinochet, el 11 de septiembre de 1973, en Santiago de Chile; por haber sido el primer izquierdista que llegó a la Presidencia de la República, con los votos del pueblo y ser un ejemplo de demócrata.
En 1970, Chile vivía la necesidad de una transformación para que el pueblo tuviera más y mejor bienestar y para lograrlo vio la oportunidad en las elecciones presidenciales, en las que la Unidad Popular, conformada por partidos y grupos de centro izquierda progresistas, postuló para Presidente de la República, al doctor Salvador Allende.
Salvador Allende, era un médico humanista con sentido social, que había militado siempre en los partidos de la izquierda que como Senador de la República, promovió reformas sociales y económicas, en beneficio de las grandes mayorías.
Los conservadores hicieron todo lo posible para que la Unidad Popular, no ganara las elecciones, derrochando millones de pesos, asesinando a un alto mando militar, realizando actos de terrorismo, manipulando con los medios de comunicación, a base de mentiras, difamaciones y calumnias.
Pero todo eso no les alcanzó para que Salvador Allende, quien ya había perdido las elecciones presidenciales de 1952, 1958 y 1964; ganara al ex presidente Jorge Alessandri y a Radomiro Tomic; asumiendo la Presidencia de la República en 1970, desde donde empezó las reformas sociales y económicas prometidas en campaña; nacionalizando el cobre, bajando tasas de interés, montos de los arrendamientos, etcétera.
Por lo que los opositores a esas reformas inmediatamente por todos los medios empezaron a atacar al Presidente Allende; habiéndole hecho mucho daño al país la huelga de los camioneros que sumieron en el desabasto de víveres a la población, que ellos promovieron; lo que desató mucha inconformidad contra el gobierno.
En 1972, México tuvo el privilegio de tener a Salvador Allende, en la Universidad de Guadalajara, en donde se encuentra su busto, y en donde pronunció un memorable discurso en que destacó: “ser joven y no ser revolucionario, es una contradicción hasta biológica”; y “hay jóvenes viejos y hay viejos jóvenes, y yo soy uno de ellos” (tenía 62 años).
Richard M. Nixon, como Presidente y Henry Kissinger, como secretario de Estado, prepararon y orquestaron el golpe de Estado en contra de Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973, utilizando al chacal Augusto Pinochet, a quien Allende había designado como Jefe de las Fuerzas Militares, y quien imponiendo el terror causó la muerte, la desaparición, el encarcelamiento y el exilio de miles de chilenos.
Podríamos hacer un símil diciendo que Francisco I. Madero, es el Salvador Allende; y que Victoriano Huerta, es el Augusto Pinochet, en Chile; cuyos chacales traicionando la confianza de esos dos buenos y grandes hombres de la historia causaron sus muertes y el desasosiego de sus países.
La lección de Salvador Allende, es que no hay necesidad de manipulación con mentiras, difamaciones y calumnias, de los opositores, para tumbar a un gobierno; pues para derrocarlos están los programas sociales ofreciéndoles el máximo bienestar a los electores para que voten por los conservadores
Salvador Allende Gossens, fue el primer socialista en el mundo en llegar a una Presidencia de la República, por la vía Constitucional, mediante elecciones libres y secretas; por lo que por eso está presente en la historia como uno de los más grandes demócratas.
La historia condenó a Nixon y a Pinochet por el golpe de Estado a Allende; para toda la eternidad.
Que Trump no caiga en ese mismo error histórico derrocando a un Presidente de América o de cualquier parte del mundo; como está amagando hacerlo con Nicolás Maduro, en Venezuela.