El 3 de julio de 1955, siendo Presidente de la República, Adolfo Ruiz Cortines ARC, por vez primera en la historia de México, votó la mujer en las elecciones para elegir a diputados federales, después de que el 17 de octubre de 1953, ARC, publicó la reforma constitucional otorgando el voto a la mujer en lo municipal, estatal y federal; pues en 1947, durante la Presidencia de Miguel Alemán Valdés, se permitió votar a las mujeres pero únicamente en elecciones municipales.
Este derecho del voto a la mujer no fue una concesión gratuita de los gobiernos, sino el resultado de una larga y penosa lucha de mujeres en todo el mundo; siendo el gobierno de Nueva Zelanda, el primero en concedérselo el 19 de septiembre de 1893; que alentó en México, entre otras, a Elvia Carrillo Puerto, a continuarla con un gran activismo siendo elegida diputada para el Congreso de Yucatán en 1923; en donde el Congreso Local interpretando que si la Constitución de 1917, no permitía las elecciones de mujeres para diputadas locales, tampoco las prohibía.
Es conveniente recordar que para votar y ser votado se debe tener la ciudadanía, que es un derecho político que originalmente la Constitución concedía a los mexicanos mayores de 18 años, estando casados, y de 21 años solteros, derogándose esta última edad y sin importar el estado civil, en 1969, siendo Presidente de la República, Gustavo Díaz Ordaz.
Como consecuencia de todo lo anterior, siendo Presidente de la República, José López Portillo, en 1979 se eligió a la primera gobernadora de México, Griselda Álvarez Ponce de León, de Colima; y de allí en adelante ha habido muchas alcaldesas, diputadas locales, diputadas federales, senadoras y gobernadoras; habiendo actualmente casi paridad de mujeres y hombres en el Congreso de la Unión.
Este largo y lento proceso de madurez política para que se le reconociera la ciudadanía a las mujeres en México; el 2 de junio de 2024, llegó a su cenit, al tener como primera Presidenta de la República, en la historia de México, a una mujer, Claudia Sheinbaum Pardo, quien resultó ganadora con alrededor de 36 millones de votos.
Como la misma Presidenta lo ha dicho, y con lo que estamos plenamente de acuerdo con ella, palabras más palabras menos, la mujer por su propia naturaleza, es más prudente, más discreta y reservada, mejor administradora; y lo decimos nosotros, ojalá y también a 70 años de que se le concedió el voto, sea mucho mejor gobernante.