Mucho se ha dicho en torno al video de la influencer Cristina Calvo, donde menciona que, leer es “solamente un hobby” y que no es necesario realizar esta actividad para vivir.
En efecto, no necesitamos leer para poder vivir, sin embargo, no hacerlo, nos limita a creer lo que otros dicen, a no debatir por falta de argumentos, a no viajar y/o conocer otros lugares desde la comodidad de nuestro sillón, entre muchas otras más.
Leer va más allá de un simple hobby, o una actividad que esté “de moda” ... leer es todo un arte y, más aún, un acto de amor propio.
Cuando leemos, generamos una conexión con el libro y, en ocasiones, hasta con el autor.
Los primeros libros, algunos o la mayoría de ellos, se editaron en la oscuridad de lo prohibido, de ahí que se derive su gran importancia... ¡Estaba prohibido leer!
Aprender era una actividad propia de los que social o económicamente estaban mejor acomodados y, si nos vamos aún más atrás, era una actividad propia de los hombres y nada más, cero tolerancias a la alfabetización de las mujeres.
Entonces, ¿por qué creer que leer no es una actividad importante? Si bien, no es una necesidad biológica como la de respirar, si es una actividad que tiene múltiples beneficios.
Nuestro cerebro trabaja mejor, nos ayuda a mejorar nuestro vocabulario y, aunque mucho se ha deformado la manera en la que nos comunicamos al escribir, por la rapidez con la que lo hacemos, no deja de ser importante el uso correcto de las palabras.
Antes de hacer un vídeo o una película, se tiene que leer un guion, guion que alguien escribió y que aprendió de aquello que leyó e investigó. Tan es así, que varias películas están basadas en libros y, al preguntarle a las personas qué prefieren, si la película o el libro, contestan en su mayoría, que el libro.
La película está editada, resumida, acortada; mientras que los libros son tan explícitos, que uno no creería todo lo que la mente humana es capaz de crear.
Además, leer nos permite empatizar con los personajes, desde los cuentos, hasta complicadas novelas, los personajes nos enseñan historias con las cuales nos sentimos identificados y de las que, en muchas ocasiones, podemos tomar como un referente para entender o comprender, nuestras propias emociones y las de los demás.
Leer es un acto de amor, de encuentro contigo mismo al desconectarte por completo del mundo exterior. Estamos tan sumergidos en las redes sociales y lo que los demás dicen de otros, que hemos perdido la capacidad de discernir entre lo que es valioso y lo que no lo es. Nuestro cerebro pierde la capacidad de concentración y de comprensión, en cambio, leer te permite expandir la mente y, mantener activo y en ejercicio a tu cerebro, de ahí que sea un acto de amor por nuestro propio cuerpo, nuestra mente y hasta nuestro espíritu.
Al aprender de nuestra historia, de nuestra cultura, recordamos a quienes nos antecedieron y lo que hicieron para dejarnos un mundo en el que leer es un acto libre y soberano. La valorización de la lengua escrita es una parte fundamental de las bases de una sociedad que se preocupa por enriquecerse cultural y socialmente. Y que, a su vez, permite el ejercicio diario de la libertad de expresión, el trabajo cognitivo y emocional, de todo un bagaje de autores, que nos permiten a través de ellos, conocer, aprender, imaginar, crear, sentir, amar, pensar, vivir y hasta soñar... Y para qué son las alas, sino más que para volar...