La mejor columna política de La Laguna, por SinCensura®

El embate al Poder Judicial ha dado un giro. Aparte de reformar la Constitución para elegir más de mil 600 posiciones de ministros, magistrados y jueces, la mira se dirige a la cabeza.

Sería la ministra presidenta Norma Lucía Piña Hernández, quien tantos desagrados ha causado al presidente de la República desde su designación. Tras su elección el año pasado, marcó distancia del Poder Ejecutivo y en específico de Andrés Manuel López Obrador y los miembros de su gabinete.

La reforma al Poder Judicial propuesta por el Ejecutivo avanza con todas las consecuencias que tendrá sobre el Estado mexicano. Las encuestas previas y los nueve foros organizados por la mayoría parlamentaria de la Cámara baja son el intento oficialista para legitimarla al vapor, en un diálogo aparente sobre decisiones que ya fueron tomadas en el Palacio Nacional, sin que importe lo que digan los jueces, especialistas y medios de comunicación.

Los principales contenidos de la iniciativa generan múltiples dudas sobre el anunciado objetivo de garantizar independencia frente al Poder Ejecutivo. El ejemplo más significativo está en la propuesta de someter a voto popular a ministras, ministros, magistradas, magistrados, juezas y jueces.

¿Cómo podrían ser independientes si el origen de las candidaturas será por la valoración previa del propio presidente de la República, de las mayorías parlamentarias de Morena y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ya dividida en su composición actual?

Además, cómo harían campaña sin caer en los brazos de los partidos, cuando no tendrían financiamiento público o privado y solo accederían a tiempos en radio y televisión distribuidos por el INE y a algunos foros que la autoridad electoral organizaría, de aprobarse la reforma.

¿Cómo se va a respetar la carrera judicial que exige de cualquier juez de Distrito entre 15 y 20 años de preparación y ser sometidos a rigurosos exámenes para ocupar esas posiciones? ¿Cómo es que los integrantes del Poder Judicial participarían en igualdad de condiciones cuándo el filtro para la postulación de candidaturas será el visto bueno del oficialismo que impedirá el paso a todas aquellas personas que se califiquen como no afines al proyecto de la 4T?

Durante los cinco años y medio del actual sexenio la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sido uno de los pilares que mantienen a flote nuestra democracia, con sentencias que sirvieron como auténticos muros de contención ante la voracidad del poder y que hoy se desvanecen por el efecto inmediato del triunfo electoral del Plan C.

El primero de los foros ofreció un espectáculo terrible para el país luego de que las y los ministros, en especial quienes son señalados como opositores al sistema, tuvieron que optar entre asistir o no hacerlo, a un espacio que los ridiculizó, pero que al menos significó la posibilidad de subrayar algunos peligros que conlleva la reforma.

Es una reforma que no busca corregir y transformar al Poder Judicial para bien del país, sino que cobra facturas y destila rencores expresados en la mezquindad de Arturo Zaldívar, pues si su diagnóstico sobre la justicia en México fuese cierto, él sería uno de los principales responsables luego de presidir a la Corte, donde se benefició y luego traicionó por congraciarse con el poder.

Fue una decisión ventajosa y poco ética propiciar que él cerrara el primer foro, pero esos son los signos de las nuevas realidades. La aprobación constitucional de la reforma dependerá de dos o tres votos en el senado, ya veremos más adelante quiénes sostienen al Estado de Derecho y su división de poderes o simplemente lo echan por la borda.

El INE ya dijo que todavía no calcula cuánto podría costar la elección de ministros y jueces a través del voto popular. Ricardo Monreal había dicho que 3 mil 500 millones de pesos, pero es una cifra suya de la cual se deslindó el INE.

El presupuesto del ejercicio no es un tema menor. Antes de cualquier movimiento se tiene que destinar una partida en el presupuesto 2025, de otra manera la reforma no será materialmente factible.

De cara a la Asamblea Nacional del Partido Revolucionario Institucional, programada para este domingo 7 de julio, nos dicen que más allá de la posible permanencia de “Alito” Moreno en la dirigencia nacional, vislumbra otro riesgo para el rumbo del partido, en caso de seguir en las manos actuales.

Y es que viendo la debilidad con la que el tricolor va a enfrentar el “segundo piso de la Cuarta Transformación”, dado que uno de sus aliados desapareció y el otro ya de plano se deslindó de él, nos cuentan que quizá en Morena algunos operadores no verían con malos ojos un acercamiento con “Alito”. Solo pedirían, dicen un favor a cambio, casi nada, entrega total del partido durante el próximo sexenio. ¿Se fragua una traición del dirigente? Ya se le hizo costumbre.

Los senadores electos de Morena iniciaron el cabildeo con sus homólogos de la oposición para conseguir entre dos y cuatro votos que les faltarían para aprobar la reforma Judicial, en septiembre próximo. Y donde más buscan es entre priístas y emecistas. No se descarta que al menos un (o hasta dos) tricolor dé su brazo a torcer. El resto, tratarían de obtenerlos de Movimiento Ciudadano.

En Torreón, ¿cómo llegamos a julio? Nosotros —la mayoría de los electores— le dimos al PRI —léase a Román Alberto Cepeda—, nuevamente, un voto de confianza —el poder político— para seguir gobernando Torreón, hasta el 2027. O más claro, impedir que Shamir Fernández ganara las elecciones para evitar que el crimen organizado llegue a nuestra ciudad. Ya está.

Ya estamos ansiosos por conocer cuál será su estrategia política, social y económica, para los próximos tres años de su gobierno municipal.

¿Qué le toca a Román? Le toca rediseñar el futuro gabinete, la ciudadanía exige perfiles con experiencia en el servicio público y sobre todo resultados; no se tolerarán más improvisaciones.

Un problema de esta administración, hasta la fecha, es que no tiene vocero ni un segundo que le ayude en la agenda diaria. La secretaria del Ayuntamiento quedó anulada, lo mismo el primer regidor, y no se diga de la nulidad en comunicación social.

¿Qué problemas podría inventarse? Volver a confrontarse con Manolo Jiménez Salinas —ahora, como gobernador de Coahuila—. O bien, enredarse con sus propias declaraciones.

Incluso, debatir con el ruidoso bla bla bla de los opinólogos y sus intenciones de convertirse en futuro candidato a gobernador en 2029. Lo que no tendría ninguna utilidad. Algo que sus más cercanos colaboradores se desvelan soñando.

Esta semana, el tema de debate entre los grupos de WhatsApp de la grilla, fue el hecho, de que Román dejara plantado a Manolo en el arranque de pavimentación de la colonia Latinoamérica. En los pasillos de la política, se comenta que el tema de Román se está convirtiendo en un verdadero dolor de muelas para el gobernador priista de Coahuila.

Y todo, nos dicen que, por un capricho, pues estaba confirmada la presencia del exsubsecretario de egresos, Xavier Herrera Arroyo, quien, por cierto, es el coordinador territorial en ese sector, el 11A.

Dice la sabiduría popular: “más vale tarde que nunca”. Manolo Jiménez Salinas agradeció de manera muy especial a su amigo Xavier Herrera, porque no se le olvida el apoyo que recibió de parte de él, para llegar a la gubernatura de Coahuila.

Por supuesto que las declaraciones generaron toda clase de especulaciones y apuestas de que Xavier estará contemplado en la lista de nuevos nombramientos del gabinete que anunciará, en breve, el gobernador Manolo Jiménez Salinas.

Recordemos que, Xavier Herrera es quien organizo la primera recepción en Torreón a Manolo con un grupo de empresarios encabezados por el famoso Toño Safa, de hecho, la reunión se registró desde un año antes de que fuera designado candidato del PRI a la gubernatura de Coahuila.

¿A qué tentaciones podría ceder ahora Román? Son dos. Una, la tentación presidencialista. Que alguien le venda la idea que puede lograr acuerdos con la nueva presidenta, algo absurdo. Dos, la tentación de la corrupción rampante y dar el banderazo para que sus funcionarios saqueen el municipio: “quererse comer todo el pastel, él solo”.

En campaña, el proyecto “cepedista” era sumar desde aquí hasta acullá para asegurar un triunfo holgado sobre su contrincante morenista. Pues resulta que, en la segunda quincena de junio, fueron dados de baja cerca de 200 empleados de la nómina por honorarios, en su mayoría perfiles y liderazgos priistas, esos que trabajaron y sudaron la gota en las elecciones pasadas. ¿Se acabo la luna de miel?

Algo similar se rumora va a suceder en el gobierno estatal, se habla de que viene un recorte masivo en todas las áreas. Y que nadie se salva.

Parece que las cosas no le están saliendo del todo bien al gobernador de Coahuila, pues en los últimos tiempos está pasando por algunas horas bajas. Unos dicen que la influencia de su cuestionado antecesor, Miguel Ángel Riquelme, seguiría siendo la principal causa de que las cosas no avancen en nuestro Estado.

Sin embargo, otros, opinan que simplemente el gabinete de Manolo no ha estado a la altura, que no han entendido que este país está cambiando y Coahuila se está quedando rezagado. Pasando los primeros seis meses de gestión, veremos si se empieza a virar.

De hecho, trascendió en círculos del poder, la versión de que Manolo a compartido con alcaldes electos de su partido que, con respecto y agradecimiento a su antecesor, el fin de la era Riquelme ha terminado. A partir de ahora, la era de Manolo ha comenzado.

Así como ya inicio la carrera por la sucesión estatal, prácticamente, el cuadro está definido, van dos hombres y dos mujeres: Javier Diaz y Gabriel Elizondo, Luz Elena Morales y Maria Barbara Cepeda. No hay más.

En el caso de Morena, un partido sin liderazgo ni organización en Coahuila, el panorama es mucho más sencillo, las opciones se reducen a Cecilia Guadiana o Luis Fernando Salazar, la primera lleva mano por el tema de paridad de género.

Y para la alcaldía de Torreón, el círculo todavía es más corto, ahí vienen: el magistrado Miguel Mery Ayup, Xavier Herrera y Verónica Martínez. Sin duda, la decisión del próximo alcalde torreonense corresponderá, exclusivamente, al gobernador Manolo Jiménez Salinas.

En Morena, la carrera política de Shamir Fernández se quedó congelada el 2 de junio. Hoy es un cadáver, quedo inservible. De hecho —sin temor a equivocarnos— quienes pueden aspirar en el futuro a la presidencia municipal de Torreón son: Cintia Cuevas Luis Fernando Salazar y Jorge Luis Moran.

A propósito, que los traidores morenistas que pusieron de carne de cañón, o sea, les pusieron dedo al equipo de Shamir Fernández, el día de la jornada electoral, fueron Cristian López y su asistente Brandon Pérez. Ellos son los responsables de que fracasara la compra de votos. Aquí se lo advertimos a Shamir, pero nunca lo quise creer. Hoy, son sus verdugos.

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