Mediante un comunicado, el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), afirmó que el Sistema Eléctrico Nacional (SNE), tiene garantizado el abasto a la demanda de 47 millones de usuarios que hay en el país. El documento añade que el SEN está preparado para enfrentar la demanda máxima anual, la cual se presenta debido al aumento de la temperatura en verano.
El citado documento fue publicado a mediados del 2023, y apenas unos meses después, la realidad nos demuestra que estamos cerca de sufrir desabasto de energía eléctrica, apagones y desconexiones provocadas por la falta de capacidad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de cumplir con la creciente demanda, que de un año a otro se incrementó en un 9 por ciento, de acuerdo con datos de la propia CENACE.
El trasfondo del problema es la falta de inversión, el hecho de que la actual administración federal se ha negado rotundamente a permitir la participación de la iniciativa privada en la generación de energía, así como la falta de fuentes alternativas de generación de energía, entre estas energías verdes, algo que ya no podrá posponer más el próximo gobierno, si es que no quiere enfrentar el repudio ciudadano.
Y es que apenas el pasado 18 de abril, las alarmas se encendieron en la CENACE, pues ese día el margen de reserva de energía eléctrica fue de apenas el 3.69 por ciento, muy por debajo de la barrera crítica que se establece en el 6 por ciento. No es la primera vez, de hecho, nada más durante el mes de abril, el Servicio Eléctrico Nacional se ha declarado se ha declarado en Estado Operativo de Alerta en 22 ocasiones, es decir, prácticamente una vez al día, lo que nos da una idea de la magnitud del problema que se viene durante los meses de mayores temperaturas, cuando el consumo de energía eléctrica aumenta de manera considerable.
¿Qué pasaría si la reserva de energía eléctrica se estableciera por debajo del 3 por ciento? En ese caso, del que ya estuvimos cerca, se establece lo que se denomina como estado de emergencia operativa, en el que de manera inevitable se recurre a apagones programados. Cuando la red se encuentra al borde del colapso, el Centro Nacional de Control de Energía procede a usuarios del servicio eléctrico, priorizando el sector salud (principalmente clínicas y hospitales); movilidad; telecomunicaciones; y seguridad.
El sector productivo no se encuentra dentro de la lista de usuarios prioritarios, es decir, que prácticamente todos los sectores económicos se quedarían sin energía eléctrica, mientras se restablece la capacidad de suministro. Quienes si están contemplados dentro de la lista de usuarios prioritarios son los burócratas a nivel federal.
Durante este año ya estuvimos cerca de llegar a ese escenario, y aunque la oferta y la demanda promedio varían día a día, como ya se mencionó, a últimas fechas el escenario crítico es ya cosa de todos los días, aunque de ello poco se mencione en las escuetas notas que emite el gobierno de la república al respecto.
En total, en lo que va de 2024 la alerta se ha detonado en 60 ocasiones, lo que da una idea de la fragilidad del Sistema Eléctrico Nacional, rebasado no solo por la demanda sino por la escasez de inversión tanto pública como privada, que permita cubrir la creciente demanda antes de que lleguemos a la hora cero y con ello al colapso.
Cuando eso suceda, porque todo parece indicar que así será, amplios sectores de la población y de los sectores económicos se verán afectados, con el consecuente costo político y económico para el gobierno en turno. Algo así, incluso podría llegar a alterar el resultado de las próximas elecciones, si es que ese escenario se presenta en varias ocasiones antes del próximo 2 de junio.
Por lo pronto, todos nosotros continuamos con nuestra vida cotidiana, encendemos la televisión, la radio, el aire acondicionado, sin siquiera sospechar que debido a la crisis del sistema eléctrico pudiera llegar a presentarse un apagón en cualquier momento. En el gobierno federal nadie dice nada, en los medios de comunicación tampoco, tal parece que la realidad nos golpeará en la cara cuando menos lo esperemos, y a más de 40º centígrados de temperatura. Al tiempo.
