EN LA UADEC, DURMIENDO CON EL ENEMIGO
En la pasada entrega, ya di cuenta de lo abusivo, ventajoso, deshonesto y perverso, que es Salvador Hernández Vélez, quien se dejó caer por su paso por la Universidad Autónoma de Coahuila, pues dejó unas observaciones de la Auditoría Superior de la Federación, por 600 millones de pesos, sin comprobar, pese a que el Tesorero, Jorge Alanís, tiene –o tenía- un contrato con la empresa Turcato, propiedad del ex auditor Plata, por casi un millón de pesos mensuales, que, supuestamente, hacía o hace, las revisiones contables de la Universidad.
Cabe hacer mención, que durante los seis años del rectorado de Salvador, Octavio Pimentel, recibió un mal trato por parte del Rector y varios funcionarios, pues lo menospreciaron, lo bajó de nivel, dentro de la estructura administrativa de la Universidad y hasta hacían burla de él, sin saber que llegaría a ser el nuevo Rector.
La falta de control y autoridad de Salvador, propició, que varios funcionarios nunca le hicieran caso, e incluso, dejó que estos funcionarios, como el Tesorero, Jorge Alanís; el Oficial Mayor, Luis Gutiérrez Flores, entre otros, se movieran para hacer grilla y ser tomados en cuenta para llegar a la rectoría, con tanta efectividad, que, junto con otros personajes, como Alfonso Yáñez, director de la Facultad de Jurisprudencia, fueran invitados por el Gobernador, Manolo Jiménez, a un desayuno, en el que, los comprometió, en aras de la unidad, a que apoyaran a Octavio Pimentel, como candidato único a la Rectoría. Y así salieron de la reunión, todos, jurando disciplinarse y trabajar en torno al candidato único.
Y ¿Qué creen? Comenzando por el Rector, Hernández Vélez, junto con los nombrados anteriormente, todos, sin excepción, hicieron lo contrario.
Una vez iniciada la campaña de Octavio Pimentel, comenzó una feroz campaña de desprestigio hacia el candidato, con un hecho del pasado, en que, supuestamente, Pimentel, había ejercido agresiones contra su ex pareja, cosa totalmente falsa, pues la señora, declaró a los medios, que ella no tenía nada que ver con esa campaña sucia.
Después, al no prosperar esa campaña, algunos personajes involucrados en el grupo que se comprometió con el Gobernador, en el susodicho desayuno, abrieron las puertas del proceso, a agitadores profesionales de Morena, que, no ganan en las urnas, pero quisieron incidir en el curso de la elección para Rector. Éste, es un grupo de agitadores profesionales y de dirigentes de Morena, que han aparecido en otros movimientos de agitación para llevar agua a su molino.
De hecho, Salvador Hernández Vélez, quien es originario de Viesca, Coahuila, en la elección pasada, apoyó a un familiar muy cercano, para que, por Morena, compitiera en busca de la presidencia municipal de ese poblado. Cosa que, tres años después, ese mismo familiar, va a participar como candidato de Morena, en busca del mismo cargo en Viesca.
Cuando Shamir Fernández y Jorge Luis Morán (personajes con mucha carrera dentro del PRI), se fueron a Morena, corrió el rumor de que, también, Salvador, seguiría sus pasos.
Obviamente, con todas estas piedras en el camino, no podría salir bien la elección, pues en las escuelas y facultades, por ejemplo en Torreón, las escuelas que votaron por nuevas elecciones, tienen influencia de Salvador y de Manuel Medina, curiosamente, casi todas ellas, votaron mayoritariamente, por nuevas elecciones. Todo fue muy evidente, por poner un caso: en la Facultad de Ciencias Políticas, el mentado “Bubu”, Juan Carlos, ex director, fue el secretario de Hernández Vélez, cuando iba a Torreón y atendía en la Hemeroteca. Este personaje, operó abiertamente contra Octavio Pimentel, obvio, por instrucciones del ladino, Hernández Vélez y, así, por el estilo.Creo que es tiempo de que, Octavio Pimentel, se deshaga de los titulares de cada dependencia, pues, la mayoría, tienen más de 30 años intercambiando puestos dentro de la administración rectoral. Una buena parte de ellos, están muy maleados y trabajan para su propio beneficio, pues, algunos, tienen sus propias empresas o negocios, que prestan servicios a la Universidad.