CON OCTAVIO PIMENTEL SE VISLUMBRAN MEJORES TIEMPOS PARA LA UAdeC
La Universidad de Coahuila, creada en 1957, cumplió un papel fundamental para la educación superior del norte de México.
En 1973, como casi todas las universidades del país, obtuvo su autonomía, lo que significó un gran paso, pero también, el origen de los problemas que la aquejan hoy en día. Los años setentas, como sabemos, fueron años de agitación estudiantil como reminiscencias, de la represión ejercida por el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz y continuada por el presidente Luis Echeverría.
En ese contexto, se da la autonomía de la Universidad de Coahuila (UAC), donde el activismo político y social, radicalizaron a muchos estudiantes, que serían usados por grupos externos para desestabilizar a gobiernos legalmente constituidos, por medio de manifestaciones, toma de instalaciones, Invasión de predios urbanos y rurales, convertidos en focos de agitación y desestabilización.
Esos mismos grupos externos, fueron, primero, en 1973-78, en los tiempos del rectorado de Melchor de los Santos, los que generaron una etapa de desestabilización en la UAC, que incluyó, la toma del edificio de la Rectoría, por varias semanas interrumpiendo las actividades académicas y llevando al movimiento afuera de las aulas, para ligarlo al un movimiento obrero que desestabiliza la paz y las actividades económicas de la ciudad de Saltillo y tuviera resonancia en la ciudad de Monclova, sede de la empresa, Altos Hornos de México.
Del año 1978 a 1984, siendo Rector, Oscar Villegas Rico, la UAC, vivió una etapa de estabilidad y crecimiento, en todos los aspectos, siendo reconocida como de las mejores del país.
Pero la “Autonomía”, ya comenzaba a cobrar factura. Con nuevos estatutos, estos incorporaron el voto universal, libre y secreto, con lo que, los estudiantes, se empoderaron, comenzando la etapa del alumnismo, donde éstos, ponían y quitaban a las autoridades, a su antojo. Situación, que se convirtió y prohijó la compra de los votos de los alumnos, a través de otorgar calificaciones, organizar fiestas, viajes de “estudio”, regalos de playeras y toda clase de objetos deportivos y de otro tipo.
Para el final del rectorado de Villegas Rico, el propio gobernador, José de las Fuentes (Alias el “Diablo”), reclutó a porros para descarrilar la candidatura a la Rectoría, de su concuño (de Villegas), Valeriano Valdés, a quien había designado, sin tomar en cuenta al Gobernador.
Y así, comenzó una etapa de desestabilización y violencia, que, incluso, cobró varias vidas y decenas de heridos en ese lapso.
Los grupos porriles, eran auspiciados por funcionarios del gobierno de “El Diablo” De las Fuentes, que veían el gran botín que representaba la Universidad, desde el punto de vista económico y político.
Con la llegada del Gobernador, Eliseo Mendoza, trajo con él, a Don Remigio Valdés Gámez, que fuera su colaborador, cuando Eliseo era sub Secretario de Educación superior en la SEP, y, previamente, Remigio, fuera nombrado representante de la UAC en la ciudad de México, para cumplir parcialmente el requisito para ser Rector.
Con Remigio se acabó el porrismo, y, la UAdeC (con Don Remigio, cambiaron la siglas, porque, antes de eso, se confundían la Universidad Autónoma de Colima, con la de Coahuila), comenzó una etapa de institucionalización, dando paso a la estabilidad y desarrollo en todos los aspectos.
Después de Remigio, fue ungido, Alejandro Dávila, quien, como único mérito, fue la construcción de la primera Infoteca, dejando previstos los recursos, para que, en cada Unidad, se contara con una, en vez de atender todas las carencias de las escuelas y facultades, que, hasta la fecha, no cuentan con talleres, laboratorios y equipamiento suficiente para apoyar a la docencia y permitir la realización plena de las prácticas de los estudiantes.
Cabe hacer mención, de uno de los principales lastres de la Universidad, y me refiero, a que después del rectorado de Alejandro Dávila, no ha habido otro Rector, egresado de la Autónoma de Coahuila. Desde que Chema Fraustro, egresado del Tecnológico de Monterrey (ITM), llegara a la Rectoría de la UAdeC (1997- 2001), solo un rector (con un título patito), NO ha sido egresado de ITM.
Esta situación, en que, una universidad pública, sea dirigida por egresados de una institución de alta alcurnia, propició desequilibrios y deformaciones, que la han conducido a un permanente estado de desorden e inestabilidad. Veamos el origen.
Cuando Chema Fraustro llegó a la Rectoría, lo primero que hizo, fue aumentar los sueldos de la, desde entonces, “élite de Tec”, el argumento esgrimido, era, que, en la iniciativa privada -poniendo al Grupo Industrial Saltillo (GIS), de ejemplo, un ejecutivo (egresado del Tec, obviamente), ganaba el doble de lo que ganaban los funcionarios de la UAdeC (cuando yo fui Oficial Mayor y Secretario General, ganaba, alrededor de 45 mil pesos mensuales), cuando entró Chema, subió los sueldos, un promedio de 120 mil pesos. Además, instituyó, que, aparte del incremento a los directores (en proporción a los funcionarios), éstos siguieran recibiendo por un año, su sueldo íntegro, después de terminar su gestión.
¿Qué provocó está desmesura? Qué la grilla y la guerra sucia, se convirtiera en una rutina al interior de las escuelas y facultades, por la lucha por el poder. Y hasta la fecha.
El rectorado de Salvador Hernández Vélez, que está próximo a terminar, se puede calificar de sui generis. Egresado del Tecnológico de La Laguna, con una formación política, más que tecnológica (identificada con la Línea de Masas, muy en boga en los años 70’s y auspiciada por los hermanos Salinas de Gortari), se puede decir, que pasó sin pena ni gloria, con más ocurrencias que propuestas; más protagonismo que efectivismo; con una descomposición y avidez por el dinero, pocas veces visto.
Hay muchas historias como ésta, pero también, hay casos de éxito y de superación en muchos planteles. Pero lo que es deseable, es que todo fuera trabajo, entrega y esfuerzo para que, lo normal, fuera la superación plena de la Universidad.
Así que, después de 33 años, Octavio Pimentel, tiene la gran oportunidad, de convertirse en el próximo Rector egresado de la UAdeC y con una larga trayectoria universitaria.
Vienen tiempos mejores para la UAdeC.