SI ROMÁN -SE ENREDA- PERDÓN, CEPEDA, DICE QUE TAL O CUAL OPERATIVO NO ES POR LUCRO, NO LE CREAN, TODOS, SON LUCRATIVOS
Como dije en un principio sobre la administración de -se enreda- perdón, Cepeda, el bribón alcalde, aprendió muy bien las mañas de su antecesor, Jorge (peje)Zermeño. Un entusiasta recaudador a costillas de los ciudadanos torreonenses. Todos sus operativos, sus inspecciones y campañas, siempre estuvieron encaminadas a obtener grandes ingresos extras para gastarlos a discreción. -se enreda- perdón, Cepeda, también, como (peje)Zermeño, aventó al bolo los recursos para beneficiar a sus hijos, a los amigos de sus hijos, a algunos de sus funcionarios y a sus vástagos.
Pero lo que le aprendió mejor, fue a ocultar toda la información relacionada con esos ingresos extraordinarios, pero además, - se enreda- perdón, Cepeda, lo superó con creces, pues no solo ha ocultado los ingresos extraordinarios, sino, también, los ingresos propios del municipio.
El bribón, hace como que trasparenta, pero solo simula, publica los datos, pero para que no se puedan leer y las consultas o peticiones de transferencia, son un dolor de cabeza.
Sabedor de que a la ciudadanía en general, no le interesa hacer consultas de la forma en que se gastan sus impuestos, publica cualquier cosa en el portal de transparencia, sin llegar a proporcionar todos los datos que está obligado a publicar.
En los últimos meses, me enterado por declaraciones del nefasto presidente, que se adquirieron X cantidad de “Arcos de seguridad”; un madral de cámaras de vigilancia; tantos millones en pavimentación y bacheo, pero no proporciona los datos duros, es decir, al proveedor, si fue por invitación directa, licitación o, lo que más le gusta, por adjudicación directa. Tampoco se sabe a ciencia cierta, las cantidades erogadas y si corresponden, con el número de kilómetros, metros cuadrados o lineales. Nada, limonada.
Hay rubros que son difíciles de evaluar, como la entrega de despensas, los mantenimientos de los pozos, la pintura (mas chafa que la que compara (peje)Zermeño a unos de sus colaboradores), porque vi unos machotes de pintura verde, a todo lo largo del bulevar Revolución, que el mismo día que fue aplicada la pintura, ya no se veía casi nada. Después, me enteré, que eso era lo que delimitaba a la ciclovía. Puras pifias, por no decir pendejadas.
Otros temas candentes, son, las multas por traer polarizados los vidrios de los vehículos (que por cierto, el loquito Rodolfo Walss, hace unos días, recorrió, cámara en mano, el estacionamiento de funcionarios y regidores, mostró, que, más del 60%, de éstos, traen polrizados los vidrios de sus vehículos. Para ellos, ¿también habrá impunidad?. Ah! Pero no sé preocupen, no es con fines recaudatorios, sólo serán 2 mil pesos de multa y es para prevenir delitos, aunque los que los cometen, o sea, las corporaciones policíacas, que estarán exentas de esa medida, para su “protección” De risa loca, el argumento!
Hace más de un año que comenzó la pesadilla del gobierno de -se enreda- perdón, Cepeda. En todo este tiempo, apenas se le ocurrió al inepto, instalar el monitor de Cabildo, que otros municipios pequeños, como el de Matamoros, tiene años funcionando y, funcionando bien.
Eso se explica, porqué, el Cabildo, regidores y síndico, salen tan mal evaluados, en el ejercicio, que realiza una asociación sin fines de lucro, en todos los municipios de La Laguna. Los pone como los más improductivos, faltistas y sin propuestas originales.
Y ahora, vividores, mañosos y abusivos. Y es que en la Sección Regional de El Siglo de Torreón, aparece en primera plana, que la Comisión de Alcoholes, expidió en 2022, casi mil permisos de alcoholes, sin que los regidores estén autorizados para hacerlo. ¡Imagínense, mil permisos! ¡La mitad de los que ya existían! Y, ¿A que no saben quién preside esa comisión? Nada más y nada menos, que una tal Cepeda, la hija del individuo más ventajista, mañoso y traidor, del mismo apellido.
Y es que, no hay orden en la administración, desde hace meses que lo señalé, todo, porque el “jefe” de la Comuna, está en todo, menos en lo que es su responsabilidad: gobernar. O sea, un reflejo del “jefe” de la comuna, que no asiste a su despacho y se pasa más tiempo en eventos patito, de nula trascendencia. Pues sí, “No le podemos pedir peras al olmo”.