Ha comenzado la temporada de relevos. Omar Fayad entregó Hidalgo a Julio Menchaca y ahora espera que se cumpla la palabra presidencial.
De los seis gobernadores electos hace tres meses, el oaxaqueño Salomón Jara será el último en entrar en funciones. Su antecesor, Alejandro Murat Hinojosa, ya inició la ruta que lo llevará a su próxima encomienda. Mientras, cubrirá el último trimestre del año como presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores —CONAGO—, en sustitución de Omar Fayad.
La Cuarta Transformación suma gubernaturas ¿y aliados? Esa ruta no será la que sigan los dos exgobernadores aliancistas que entregarán el poder antes de que concluya el mes en curso. José Rosas Aispuro, de Durango, ni siquiera es motivo de comentarios; todo lo contrario, con Carlos Joaquín González, cuya incorporación al gabinete morenista resulta inminente. Y es que después de la gira presidencial del pasado fin de semana en la Península de Yucatán, se vislumbró la posición que asumiría el gobernador saliente de Quintana Roo: la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Hace tres meses, Alejandro Murat Hinojosa, el gobernador saliente de Oaxaca apareció en la portada de diversas publicaciones nacionales, a las que confirmó su aspiración de competir las elecciones presidenciales del 2024. Esas mismas portadas fueron reproducidas en anuncios espectaculares que fueron colocados en las principales ciudades del país. ¿Un rival cómodo para la elección del 2024? Casi al mismo tiempo, comenzó la ofensiva contra “Alito” Moreno en “Los martes del Jaguar”.
En el Congreso de la Unión deberá resolverse, antes del 15 de diciembre, el paquete económico 2023 y un conjunto de iniciativas que incluyen las propuestas de reforma promovidas por el Ejecutivo Federal sobre la Guardia Nacional y las nuevas reglas para la competencia político—electoral.
El bloque de contención había radicalizado su postura y para forzar al gobierno morenista, declaró una moratoria legislativa que implicaba una parálisis en la agenda. Una tregua planteada por la fracción priista en la Cámara de Diputados —con el aval de “Alito” Moreno— podría modificar sustancialmente el escenario de ruptura.
El exgobernador de Campeche juega sus últimas cartas. Mientras que Alejandro Murat Hinojosa deberá espera al 5 de diciembre para afrontar su futuro. Para entonces ya deberá estar definida la candidatura opositora en el Estado de México. Para el registro, tal vez la dirigencia nacional del PRI esté acéfala. Y Alfredo Del Mazo también ya tenga un trato amarrado con el Palacio Nacional.
Circuló a lo largo de la semana la versión de que el PRI estaba dispuesto a secundar al gobierno en el tema de extender la presencia de las Fuerzas Armadas en las calles para atender la seguridad pública, a cambio de inmunidad para su dirigente nacional, “Alito” Moreno. Quien está a punto de ir a un juicio de procedencia que lo puede dejar sin fuero para ser juzgado en Campeche por enriquecimiento ilícito y otras agravantes.
De qué nivel serán las pruebas que tiene la Fiscalía General de la República para doblegar a “Alito” Moreno, en su postura de mantener al PRI en el bloque opositor conformado con el PAN y el PRD, y con ello modificar el tablero rumbo a la elección presidencial de 2024.
Mientras el juego de las corcholatas para la sucesión presidencial da muestras de agotamiento, el presidente López Obrador ya promociona otro juego de mesa, el desmantelar la alianza opositora, previo, a las elecciones de 2023.
Nos hacen ver que la iniciativa de la priista Yolanda de la Torre, para mantener al Ejército en las calles hasta 2028, no solo causó mella al interior del PRI, sino que incluso, generó división en el PAN.
Los diputados tricolores federales ahora enfrentan el dilema de seguir a “Alito” Moreno rumbo al despeñadero o de deslindarse de él, para mantenerse en la alianza con sus pares blanquiazules y amarillos e impedir que avancen las reformas constitucionales de la autollamada Cuarta Transformación.
El dirigente nacional del PRI ha dinamitado a la alianza “Va por México” en sus aspiraciones de recobrar la Presidencia de México, al tiempo de seguir estigmatizando a ese partido como una cofradía de delincuentes que solo buscan llegar al poder para enriquecerse.
Vimos el viernes pasado cómo el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, le habló al oído al diputado “Alito” Moreno, presidente del PRI, cuando iba camino a la tribuna, en San Lázaro, para entregar el 4to Informe de Gobierno del presidente López Obrador.
A partir de allí todo ocurrió en un santiamén. La diputada del PRI, Yolanda de la Torre, presentó una iniciativa para que el Ejército y la Marina permanezcan en tareas de seguridad pública hasta 2028 y no en 2024, como establece el Artículo Quinto Transitorio de la Constitución. Argumenta que es el tiempo que la Guardia Nacional necesita para desarrollar estructura y capacidades.
Rubén Moreira, coordinador de los diputados del PRI, no tardó en sumarse a la sorpresiva iniciativa que se presentó sin avisar ni al PAN ni al PRD. Una manera de evidenciar que la diputada sólo fue el instrumento para poner la propuesta sobre la mesa.
¿No aguantó la presión “Alito” Moreno? Dijo que se moriría en la raya. ¿Qué sucedió entonces? ¿Quién doblegó a los priistas en San Lázaro?
Por más que “Alito” Moreno se envalentone y asegure que nadie le plantea ultimátum´s al PRI, debe saber lo que provoca. En política no hay casualidades, y en México menos. Al mismo tiempo que están tomando estas decisiones, el Secretario de Gobernación lo cobija, y la gobernadora de Campeche le manda un mensaje suspendiendo su audioteca en “Los martes del Jaguar”.
Poco le importó a “Alito” Moreno la solidaridad de “Va por México” a lo largo de estas semanas. El PAN y PRD lo defendieron, a pesar de que los audios que dio a conocer la gobernadora sobre el dirigente nacional del PRI lo hacen impresentable. Si bien la filtración estaba y está fuera de la ley, no se ha presentado un solo elemento que pudiera desmentir las singulares expresiones, tanto en forma como en fondo, del presidente del tricolor.
La reacción del PAN y del PRD era previsible. Estaban bajo la idea de que iban en bloque en contra del proyecto presidencial de militarizar a la Guardia Nacional, como parte de una alianza que tendría un momento climático en las elecciones del 2024.
El tema de la militarización fue tratado en sus reuniones y todo indica que había acuerdo entre ellos. Sin embargo, de manera intempestiva, las cosas pueden tomar otro rumbo debido a la propuesta de la diputada Yolanda de la Torre que está teniendo sus funestos 15 minutos de fama.
Nos platican que, en la Cámara de Diputados, hay quienes no ven mal la propuesta priista, principalmente algunos de los legisladores de entidades cómo Guanajuato, y algunos otros estados, quienes consideran que sus gobernadores y gobernadoras se quedarán en la indefensión si el Ejército Mexicano regresa a sus cuarteles en 2024.
Suponemos que “Alito” Moreno y su grupo político, midieron las consecuencias de lo que está haciendo, no sólo por poner la alianza “Va por México” en riesgo, sino también por las diferencias cada vez más evidentes al interior del tricolor.
El nuevo rompimiento en el PRI va en línea directa, lleva a un severo golpe interno del otrora partido. En lo que puede convertirse la intempestiva propuesta es en un eventual rompimiento de la compleja alianza “Va por México” para quizá terminar siendo un apéndice de Morena y del presidente, lo que los puede llevar a hacer el trabajo sucio en el Legislativo. López Obrador tiene, por primera vez en el sexenio, al PRI donde lo quiere tener.
La bancada del PRI en la Cámara de Diputados desayunó con el Secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, en el marco de la discusión sobre prorrogar o no cuatro años más la presencia militar en tareas de seguridad pública.
La diputada Yolanda de la Torre dijo ayer que estaba dispuesta a retirar la iniciativa si los 31 Gobernadores y la Jefa de Gobierno firman una carta en la que acepten que no requieren a los militares en sus estados en 2024. Evidentemente que eso no ocurrirá, porque 22 de los 32 mandatarios estatales son de Morena y el resto de la oposición.
Nos comentaron en el PRI que nadie debe decirse sorprendido con la iniciativa del tricolor sobre mantener al Ejército cuatro años más en tareas de seguridad. Recordaron que fue el propio coordinador, Rubén Moreira, quien, el 17 de agosto, en la Reunión Plenaria de su bancada en Coahuila, anticipó: “Habrá sorpresas en materia presupuestal y en seguridad para los estados y municipios”. En ese sentido, trascendió que en realidad la autoría de la iniciativa que tanto gustó al presidente López Obrador es del propio Moreira y no de Yolanda de la Torre.
Y mientras los priistas afianzan su alianza con los militares, el PAN y el PRD decidieron pausar las negociaciones sobre la alianza electoral en el Estado de México y Coahuila.
Como sea, esta nueva posición del tricolor hizo otro milagro: que los morenistas que los acusaban de “traidores a la patria” por no aprobar la Reforma Energética, ahora los califiquen de “patriotas”.
Por cierto, no se puede desligar, de ningún modo, lo que ocurre en San Lázaro con lo que ocurrirá en el Estado de México. Pero el hecho también es aprovechado, bajita la mano, para presionar en favor de su candidato al gobierno del Estado de México, Enrique Vargas del Villar, a quien varias encuestas colocan con buenas posibilidades de contender por el gobierno estatal.
¿Qué tanto es convicción el enojo de Marko Cortés y qué tanto es estrategia política para negociar con el PRI mejores posiciones en las alianzas en Coahuila y el Estado de México? Bueno, pronto lo sabremos.
Por fortuna, en el Senado, en las filas del priismo, las cosas se cuecen aparte, aunque efectivamente hay daños colaterales por la torpeza y corrupción del dirigente nacional, también es verdad que Miguel Ángel Osorio Chong y los demás senadores de ese partido se han mantenido firmes en su postura de pedir la renuncia de “Alito” Moreno, al tiempo de mantenerse en el bloque opositor.
El senador priista, Miguel Ángel Osorio Chong, adelantó que la frenará en el Senado. Con 43 votos de 128 presentes se puede frenar y el PRI, el PAN, el PRD y el MC juntan 48 votos.
Con el desenlace de la crónica de una dimisión cantada, la salida del líder del Revolucionario Institucional es tan solo cuestión de tiempo, y el desmarque de los diputados del PRI es también cosa de que se decanten los acontecimientos judiciales que amenazan la libertad de “Alito” Moreno.
En corto, varios diputados federales del tricolor aseguran que no acompañarán más a “Alito” Moreno y menos en la debacle que se avecina. También, está la tentación entre varios diputados tricolores de cambiarse de bancada.
Pronto se sabrá de sus otras fechorías, mientras tanto veremos cómo Marko Cortés y Jesús Zambrano buscan otros interlocutores priistas de peso para mantener el bloque opositor en el Legislativo y la alianza “Va por México” rumbo a la elección presidencial.
Al interior de la alianza “Va Por México”, saben que, si van solos en 2024, difícilmente vencerán a Morena en 2024. La apuesta del partido en el poder es dinamitar cualquier acuerdo entre la oposición.
Hay que recordar que en la ruta 2024, están primero las elecciones del Estado de México y de Coahuila, donde el PRI, lleva mano. Mientras tanto, en Palacio Nacional se relamen los bigotes, porque con el affaire de “Alito” Moreno, han asentado un golpe mortal a los opositores del que será muy difícil levantarse.
Las consecuencias efectos de una ruptura en la alianza “Va por México” no sólo se sentirán afuera, sino también adentro del PRI. Desde Toluca y Saltillo se comenta que hay expectación en los gobernadores Alfredo Del Mazo y Miguel Riquelme por el futuro de la alianza antiMorena, pues su rompimiento tendría un impacto directo en los comicios que habrá en estas dos entidades el próximo año.
Una cosa es que el PRI vaya con la alianza opositora en el 23 y 24, y algo muy distinto sé si compite solos, sobre todo en el Estado de México donde la presencia de la alianza es fundamental para frenar el avance de Morena y de la elección de Estado que preparan desde Palacio Nacional. Es decir que, si se rompe la alianza, “Alito” Moreno no sólo tendría reclamos, reproches y acusaciones de traición por parte de sus aliados del PAN y del PRD, sino que también tendría que enfrentar el embate de los grupos priistas que no están conformes con su actuación y que, aunque él tiene el control total del Consejo Político Nacional y de la estructura partidista, podrían intentar removerlo por considerar que también traicionó a su partido a negociar con el gobierno morenita para salvar su cabeza.
A propósito de “Alito” Moreno, nos comentan que el influencer de la política coahuilense, el tal, Héctor Yassín, fue tendring topic con el meme: SE VENDIÓ MÁS RÁPIDO ALITO QUE EL AVIÓN PRESIDENCIAL. Fue tanta su difusión en redes sociales que hasta David Páramo —el Padre del Análisis Superior— lo comento en su programa de radio a nivel nacional.
El PAN ya dijo que, si el PRI se forma en la ventanilla de Morena, la alianza “Va por México”, no va más. La verdad por ratos parece que Marko Cortés y “Alito” Moreno están buscando un pretexto para salirse del acuerdo y que cada quien se rasque con sus propias uñas. Esa es justamente la estrategia del oficialismo.
En Coahuila, el resquebrajamiento de la alianza antiMorena metería en apuros al PRI, complicando el escenario político—electoral de la gubernatura en 2023.
Todo apunta para que Rubén Moreira entregue a Coahuila. En otras palabras, se especula que ya traiciono al propio gobernador Miguel Riquelme.
Sin duda, el PAN apostaría a perder el capital político que le queda, pues Memo Anaya tendría que buscar sus propias fuentes de financiamiento electoral. Que, a estas alturas, ya nadie querría meter dinero bueno al malo.
Memo Anaya, estaba confiando, en que una vez que se hubiese confirmado la alianza “Va por Coahuila”, prácticamente, tendría carta abierta para cotizar su participación política en favor de Manolo Jiménez… ¿Se te borro la sonrisa?
En Torreón, en la Plaza Mayor, crecen —cada vez más— los rumores en el sentido de que Román Alberto Cepeda pronto tomará la decisión de abandonar el PRI y sumarse a otro proyecto para la gubernatura.
Las malas lenguas, nos hacen ver que gran parte del gabinete riquelmista de segundo nivel, también, se iría con el candidato de Morena, a partir de diciembre cuando inicie oficialmente el proceso de nominaciones a la gubernatura y diputaciones locales.
Causó gran sorpresa en Saltillo, antes de que iniciaran los trabajos del Consejo Estatal de Seguridad Pública, la explosión de una vivienda en el fraccionamiento Santa Fe, donde perdieron la vida tres escoltas, uno de ellos, era el jefe de seguridad del Fiscal General del Estado, Gerardo Márquez Guevara, y resultaron heridos otros más.
Nos comentan que la crisis de seguridad pública que atraviesa en la entidad, experimenta su episodio más agudo, luego de cuatro años de tranquilidad y orden social que mantuvo los índices por debajo de la media nacional. Sin duda, será un reto para el gobernador Miguel Riquelme, mantener el orden y la paz social hasta el final de su sexenio. Si no es que, desde Palacio, le estén calentando la plaza, así ha sido en los estados-hoy gobernados por Morena en las elecciones pasadas. ¿Será?
Por último, nos comentaron que el diputado federal —ahora morenista— Shamir Fernández, se ha logrado meter hasta las entrañas de la Cuarta Transformación en Coahuila. Nos dicen, que tan pronto confirmen a Ricardo Mejia Berdeja como el “Coordinador de la Defensa de la 4T en Coahuila” el próximo mes, Shamir Fernández dirigirá toda la operación política en todos los Comités de Morena de los municipios de la Región Laguna de Coahuila.
Nos leemos en la próxima… ¡no olvides compartirla!