POR: ORLANDO ESPINO Y SERGIO MENDOZA
Gómez Palacio, Durango.-
Con su estilo desfachatado y campechano, el escritor mexicano Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica (FCE), acudió al arranque de la campaña “Laguna: región de lectores”, con sede en el Auditorio de la Universidad La Salle campus Gómez Palacio, donde estuvo acompañado por el Secretario de Educación de Durango, Rubén Calderón Luján.
Fiel a su estilo, llegó al evento ataviado con una playera estampada en color negro, pantalón de mezclilla y zapatos negros, sin faltar su tradicional morral al hombro. El funcionario federal rompió la formalidad del evento y se dio el tiempo para atender a los medios de comunicación presentes, entre ellos, este semanario, y afirmó que como titular del FCE tiene un objetivo claro: “Queremos construir una república de lectores”.
Para ello, añade, han realizado un intenso trabajo desde que en Mocorito, Sinaloa; el presidente Andrés Manuel López Obrador lanzara la campaña de fomento a la lectura a nivel nacional. “Un día después, entramos en acción… y en 95 días hemos hecho 123 actividades a lo largo y ancho de todos el país”, en una estrategia que será reforzada una vez que se ponga en marcha el Plan Nacional de Fomento a la Lectura.
Pero mientras el plan nacional termina de diseñarse, en el FCE pusieron en marcha tres lineamientos básicos para lograr el objetivo: “nosotros no cerramos librerías, no despedimos trabajadores sindicalizados, y nosotros no destruimos libros”, principalmente. Y es que de acuerdo con sus declaraciones, al llegar a la dirección del Fondo de Cultura Económica, descubrió “que estaban destruyendo libros, y dije no, eso es pecado”.
Taibo II señala que la destrucción de miles de ejemplares se realizaba bajo criterios absurdos: “este libro está rayadito de aquí, entonces, ya no lo puedes meter en la estructura comercial y lo volvían pulpa de papel. ¡Estaban destruyendo 300 mil libros!, y lo que hicimos fue rescatarlos. ¿Qué vamos a hacer con ellos? Donaciones a bibliotecas comunitarias, y ya empezamos a hacerlo”.
Añadió que aún y cuando han mantenido un intenso ritmo de trabajo, todavía queda la mayor parte del trabajo por realizar: “este país es muy grande, y nos falta recorrer una enorme fracción para lograr el objetivo de crear un país de lectores”.
Para lograrlo, el FCE decidió implementar dos líneas de acción novedosas; la primera, lanzar una colección popular: “era una locura, la editorial nacional no tenía una colección popular, y ya lo hicimos, lanzamos la colección Vientos del pueblo, y en 10 semanas hemos editado 12 libros y esta semana sale el número 13”. Se trata de una colección de relatos breves de autores mexicanos e internacionales, ilustrados y con letra grande “que tienen un abanico de lectores muy amplio, desde adultos que empiezan a leer o regresan a la lectura, hasta jóvenes de secundaria que están leyendo”, pasando por todas las edades intermedias.
La segunda, fue ajustar los precios de los libros del FCE, que oscilaban, en algunos casos, entre los 250 y los 400 pesos, situándolos fuera del alcance del bolsillo de la mayoría de los mexicanos: “hicimos ofertas de mil 600 títulos del fondo, los redujimos al 50% de su costo; libros de 8 pesos; libros de $49.50; libros de 20 pesos; y todo el mundo dijo: Taibo se volvió loco (dice con su marcado acento chilango), va a quebrar el Fondo de Cultura; pero los resultados son que no solo vendimos muchísimos más libros en los dos meses que llevan las ofertas, sino que no perdimos dinero”.
Lo anterior, dice, obedece a que para la nueva administración del FCE, la función de la editorial nacional no debe ser exclusivamente “mercantil, nuestra función es social, y en ese sentido se ha cumplido sobradamente la doble función de que el fondo sea una empresa rentable pero que al mismo tiempo ampliara el número de lectores en el país”.
Por supuesto, señala, que la mayor parte del recorrido aún está pendiente, pero el comienzo ha sido más que favorable (en sus giras el FCE ha logrado vender más de cinco mil ejemplares en un solo día), en un país con 120 millones de habitantes pero con uno de los índices más bajos a nivel mundial en lo que a lectura per cápita se refiere. El trabajo pendiente es enorme, pero la voluntad y el trabajo es mucho mayor.
SECRETOS DE LA LITERATURA
Apasionado de la literatura desde pequeño, el autor mexicano argumenta con vehemencia en favor de las letras: “tenemos que decirle a todos que los Tres mosqueteros están a toda madre, que el que lee a Neruda en la secundaria liga más, está probado científicamente, yo soy la prueba; que el que lee el diario de Ana Frank a los 12 años crece con una identidad anti sectaria y anti racista…La lectura es subversión, la lectura es identidad, la lectura es calor humano…” concluyó.