La semana pasada, comentábamos como la actual coordinadora de los programas sociales en el área de San Pedro de las Colonias, Aída Mata Quiñones, no había dado la cara sobre cómo se están manejando los programas como el mentado de la Escuela es Nuestra.
El origen de ese programa es muy noble y la intención de que las obras en las escuelas se hagan de manera directa para evitar excesivos trámites, corrupción y desvío de recursos es buena.
Dejar que sean los mismos padres de familia decidan qué se hace está muy bien. Eso en teoría está perfecto. Lo que está mal es el cómo se hace, porque dejar todo el proceso libre a causado que se den desvíos y los trabajos no se hagan cumpliendo con las normas mínimas de seguridad ni con otro tipo de protocolos necesarios para que se hagan las cosas bien.
En el manejo de esos programas el mismo personal del gobierno federal, cuando se organizan en San Pedro y en todo el país, se tienen testimonios de que las servidoras del Bienestar les dicen a los padres de familia que el recurso es de ellos y que son ellos los que deciden y se les indica que no deben de permitir que se metan los directores de las escuelas ni los profesores, aunque los directores no aprueben lo que se va a hacer ni cómo se hace.
El uso político de este y todos los llamados programas del Bienestar es descarado. En particular la señora Mata Quiñones acostumbra mezclar en sus intervenciones el mensaje social con el político. Se supone que no se debe promover la imagen de ningún personaje político con esos programas sociales que se realizan con recursos públicos, pero esa norma a la señora Mata le vale y le vale porque se sabe impune.
Hoy las leyes electorales son violadas todos los días y a cada rato y nadie hace nada. Por ese estilo de manejar los programas ya se han dado muchas irregularidades. La directora de la secretaría de Educación en la comarca, Flor Rentería, ha dicho que ella tiene reportes documentados de casos de irregularidades y desviaciones de dinero en ese programa y, más allá de eso, el hacer las cosas de forma grillada y al ahí se va ya provocaron una terrible desgraciada en el ejido San Miguel. Por cierto, en ese asunto ya está detenido el contratista, pero la responsabilidad de quién lo contrato y quién permitió que la obra se iniciara no ha sido definida.
Fue algo muy triste lo que sucedió. Nuestro más sentido pésame a la familia y la comunidad de San Miguel, pero es necesario que se deslinden con firmeza la responsabilidad de quién la tenga incluyendo el personal de la SEP y quienes decidieron en qué gastar el dinero del Bienestar sin tomar en cuenta los más mínimos protocolos de seguridad.
Hablando de otras cosas, el asunto de las próximas elecciones legislativas del año próximo no más no calienta. Entre la ciudadanía hay un gran desencanto y a los únicos que les interesa la próxima elección son los que están interesados en venderles publicidad a los suspirantes.
Por ejemplo, el otro día en redes sociales salió una supuesta encuesta sobre el probable candidato del Partido Verde, cuando es sabido que el Verde ni en San Pedro ni el todo el Cuarto Distrito existe. Sus únicos militantes son dos regidores y unos cuantos que les aplauden, pero como grupo político no existe.
Otro caso es el de un chavo cuyo papá insiste en hacerlo candidato a lo que sea con el único fin de hacer enojar a un familiar cercano.
En fin, que la próxima elección de diputados locales pinta para ser muy poco atractiva para los ciudadanos.
Por cierto, la actual diputada local de mayoría por este distrito ha sido una de las legisladoras más activas y con más puntos de acuerdo y que más propuestas de iniciativas a presentado.
Quien vaya a sustituir en el distrito a Lupita Oyervides tendrá la vara muy alta, pues la diputada hizo a un lado la grilla y se ha dedicado a legislar y eso sin duda es bueno...
