IMPOSIBLE NO HABLAR DE MANZO
Carlos, lo que menos tenía, era ser manso. El hombre era aguerrido, directo y de carácter fuerte.
El haber llegado a la presidencia municipal de Uruapan por la vía independiente, le daba una ventaja para expresar su sentir y criticar abiertamente al gobierno de Claudia Sheinbaum, pues él, no estaba de acuerdo con la política que le heredó López a la presidenta: abrazos, no balazos.
Manzo, por el contrario, pugnaba porque el Estado, ejerciera su función primordial: ejercer la violencia legítima para enfrentar y acabar con los grupos del crimen organizado, que tienen secuestrado al Estado de Michoacán, a lo que la presidenta siempre contestó, no estar de acuerdo, que había que aplicar la ley, ABRIENDO UNA CARPETA DE INVESTIGACIÓN, o sea, el mismo discurso de todas sus mañaneras, donde se atasca, como si fuera un pantano.
La muerte de Carlos Manzo, no solo cimbró a la sociedad mexicana, sino que, tuvo resonancia internacional.
El gobierno de Estados Unidos expresó su condena por el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, y ofreció colaborar con México en materia de seguridad contra el crimen organizado. El subsecretario Christopher Landau declaró que fortalecerán la cooperación bilateral para combatir los carteles que operan en zonas rurales estratégicas.
Este pronunciamiento refuerza la presión internacional sobre Michoacán y pone en evidencia que el asesinato del alcalde no solo fue un acto local, sino parte de un desafío mayor al Estado de derecho. El gobierno mexicano deberá responder con medidas tangibles y rápidas.
Nayid Bukele, presidente de El Salvador, fue más enérgico en sus opiniones, pues dijo, que un Estado narco, no puede ser posible. Que unas cuantas personas controlen parte del país a su antojo y que, con la muerte de Carlos Manzo, está comprobado.
En México, la muerte de Manzo, se consideró una verdadera tragedia y, en las redes sociales, asociaron al gobierno de Claudia Sheinbuam, con el asesinato. La reacción de la presidenta, fue de furia, emprendiendo una serie de denuestos y acusaciones sin fundamento contra sus villanos favoritos de siempre: Felipe Calderón, Claudio X, y, ahora, contra Ricardo Salinas Pliego.
Por cierto, Claudia no dio señales sobre el asesinato de Manzo, hasta el lunes en su mañanera y, ante el hervidero en las Redes sociales, llamó carroñeros, traidores y más epítetos, a quienes opinaron, que, a pesar de que, en repetidas ocasiones, Carlos Manzo le había pedido apoyo del ejército y de la policía militar, no le había hecho caso pero, ante tanta insistencia (porque no fue una vez, fueron cinco veces que le hizo, por escrito, la misma petición), decidió enviar un contingente de 300 efectivos de la guardia nacional y del ejército, que no duraron ni un mes, y fueron retirados.
Este acontecimiento, se suma a la convocatoria que los jóvenes de la generación Z, están programando para el 15 de Noviembre y, por lo que se puede apreciar en las Redes, ha cobrado mucha expectación, ahora con la muerte de Manzo.
Y, como siempre, el gobierno de Sheinbuam, mal asesorado, montó una farsa, en la que, la presidenta, se desplazaba del Palacio Nacional a la Secretaría de Educación, a pie y sin vigilancia. En los videos tomados, se ve a un individuo, que se acerca a la presidenta y la abraza por la cintura, mientras que, con el otro brazo, le hace tocamientos en un seno. La escena fue tan burda, que la presidenta, en vez de reaccionar enojada, se mostró sonriente, mientras retira al hombre y, entonces sí, se acercan dos elementos de seguridad para detener al osado “agresor”.
Este hecho, se convirtió en un circo, pues se demostró, que el acosador, era el mismo elemento del ejército que se prestó para hacerse pasar por enfermo, cuando López Obrador, hacía un recorrido por un hospital que estaba a punto de empezar a operar; y al mismo elemento, se le ve en otra ocasión, junto al presidente Obrador. Un show mal montado, como malo ha sido el gobierno de la 4T.
