Pero, antes que nada, empezaremos esta columna no con nuestra típica y tradicional adivinanza, por el tema del espacio.
Entrando en materia político sindical, el que continúa en plena campaña es Poncho Cepeda, secretario general del SNTE, quien se ha metido en la cabeza y añora ser el candidato de Morena a gobernador de Coahuila. Como lo comentábamos en la columna anterior, sin duda que esta es una posibilidad muy latente por el gran enfrentamiento que existe entre las tribus al interior de Morena en el estado. Sin embargo, Poncho sería el candidato idóneo, pero no para Morena, si no para el PRI, ya que es muy poco conocido por el electorado del estado, de hecho, hasta por el magisterio, al cual finca como su capital político.
Es principalmente en el gremio magisterial, donde tendría un rotundo rechazo, que, como sabemos, Cepeda no ha tenido los tamaños necesarios para exigir que el actual gobierno de la 4T, cumpla con la promesa de campaña de reformar la ley de pensiones del ISSTE, agravio que el magisterio lo tiene plenamente presente y que independientemente de quién sea el candidato, se cobrará la factura en las próximas elecciones a diputados, elecciones federales y estatales.
Lo que sorprende, es que a Poncho “el candidato idóneo”, se le olvide que él llegó a la senaduría no con el voto directo del electorado, lo cual reflejaría una candidatura débil de su parte, ya que no ha sido pesado en las urnas, ya que si llegó a ser senador, fue por el efecto AMLO – Sheinbaum, que permitió la cantidad de votos más que su eficientes para que al igual que otros “pluris” llegaran al senado, vendiendo supuestamente el voto corporativista como ala vieja usanza del PRI en su mejores tiempos. Aunado a este efecto, Poncho finca sus posibilidades en los secretarios de las secciones 5,35, 38; los cuales, tienen una pésima imagen y arraigo con la base, y estos personajes no representan los intereses de los agremiados por su nula capacidad de gestión. No cabe duda, que de todos los candidatos que puede lanzar Morena para la gubernatura de Coahuila, el más idóneo es Alfonso Cepeda, pero para el PRI, que se iría sin cuarta con cualquiera de los gallos que ya se perfilan por parte del gobernador. Veremos y diremos.
Ya entrados en materia de sucesión, el que anda vuelto loco tratando de convencer a medio mundo de que la candidata Toña Gómez lo debe de suceder, es el alucín de Arturo Díaz. Este personaje anda metiéndole a todos que la convocatoria para el relevo de dirigencia de la 35, tiene que ser a wiwi mujer y hasta en sus discursos se muestra como un gran promotor de la equidad de género y del feminismo, argumentos que simplemente no le acomodan, ya que es de todos sabido el gran historial que tiene en temas personales con el género femenino, que lo dejan muy mal parado con respecto a la equidad de género que tanto pregona.
No cabe duda, que aparte de que a Arturo le están creciendo los enanos, hay que añadirle las traiciones dentro de su equipito, más el rechazo del comité a que sea Toña Gómez la ungida, que lo hacen al “alucin” revirar y es cuando se le ocurre la grandiosa idea de argumentar que no habrá cambio en la 35, ya que, según él, está haciendo un grandioso trabajo y que cuenta con todo el respaldo de Alfonso Cepeda para perpetuarse igual que él en el poder. Ahora sí, que haga usted el re encabronado favor.
Hasta la próxima…