En estos días, están iniciando los trabajos del programa emergente de empleo que se está implementando en nuestro municipio y en el resto de la Comarca Lagunera del estado de Coahuila. Como mencionamos la semana pasada, este programa se está llevando básicamente con recursos estatales y algo de las participaciones federales.
Según algunos dirigentes campesinos que participaron en la gestión del programa, durante la realización de los tramites los funcionarios de gobierno federal, que es de Morena, mostraron una actitud muy mezquina pues por ser el gobierno estatal de extracción priista y ser la mayoría de los campesinos gestores y probablemente beneficiarios también priistas, estuvieron los funcionarios federales muy renuentes y requisitosos, y solo accedieron a la autorización de los recursos cuando el gobierno estatal les informó que, con o sin apoyo federal, el gobierno de Coahuila iba a implementar el plan emergente de empleo con los pocos o muchos recursos que se tenían, porque al tener un mini ciclo agrícola en el campo lagunero había mucha necesidad.
Se comenta que al ver que el mentado gobierno de la transformación iba a ser exhibido, fue cuando más a fuerza que de ganas se aprobó por parte del gobierno federal una partida, no muy generosa, por cierto, para el plan emergente de empleo.
Claro que en Coahuila tenemos un gobernador muy educado y diplomático y el día del evento del arranque del plan emergente de empleo, en su discurso agradeció al gobierno federal y hasta porras le echo a la presidenta con "A". Ese gesto, sin lugar a dudas, fue una muestra de la calidad de gobernador que tenemos, pues inteligentemente, decidió seguir el consejo aquel de que no hay que pelearse con la cocinera.
Total, como dijo el clásico, haiga sido como haiga sido, el plan emergente de empleo ya está en marcha y cientos de familias recibirán en estos días un dinerito para llevar algo a sus familias.
Como lo hemos comentado otras veces, nosotros no entendemos porque Andrés Manuel se ensañó con la gente del campo sampetrino y lagunero. Cuando Carlos Salinas de Gortari vio que el voto verde ya no le favorecía a su partido, cambio la Constitución y modificó el régimen de la propiedad rural, por ya no ser rentables políticamente los campesinos se acabaron los créditos directos y muchas cosas cambiaron. Se acabó con el régimen ejidal. Pero, a pesar de todo y por la implementación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, Salinas dejó algunos apoyos o subsidio como el PROCAMPO y sustituyó al Banrural con la Financiera Rural.
Muchos interpretaron aquellos cambios como la venganza de Salinas porque en San Pedro de las Colonias le arrojaron agua con arsénico y le mentaron muchas veces la madre. En aquel verano del 88 el PRI, por primera vez desde la Revolución, perdió unas elecciones. El Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, con Diego Partida Aviña, ganó la diputación local y Noe Garza, hoy del otro lado, gano la diputación federal con los votos del norte del distrito, porque en San Pedro la cabecera del distrito, ganó arrasadoramente Cuauhtémoc Cárdenas.
En ese entonces, los cambios y la cancelación del crédito directo fueron tomado por los campesinos como una venganza de Salinas. Por eso, muchos no alcanzamos a entender porque el Pejelagarto trató tan mal a los campesinos trinos, si aquí el populista ganó y por mucho las tres elecciones en las que fue candidato, y a pesar del apoyo, principalmente de la gente del campo, terminó cancelando todo apoyo para los campesinos del llamado sector social.
En las más de 20 veces que vino este bribón a San Pedro entre el 2006 y el 2018, y siempre prometió que una vez que ganara la presidencia de la República regresarían los apoyos para el campo. En su última visita como candidato, en marzo de 2018, prometió que se reactivaría el campo lagunero, que habría apoyos y se instalaría un centro de acopio lechero, única promesa que cumplió. Pero el centro de acopio de leche fue tan mal planeado e instrumentado que luego luego quebró y decenas de millones de pesos se fueron a la basura.
Al ver estás cosa a la distancia, uno ve con claridad que al final de cuentas Carlos Salinas de Gortari fue un mejor presidente para los campesinos trinos, porque a pesar de que lo bañaron con agua con arsénico y le mentaron su madre miles de veces, dejó algunos apoyos a los campesinos, mientras el Pejelagarto, a pesar de que lo apoyaron, dejó sin apoyos a los campesinos laguneros y el único proyecto que se hizo, el centro de acopio lechero, fracasó rotundamente porque todo indica que se hizo solo para que algunos pillos hicieran buenos negocios...