POR: JOSÉ GERD
México
¿Qué decir, cuando al respirar
sientes la flecha de la razón desvanecerse,
cuando el tiempo se queda mudo
y te brota una lágrima por el pecho?
Cuando se arrincona
tu alma hecha un nudo
y te encuentras en el laberinto del ayer
donde el pájaro mudo
se vuelve tu alegre compañía
En donde el rincón profundo de
las palabras se entristecen
flotan sin fuerza
y se desvanecen.
Quedan mil recuerdos entrelazados,
susurros que no se apagan,
esperanzas de sueños callados,
que en mis horas se desgajan.
Las sonrisas que un día fueron,
se esconden tras sombras grises,
y las lágrimas que aprendieron,
a brotar en noches tristes
se arrastran por el suelo
sin suspiro y sin dobleces
Busco en el eco del silencio,
una nota que me de alivio y me rescate,
ellas son mi único aliento descalzo,
todo lo que no se debate.
Dejo que el viento se lleve
las dudas que pesan en mi pecho,
y aunque el corazón se quiebre,
en su dolor hay un latido
que resuena.
Así, con el nudo eterno,
Voy por veredas entre luces y sombras,
mi alma, aunque a veces tiembla,
se aferra y no se vuelve niebla.
Cada hebra es un camino
Y el destino,
teje un canto de resistencia,
y aun con el alma en vilo,
en este nudo, hay existencia…