JOSÉ GERD
México
De repente, aparece la noche
entre un río de sombras
que recorre sin cesar,
arrastra el hilo del deseo
en sus aguas frescas y taciturnas.
Las estrellas ríen, acompañadas por luciérnagas
que bailan sin parar,
donde la luna es un barco
que navega por el mar de tus muslos,
deseosos de amar.
Frío el viento
susurra secretos
que solo la noche apetece y conoce,
allí en medio de las sombras,
aparecen las criaturas que se despiertan
y sus deseos sin adiós remueven.
Noche de sueños y deseos,
donde me pierdo en el laberinto
y me encuentro en un juego
de espejos perfumados.
Regresa la noche,
con su manto de terciopelo negro,
envolviéndome en un abrazo
de oscuridad y silencio.
Todo se vuelve un mundo de fantasía y complicidad,
donde la noche es la reina
y yo soy la ráfaga de su desliz.
La noche,
transparenta el espejo que refleja mi alma,
y muestra los secretos
que guardo en mi corazón.
Momento inigualable para que la imaginación vuele,
y explore los rincones más oscuros de mi mente.
Poesía nocturna y rezagada
de una boca olvidada por la noche,
esperando su regreso
y liviana de reflejos...