No siempre me pasa, pero a veces un escrito se me "ceba"; es decir, queda inconcluso.
Esto puede ocurrir por muchos factores. Uso la palabra “cebar” para referirme a cuando algo falla o sale mal.
No es lo habitual que un texto quede a medias, pero sucede.
Es un fenómeno relativamente común: hay escritos que parecen no haber sido concluidos deliberadamente por sus autores y terminan olvidados, simplemente, porque no les gustó cómo estaban quedando.
¿Es anormal que un escritor decida no concluir su escrito?
Yo diría que no. De hecho, es muy válido tomar esa decisión antes de forzar un final que no se siente auténtico.
Pero si me pidieran un consejo, yo diría: no borres nada. Aléjate del texto por un tiempo, unos quince días.
Luego vuelve a él con otra mirada.
Uno, como escritor, puede equivocarse mil veces, pero nunca debe renunciar a lo que ama.
Recuerdo mis inicios, que fueron difíciles, pues no sabía nada de ortografía.
Hoy, con el paso del tiempo, me siento orgulloso de mis logros.
Sigo adelante. Y prometo que ningún escrito se me va a cebar.