Pero, antes que nada, iniciaremos esta columna con nuestra típica y tradicional adivinanza, que, en esta ocasión, nos la mandaron para no variar los del casi extinto grupo “Marrano” ¿Qué jurídicos, mínimo si eran buenos para sacar los tamales del bote? Como siempre, les daremos unas pistas: Estos personajes fueron los jurídicos del pasado, que, si trataban de hacer su chamba y, aunque vendían los casos, nunca los perdían tan feo como si lo hacen los jurídicos que trae Arturo Diaz, que perdieron el caso de la casa del jubilado ante la autoridad competente.
Entrando en materia político sindical, tremendo golpe jurídico le propinó el grupo de jubilados de Gómez Palacio, liderados por la maestra Gloria a Arturo Díaz, porque la semana pasada, con bombo, platillo y caravanas, les fue otorgada la posesión del inmueble “Casa de los jubilados”. Aquel local que, como es de todos conocido, Arturo se los quitó a la fuerza cuando alcoholizado después de un mitin político de Morena, se envalentonaron y por meras represalias les quitaron la casa a los maestros y maestras jubiladas de aquella ciudad. Los comentarios por la adjudicación del inmueble, a sus originarios posesionarios, fueron de todo tipo, desde justicia divina, pasando por una serie de insultos a Arturo.
Lo cierto es que, a Arturo Díaz, definitivamente las leyes, la legalidad y los reglamentos no se le dan, y solo se le da la ilegalidad y los despojos. Las pruebas han sido muchas, desde la despersonalización del comité, hasta los embargos a los recreativos y salones, pasando por las demandas que existen en materia laboral y despidos, sin dejar de sumar las denuncias de los agremiados de la normal de Lerdo y UPN. Habrá que esperar la reacción colérica que venga de esos acontecimientos por parte del grupito de Arturo, ya que todo mundo espera que le eche la culpa a sus adversarios políticos, que son todos los que no le siguen sus alucines.
En este mismo orden de ideas, mucha gente se cuestiona por qué Díaz González no avanza en su gestión, y la respuesta es muy simple: es por su incapacidad, sus antecesores que tanto denuesta, todos privilegiaron y pusieron por encima en todo momento lo sindical, lo laboral, la pluralidad, la institucionalidad y la relación con los gobiernos de todos los niveles, nunca pusieron lo político-partidista como una agenda exclusiva del partido en el poder a nivel federal, sino que, independientemente, trabajaban con los gobiernos estatales y municipales de los partidos que fueran. Hoy, no saben qué hacer para llegar a cumplir con la cuota de afiliación del partido Morena que les impusieron a Arturo Díaz de la 35 y a Isela Licerio de la 38, porque decidieron quemar sus naves sindicales con un solo partido. Estos personajes, andan desesperados trabajando en zonas rurales y colonias populares con los pocos seguidores que les quedan dentro de los comités para afiliar y tratar de dar los números que Poncho Cepeda, su líder nacional, a ciegas se comprometió con su partido y olvidándose de lo primordial: lo sindical-laboral, la defensa de los derechos de los trabajadores y permitiendo que otra organización como la CNTE, les gane el mandado y empiece a sumar cada vez más adeptos.
Regresando al tema de la falta de probidad jurídica en la sección 35, Arturo anda queriendo aplicar la ley de Herodes con los miembros del comité que ya no le sirven y que despersonaliza a su antojo y que ahora trae agarrado de encargo y mandando oficios por todos lados desconociéndolo, como recientemente a Liliana Adame, a la que producto del odio entre mujeres, que es de los peores, entre Toña Gómez y ella. Para desgracia de Lily, la Toña utiliza a Arturo para deshacerse de ella, mandando su despersonalización a la comisión de honor y justicia, que nunca ha existido. No cabe duda que esta novela continuará.
Hasta la próxima…