Arrancamos… ¿UN TRAIDOR MALDITO? Mencionar el beso de Judas o sus 30 monedas de plata son sinónimos inequívocos de traición en la tradición cristiana. La versión de los hechos narrada en los evangelios canónicos es bien conocida, pero fuentes alternativas arrojan nuevas luces (y sombras) sobre la historia del Iscariote. El personaje de Judas siempre ha sido muy atractivo para novelistas, pintores y otros artistas. De hecho, que entre los apóstoles de Jesús hubiera uno que le iba a traicionar no se explica bien por los teólogos. Si Cristo es un ser semidivino, omnisciente y dotado de sabiduría, ¿cómo es que no lo vio venir o lo vaticinó? Claro, suelen esgrimir un argumento de peso al decir que la "entrega" o traición de Judas es un cumplimiento de las Escrituras, tal como estaba previsto en el plan divino de la salvación de toda la humanidad y fue anunciado de antemano. Los profetas, como Jeremías, lo sabían. Aceptemos ese planteamiento de que había un traidor entre sus más íntimos y que llegado el caso, por 30 tristes monedas de plata lo vendió en la noche del Jueves Santo, señalándolo mediante un beso en la mejilla en el Huerto de los Olivos. El famoso "beso de Judas" que tanta literatura mafiosa ha generado. Luego, arrepentido, se suicidó. Se tenía que cumplir ese plan divino y alguien tenía que hacer el papel de malo. Así se deduce de varios textos del Nuevo Testamento en los que se le menciona. Y así nos lo han contado hasta el cansancio. Pero un día del año 1978 apareció un texto apócrifo que fue bautizado como el Evangelio de Judas, que decía algo diferente de lo que había sido aceptado unánimemente por la comunidad católica. Contiene, entre otros textos, el "Evangelio Apócrifo de Judas" en el que se aseguraba que el traidor a Cristo fue en realidad su discípulo más fiel y el hecho de entregar a su maestro a las autoridades romanas fue en cumplimiento de un plan previsto por el propio Jesús. De ser así, las cosas cambiaban bastante. Judas quedaba totalmente rehabilitado y pasaba de felón a héroe. Además, no murió violentamente, sino que sobrevivió para convertirse en el guía espiritual de una comunidad gnóstica, la rama setiana, que aplicaba un sistema filosófico y teológico complejo al considerarse descendiente de Set, el tercer hijo de Adán y Eva. La lengua original del manuscrito fue el griego, escrito a mediados del siglo II, pero se conserva sólo en traducción al copto y al parecer fue utilizado por el movimiento gnóstico de los cainitas (condenados por San Ireneo) El revuelo ante la nueva interpretación del supuesto "traidor" fue más que notable, lo cual llevó a algunos estudiosos a reconsiderar la historia del cristianismo primitivo en torno a esos últimos momentos de la vida de Jesús. Y hasta dicen que ha sido tachado de "peligroso" por el Vaticano. De hecho, el autor anónimo del manuscrito describe su obra como "discurso secreto de revelación". En lo que se refiere a su contenido, este evangelio está muy relacionado con el hallazgo que tuvo lugar en el año 1945 en Nag Hammadi, al sur de Egipto, en la zona de la Tebaida, de 13 códices de aproximadamente la misma datación y también de contenido gnóstico: los llamados Manuscritos de Nag Hammadi. MI VERDAD.- Los profetas lo sabían. La teología afirma que la traición de Judas cumple lo profetizado en las Escrituras acerca de la Pasión de Jesucristo.