El Plan de Guadalupe, firmado en la Hacienda de ese nombre, municipio de Ramos Arizpe, Coahuila, el 26 de marzo de 1913, por el gobernador Venustiano Carranza y los militares Jacinto B. Treviño, Lucio Blanco, Cesáreo Castro y Alfredo Breceda; desconoció a Victoriano Huerta, usurpador de la Presidencia de la República, al haber hecho renunciar al Presidente Francisco I. Madero, y al Vicepresidente José María Pino Suarez, durante la Decena Trágica, comprendida del día 9 al 19, y asesinado el día 22, de febrero de ese año.
Por ese plan se convocó a autoridades y pueblo a desconocer a Huerta, a levantarse en armas para derrocarlo y recobrar la vigencia de la Constitución de 1857; por eso a esas fuerzas armadas se les llamó Ejército Constitucionalista, del cual el Jefe sería Venustiano Carranza.
Esa parte de la Revolución, es la que vendría costando la muerte de alrededor de 1 millón de mexicanos; pues la de Madero, fue muy breve; por la lucha de facciones entre Venustiano Carranza y Álvaro Obregón, por un lado, y Francisco Villa y Emiliano Zapata por otro; pues la parte inicial de la misma en 1910, ya había cesado con la renuncia de Porfirio Díaz en 1911, y la elección democrática del Presidente Francisco I. Madero, quien ingenuamente confió las fuerzas armadas al “Chacal” Victoriano Huerta, quien alevosamente lo traicionó y lo asesinó.
El Plan de Guadalupe, fue cobrando importancia nacional, y una vez que Huerta fue derrocado en agosto de 1914, se convocó primero a la Convención de Aguascalientes de octubre de ese mismo año, en la que fue electo Presidente Interino el también coahuilense general Eulalio Gutiérrez Ortiz, y al que se le agregaron las bases para preparar el Congreso Constituyente 1916-1917, en Querétaro, Qro., del que salió la Constitución del 5 de febrero de éste último año.
Después de la Constitución, Carranza sería electo Presidente; siendo asesinado por órdenes de Álvaro Obregón, en 1920; porque Carranza cometió el error de no dejarlo en su lugar en la Silla Presidencial, que bien se la tenía merecida; pues gracias a que el “Manco de Celaya”, derrotó a Francisco Villa, en Celaya, Gto., Carranza llegó a la Presidencia, pretendiendo imponer para sucederlo a Ignacio Bonillas, un político gris, al que quería manejar.
Esa es la trascendencia histórica del Plan de Guadalupe, que está cumpliendo 112 años.