Si esperas hasta mañana, quizás ya sea demasiado tarde. Por lo general, solemos postergar las cosas, olvidando que no somos eternos. Esto es algo que nunca deberíamos perder de vista, porque la muerte es lo único seguro que tenemos.
No deberíamos dejar todo para después sin razón. He escuchado historias de personas que fallecieron dejando conflictos sin resolver, peleas familiares que jamás se aclararon porque nunca se dieron el tiempo para pedir disculpas o arreglar las cosas.
El perdón también se ve afectado por la postergación. Si tardas demasiado en pedir disculpas, cuando finalmente lo hagas, tal vez sea demasiado tarde y esa persona ya no esté dispuesta a aceptarlas. Es importante sentirse ligero, sin cargas ni pendientes. Resolver hoy lo que podamos evitará la culpa de haber dejado asuntos sin concluir. Así, nuestra vida mejorará en ese aspecto.
¿Por qué esperar hasta mañana? No tenemos toda la vida para dejar problemas y diferencias sin resolver. Aunque el perdón no siempre nos sea otorgado de inmediato, al menos habremos puesto de nuestra parte para mejorar nuestras relaciones.