PARA VARIAR, SE CUMPLIÓ MI PRONÓSTICO
Ya he comentado, que, en un ensayo que elaboré en el año 2001, a propósito de la derrota presidencial del PRI y, con ello, la llegada de la alternancia (perdió Francisco Labastida y ganó Vicente Fox), adelanté lo que a la postre, pasaría con el Revolucionario Institucional.
Esto fue lo que adelanté, de no realizar cambios profundos al interior y exterior del organismo político:
De no cambiar sus prácticas, con respecto al peso que tenía la militancia, la que mantenía vivo, activo y efectivo al partido, éste entraría en una ruta de descomposición y caería en manos de los gobernadores, quienes lo utilizarían para sus fines políticos personales. Y sucedió.
La improvisación, el arribismo y las cuotas de poder, provocaron la salida y migración de militantes experimentados y con trayectoria, a otros partidos.
Mantener al PRI, como un partido de masas, pero no debidamente estructurado, provocaría desconcierto y un costo muy elevado para garantizar su sostenimiento.
Elevar cada elección el costo para ganar, lo llevaría a una situación insostenible, pues, para ese año, una elección de Presidente Municipal, costaba, poco más de un millón de pesos (hubo quienes, como Salomón Juan Marcos, el “Chamuco” Villarreal, Jesús María Ramón y Alejandro Gutiérrez, entre otros, gastaron casi el doble de esa cantidad, por una candidatura a gobernador.
Eso, obviamente, dejaba fuera a políticos de carrera, pero sin los recursos necesarios. Y, lejos de privilegiar la capacidad política, las ideas y la conexión con el electorado, siguió la improvisación; personajes sin dinero, pero apuntalados por políticos influyentes, que obtienen -hasta la fecha-, contratos de los ayuntamientos para sus constructoras, proveedurías para sus empresas o renta de pipas y maquinaria para pavimentación.
Se descuidó a la militancia, que otrora, acudía a las sedes del Partido, simplemente a encontrarse con camaradas, tomar u café en las cafeterías que existían o, simplemente, tomar un curso de pintura, tejido, costura, entre otros.
Había una rama bien estructurada de Jóvenes, que se organizaban para hacer convocatorias de ensayos, de poesía, de oratoria y declamación. Surgió, un semillero de buenos oradores y activistas, con la camiseta bien puesta.
Los sectores (CTM, CNOP, MOVIMIENTO TERRITORIAL, EMPRESARIOS Y PROFESIONISTAS), estaban bien integrados y se realizaban eventos importantes por sus dirigentes, quienes, hacían méritos, para llegar a una diputación federal o local; para ser síndico o regidor, en procesos, en los que se elegían por méritos partidistas. ¿Alguien recuerda, ¿en qué momento, se rompió esta cadena? Precisamente:
Otra vez, la imposición y la improvisación de las dirigencias de todos los niveles, mandaron al traste con todo este esfuerzo y trabajo. Hoy, los edificios de todos los comités, son unos elefantes blancos, no acuden ni los miembros de los comités. Ya no hay campañas de afiliación, dado el desprestigio en que ha caído la organización.
Ahora, lo común es que algunos militantes, deserten de sus filas, porque, no llegaron al partido por sus méritos políticos, sino por ser, figuras reconocidas por destacarse en alguna actividad deportiva, artística o de otro tipo, menos política.
Y, obviamente, como no son políticos, si no encuentran en el partido que los cobijó, las expectativas que buscaban, saltan a otro partido, que creen que sí les puede cumplir. Tenemos el caso reciente del boxeador, Cristian Mijares, quien se sumó al PRI y, hasta ¡Presidente del Comité Municipal de Gómez Palacio, lo hicieron!
Y como Morena, anda de cacería, ya se lo llevaron a sus filas, solo a crear animadversión, envidias y división.
Muchos sabemos cómo llegó la presidente, Claudia Sheinbaum a la presidencia de la República. También sabemos, que Morena está cometiendo peores errores que los que cometió el PRI, por eso, su futuro y el de la Presidente Sheinbaum, son muy inciertos en el mediano plazo.
Morena, como sabemos, es un masacote, una capirotada y una Torre de Babel, donde cada tribu, se mueve según sus intereses y no se entienden entre ellos, porque hablan idiomas diferentes.