Arrancamos… LA MASONERIA EN LA POLITICA. El germen filosófico de la masonería nos llegó de España, con la presencia del primer ejército organizado, el 1 de noviembre de 1765, Luego, el Conde de Aranda, Gran Oriente de las logias españolas, trajo, en 1767, los primeros documentos y enseres propios para la práctica del rito Yorkino, "Es casi cierto que de alguna manera estas logias inglesas del Rito de York, fueron las primeras que se establecieron en la península española, y de ahí hayan procedido los introductores de la masonería en la Nueva España, y éstos, naturalmente, adoptarían el rito que ya conocían para sus trabajos en la colonia". La semilla estaba sembrada y una logia del rito de York se formó en la ciudad de México en 1806. Los hacedores del México Independiente fueron influidos por la ideología de la Revolución Francesa, pero, en forma especial, por la filosofía de la Franemasonería, Ambas corrientes fueron determinantes en el acontecer de la vida social y política de México. El cura de Dolores, don Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende y el primer canónigo de la Catedral de Guadalajara, Ramón Cardeña y Gallardo, vieron la luz de la masonería en la primera logia mexicana, ubicada en la calle Ratas Núm. S, ahora, 73 de Bolívar, Sin embargo, ese taller masón, funcionó más propiamente como club político que como templo masón. Los libertadores de México, participaron en la formación de las primeras logias que eran transferencia de las españolas, correspondientes al Rito Ramsay. Estas logias trabajaron sin haber recibido, del rito preexistente escocés, la patente que las regularizara. "Su tendencia principal era política: ostensible su preponderancia y otros, para influir en la construcción del nuevo país que ya se preveía". Al constituirse el México Independiente, los países poderosos de su tiempo, comenzaron a dar reconocimiento a la República Federal; y a acreditar embajadores. Tal fue el caso de Los Estados Unidos de Norteamerica, que nombró como su representante a Joel Roberts Poinsett, éste, implantó en México, los instrumentos de trabajo, los nombres, los grados y todos los elementos pertenecientes al arte operativo del Rito Yorkino. La fuerza de la masonería americana comenzó a conquistar adeptos. Varios masones, destacados en el campo de la política y del ejército, vieron que el sol naciente ya no estaba en el oriente, en Europa, sino al norte, y se pasaron a la nueva masonería que les ofrecía un futuro halagüeño, y que se implantó como oposición a la escocesa. Quedando establecido el día 29 de septiembre de 1825, como la fecha de la instalación solemne del Gran Oriente Yorkino. Fue así como la lucha por el poder y la hegemonía de la naciente República Mexicana, se inició entre hermanos masones de los ritos yorkino y escocés; ambos ritos, con diferentes concepciones y ostensible tendencia política. Un grupo de mexicanos patriotas, en vista de la fuerte rivalidad surgida entre yorkinos y escoceses, determinaron constituir la Gran Logia Nacional Mexicana, la que se instaló el 26 de marzo de 1826. "Libre e independiente en su régimen interior, respecto a otros ritos, como es la Nación Mexicana a las demás potencias". En el primer relevo presidencial afloraron las pasiones políticas: Siendo el primer Presidente de México, el general Guadalupe Victoria, Gran Maestro del Rito Escocés, lanzó como su candidato, para las elecciones a verificarse el 1 de septiembre de 1828, para el cuatrienio 1828-1832, al general masón Manuel Gómez Pedraza, que fungía como Ministro de Guerra. Sin embargo, la mano norteamericana, mediante el Rito Yorkino, hizo que su representante, el antiguo general insurgente Vicente Guerrero, llegara al poder. Y, así se suscitó el primer rompimiento entre un presidente y un candidato que no era de su simpatía. Vino luego el general Anastasio Bustamante, que se pronunció contra el gobernante impuesto por los Estados Unidos. Y continuaron las fricciones, hasta que tuvo que cambiar de rito. En su presidencia, propició el resurgimiento de los escoceses, para equilibrar las fuerzas. Con el asesinato de Guerrero, el Rito Nacional Mexicano, que hasta entonces no había tenido una gran aceptación, cobró fuerza. Pero llegó Santa Anna, "el enemigo más conspicuo del progreso, durante los años 1830 a 1845; y, fue el notorio Santa Anna, que se proclamaba un masón del Rito Escocés, aunque en realidad no fue más que "un escocés" del partido político de aquel entonces, el que lo manipuló como una fracción clerical". Mediante su rito, el Nacional Mexicano, don Valentín Gómez Farías, siendo ya gobernante de la República, publicó un programa político, que a la fecha tiene vigencia en la vida social y política de México; señala en su articulado la: "Abolición de los fueros al clero y a la milicia...Supresión de las instituciones monásticas y de las leyes que atribuyen al clero el conocimiento de los negocios civiles... Mejora del estado moral de las clases por la destrucción del monopolio del clero en la educación pública"... Estas disposiciones, inadmisibles para un clero político influyente, fueron las que provocaron la caída de Gómez Farías y la vuelta al poder de Santa Anna; fueron las que a la postre, permitieron su implantación, y con ello, la vida pública de México tuviera un giro histórico, del liberalismo al caudillismo.
MI VERDAD.- Desdeñar la política en la masonería mexicana, es cercenarse el 80% de lo que la masonería debe significar en la vida activa del país. Jesús Reyes Heroles.