Las olimpiadas, en lo personal, son de mis momentos favoritos, que espero con ansia cada cuatro años, y éstas de París 2024, fueron inigualables.
¿Qué no se vio y se vivió en estas olimpiadas? Desde lo increíble y fascinante, con un espectacular inicio; hasta lo trágico y caótico. La emoción al por mayor, unos JJOO únicos, que por primera vez fueron en continuo movimiento sobre el Río Sena. Y que, aún y cuando fueron duramente criticadas por malas interpretaciones sobre la presentación histórica en la inauguración y la clausura, fueron un parteaguas para las mujeres en el campo deportivo y cultural en el mundo.
Las primeras olimpiadas con total paridad entre hombres y mujeres, y en lo particular, la delegación mexicana, al igual que la de Brasil; con mayor cantidad de mujeres, que de hombres.
Durante la ceremonia de apertura, mientras la Marsellesa se escuchaba de fondo, diez estatuas doradas aparecieron durante la inauguración de los JJOO, con el título “SORORIDAD”. Mujeres que dejaron huella en la historia de Francia desde la Edad Media, hasta nuestros días. Un homenaje a su trabajo y reconocimiento a su labor.
¡Las olimpiadas del amor!
La ciudad de las luces nos envolvió a todos y se convirtió en la ciudad del amor. Un total de siete proposiciones se hicieron durante estos JJOO por parte de los atletas.
Se batieron más de cincuenta records olímpicos y mundiales. El más nombrado de ellos, el de Leon Marchand, el nuevo ídolo de Francia y quien vino a desplazar a Phelps.
Otra figura importante, de entre las tantas que hubo en estos JJOO, fue Sifan Hassand, quien no solo ganó la maratón de Paris femenil, sino que, además, obtuvo medalla de bronce en las distancias de 5000 y 10000 metros. Símbolo del esfuerzo y del espíritu olímpico.
El valor del esfuerzo es incomparable. ¿Cuántos de nosotros no soñamos con ser grandes deportistas y representar a nuestro país en competencias de talla internacional? Muchos se quedaron en el camino tratando de cumplir ese sueño, otros tantos claudicaron por no contar con los recursos suficientes; sin embargo, unos cuantos, llegaron a ese tan anhelado lugar.
Este es el caso de los atletas mexicanos, que sin importar los retos y dificultades que tuvieron que sortear, representaron a nuestro país con total patriotismo.
Y es que para mucho es fácil criticar la actuación de los deportistas, más si se trata de un mexicano, sin ver todo el esfuerzo que hay detrás de ello.
Desde levantarse a las cuatro o cinco de la mañana, recorrer grandes distancias o tener que vender su automóvil, o hasta trajes de baño; todo para poder representar a su país, mientras otros atletas cuentan con los recursos suficientes y el apoyo total e incondicional por parte del estado, en nuestro país se hace a contracorriente, pasando por toda una serie de pruebas, que más que motivarlos, los hacen querer desistir por momentos.
Por ello, mi total reconocimiento para todas y cada uno de los participantes y ganadores olímpicos como lo son: Osmar Olvera (doble medallista) en trampolín y Juan Celaya; judo con Prisca Awiti; Marco Verde en el boxeo y por supuesto, Alejandra Valencia, Ángela Ruiz y Ana Paula Vázquez en tiro con arco. Estas dos últimas, coahuilenses, provenientes de la ciudad de Saltillo y Ramos Arizpe, respectivamente.
Las mujeres dejaron ver su presencia y su valor durante estos JJOO, demostrando que el que quiere, puede, y que aún y contra todo pronóstico, los sueños se pueden convertir en realidad, claro... con DISCIPLINA, VOLUNTAD Y FÉ EN SI MISMO.
Y para qué son las alas, sino más que para volar...