Arrancamos… los fundadores del marxismo, sostienen que la ideología es la La visión nebulosa de la realidad producto de la vida material. La ideología es el reflejo de las condiciones materiales de existencia. La moral, la religión, la metafísica y cualquier otra ideología y las formas de conciencia que a ellas corresponden pierden, así, la apariencia de su propia sustantividad. No tienen su propia historia ni su propio desarrollo, sino que los hombres que desarrollan su producción material y su intercambio material cambian también, al cambiar esta realidad, su pensamiento y los productos de su pensamiento. No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia, la moral, la religión y la metafísica son otras tantas modalidades en las que cobra forma la ideología. Una característica central de la ideología, según la teoría marxista, es que carece de historia, ya que es el simple reflejo de las condiciones materiales de existencia. Al cambiar las relaciones de producción cambia también la ideología. No es la ideología la que determina las condiciones materiales de existencia, por el contrario, son las condiciones materiales de existencia las que determinan la ideología. Por lo tanto, la ideología es una visión falsa y tendenciosa de la realidad; responde a los intereses materiales a partir de los cuales se articulan las clases sociales. Desde esta perspectiva, las clases dominantes imponen su ideología, su forma de ver y actuar sobre el mundo. Esta visión de la ideología contiene dos errores teóricos: primero, sostiene que las clases dominantes elaboran ideología, y, segundo, supone que estas mismas clases dominantes utilizan mecanismos de poder institucionalizados (los aparatos ideológicos de estado) para vigilar la inculcación de la ideología. En la producción social de su existencia, los hombres entran en relaciones determinadas, necesarias, independientes de su voluntad; estas relaciones de producción corresponden a un grado determinado de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, la base real, sobre la cual se eleva una superestructura jurídica y política y a la que corresponden formas sociales determinadas de conciencia. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política e intelectual en general. No es la conciencia de los hombres la que determina la realidad; por el contrario, la realidad social es la que determina su conciencia. Para Marx, la sociedad está conformada como una totalidad estructural, en donde las fuerzas productivas y las relaciones de producción conforman la estructura económica, la base "real" de la sociedad, sobre la cual se eleva la superestructura política, jurídica e ideológica. No es la ideología y las diversas formas de conciencia las que determinan la realidad, sino que es la realidad la que determina la ideología. Para la teoría clásica marxista las clases dominantes tienen al servicio de sus intereses a un grupo de intelectuales orgánicos que elaboran ideología. En contra parte, las formas de conciencia que llegan a adquirir las clases oprimidas, basadas en sus intereses económicos de clase (conciencia revolucionaria contra las relaciones de dominación y explotación), no son ideología, sino ciencia. Lo mismo sucede con la posición política contraria, las clases dominantes (filosofía analítica, positivismo lógico, teoría funcionalista, teoría funcional-estructuralista, teoría sistémica, teoría del capital humano, teoría neoliberal, entre otras), conciben su propia visión del mundo como científica, como un conocimiento objetivo y neutral que se encuentra al margen de los sesgos ideológicos. Vista la ideología como una falsa conciencia de la realidad, cobran sentido las acusaciones mutuas que se hacen los teóricos adscritos a diferentes intereses de clase; terminan por llamar a su contrincante de forma despectiva: ideológico. Esta visión de la ideología como falsa conciencia de la realidad da forma al maniqueísmo político. Si la ideología es una falsa visión de la realidad que responde a los diferentes intereses de clase, entonces detrás de toda ideología existe un poder oculto (llámese dios, la burguesía, el gran capital, el imperialismo, el comunismo, los terroristas, los extraterrestres, el mal) que vigila y castiga. Esta visión de la ideología como falsa conciencia da forma al supuesto metafísico de la conspiración. MI VERDAD.- Al contaminarse la subjetividad, se da forma el maniqueísmo político. Así se entiende, la victoria de los candidatos en esta contienda electoral que concluyó.