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A pocos días de iniciar la jornada electoral del próximo domingo 2 de junio, ha iniciado la etapa de veda electoral, en donde candidatas y candidatos deberán guardar absoluto silencio luego de casi tres meses de campaña.
Esta veda es solo el espacio que supone la etapa de reflexión para que ciudadanas y ciudadanos decidan por quiénes votarán para los cargos de presidencia de la república, senadores, diputados y alcaldes municipales.
Los números en este proceso son impresionantes: 20 mil 708 cargos a elegir a nivel federal y local; 9 gubernaturas a elegir, 300 diputaciones federales de manera directa (más 200 de representación proporcional) y 64 senadurías de la misma manera (más 64 indirecta).
En total, somos 98 millones 329 mil 591 personas en el listado nominal con derecho a voto de las cuales 47 millones 226 mil 062 son mujeres y 51 millones 103 mil 424 son hombres.
De este universo, 187 mil 388 personas que residen en el extranjero solicitaron su inscripción a la lista nominal, lo cual anticipa que votarán desde fuera de nuestro país.
Para recibir a esta cantidad millonaria de votantes el INE instalará 170 mil 304 casillas el día de la jornada electoral a través de 317 millones 310 mil 261 boletas electorales y atenderán dichas casillas 14 millones 201 mil 092 ciudadanos insaculados y capacitados por el INE.
El costo de este proceso es impresionante, pues más de 10 mil millones de pesos se gastarán de recursos públicos de los cuales casi 10 mil millones serán para gastos de partidos políticos para gastos de campaña y actividades ordinarias.
Todo esto basta para definir al actual proceso como el “más grande de la historia de México”; también fuimos bombardeados por millones ,788 mil ,544 promocionales en los diversos medios de comunicación sin contar las manifestaciones de apoyo emocional vertidas en redes sociales durante todo el proceso electoral vigente.
Finalmente, la participación ciudadana observa datos interesantes en las últimas elecciones presidenciales que pudieran proyectar el escenario para este domingo 2 de junio.
En 1988 participó el 50.9% del listado nominal, en 1994 el 77%; en la elección del 2000 participaron el 63.97% mientras que en el año 2006 descendió al 58.55% para volver a elevarse a 63.08 en 2012 y finalmente en 2018 la participación se quedó en 62.65%. por lo tanto, la elección en donde quedó electo Ernesto Zedillo ha sido la más alta de la historia de México.
Esperemos que en este proceso los números sean altos y reflejen el sentir de una sociedad que no solo legalice, sino que legitime a las y los ganadores en un claro y contundente ejercicio de ciudadanía electoral.
Cabe mencionar que también será interesante analizar los resultados reales con los números de las encuestas presentadas a lo largo de todo el proceso electoral.
Por lo pronto que sea un gran proceso signado por la paz, la civilidad, la tolerancia y una nutrida participación ciudadana.
Todas y todos a votar este domingo 2 de junio.