Un muchacho está en las puertas del cielo, esperando ser admitido, mientras San Pedro hojea el gran libro para ver si el chico es digno de entrar. San Pedro repasa el libro varias veces, frunce el ceño y le dice al joven:
- ¿Sabes?, no veo que hayas hecho nada realmente bueno en tu vida, pero tampoco nunca hiciste nada malo... Te diré una cosa, si puedes contarme de una acción REALMENTE buena que hayas hecho en tu vida, estás dentro.
El muchacho piensa por un momento y dice:
- Bueno, hubo un momento en que estaba conduciendo por la carretera y vi a un grupo de motociclistas reunidos alrededor de esta pobre niña. Reduje la velocidad de mi auto para ver qué estaba pasando y, efectivamente, había unos 20 atormentando a esta chica.
Enfurecido, salí de mi auto, saqué una llave de llantas de mi baúl y caminé directamente hacia el líder de la pandilla, un tipo enorme con una chaqueta de cuero con tachuelas y una cadena que iba desde la nariz hasta la oreja.
Mientras caminaba hacia el líder, la pandilla formó un círculo a mi alrededor. Así que, le arranqué la cadena al líder de la cara y lo golpeé en la cabeza con la llave de hierro.
Luego me di vuelta y les grité al resto:
- ¡Dejen en paz a esta pobre e inocente niña! ¡Son todos un montón de animales enfermos y trastornados!, ¡Váyanse a casa antes de que les enseñe a todos una lección de dolor!...
San Pedro, impresionado, le dice al joven muchacho:
- ¿¿En serio??... ¿Cuándo pasó esto?
El joven le responde:
- ¡¡Oh...!!, hace unos dos minutos.