Un niño de tres años se acercó a una mujer embarazada mientras esperaba con su madre en el consultorio del médico.
Le pregunta a la señora con la natural curiosidad de un niño:
- ¿Por qué tienes el estómago tan grande?
Y la señora un poco incómoda le responde:
Ah... bueno eso es porque “voy a tener un bebé”.
El niño se sorprende por la respuesta y con ojos grandes, le pregunta:
- ¿Está el bebé en tu estómago?
Ella le contesta:
- Si, así es...
Entonces el niño la observa con mucho cuidado por su respuesta y con la mirada perpleja, le preguntó:
- ¿Es un buen bebé?
Ella dijo:
- Oh, sí. Es un bebé realmente bueno...
El niño con una mirada aún más sorprendida y conmocionada, le dijo:
- Entonces, ¿por qué te lo comiste?...