Arrancamos… el republicanismo se ha puesto de moda y a partir de los sesenta y setenta del siglo pasado ha formado parte no sólo de la ciencia política, sino de la filosofía, y ha sido materia de diálogo y debates propios. Además, como dice Philip Petit, "ha llegado a convertirse en el foco principal de interés de una reciente escuela de historiografía académica". Solón. Aristóteles también enriqueció esa tradición que sobresalió en la Roma clásica con uno de los personajes más característicos que siguió los lineamientos de los referidos griegos, como el mismo Platón: me refiero al jurisconsulto Marco Tulio Cicerón. Después resurgió en el Renacimiento, donde uno de sus principales exponentes fue Nicolás Maquiavelo. Privó no sólo en esos momentos de la historia, sino que fue parte del motor de la Guerra Civil inglesa y de las revoluciones norteamericana y francesa. Por republicanismo, entendemos: es un movimiento tendente a la construcción de un orden social "republicano". Esto es, una comunidad de ciudadanos libres, iguales e independientes en lo material y en lo civil, indisolublemente unida a valores como los de bien común, felicidad y justicia, en la que la vida humana, o más precisamente, la "vida buena" de todos los ciudadanos, asumida como fin último de la polis, pueda alcanzar su plenitud. Podemos observar algunos rasgos aristotélicos, pero podrán parecer inusuales en el lenguaje político términos como vida buena, felicidad, etcétera. Esa herencia social también la comparte el actual presidente: además de coincidir con los valores del republicanismo antes señalados, indica claramente en su proyecto político: "El Estado no puede eludir su responsabilidad pública, económica y social. Su razón de ser es garantizar a todos los ciudadanos una vida digna y justa, con seguridad y bienestar, y su función básica es evitar que los pocos que tienen mucho se aprovechen y abusen de los muchos que tienen poco". Esta vida buena debe ser no sólo para un grupo selecto o privilegiado de ciudadanos, sino para todos, o la gran mayoría. Por su parte, el filósofo y ensayista español Francisco Fernández Buey señala: Por "republicanismo, llamado a veces también "civilismo" o "republicanismo cívico", se viene entendiendo en el mundo académico de hoy una filosofía política laica, que propone sintetizar elementos liberales y comunitarios con la consideración de que el único gobierno legítimo es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Los republicanos o "civilistas" consideran al gobierno como una empresa común (res publica) de los ciudadanos dirigida por ellos mismos, defienden que la virtud pública es el fundamento del gobierno y que el Estado se basa en la ciudadanía en su conjunto, no sólo en la política y en las instituciones. Definen la libertad como la no dominación. MI VERDAD.- necesitamos al ciudadano no sólo despierto, sino que además sea educado para poder dar el ejemplo en su actuar a través de las virtudes cívicas. Estas son parte fundamental del republicanismo.