Ni en mis peores pesadillas hubiera visto venir la traición reflejada en ti.
Cuando te conocí, empecé a envilecerme de tu belleza y de ese brillo tan peculiar de tus ojos.
Todo refractario en tu simpatía y bondad, pero de la nada apareció un eclipse, y al verte se evidenciaba en ti tu traición.
Es increíble cómo me cambió la vida y lo que sentía por ti. Después de sentir amor, ahora es odio, pero en tu argumento es aceptable que no me llegaste a amar.
Por mi parte, yo que todo lo intenté para que me amaras, pero me ganó el deseo de tener tu cuerpo. Más nunca llegó el momento en que tú me amaras ni en mis sueños. El querer tener a alguien que te diera todo el amor.
Mientras yo seguiré mi camino, tal vez por lo pronto no buscaré el amor, hasta que cure mis heridas. Solo te diré adiós sin decirte más lo que sentía en mi corazón, por el momento solo te puedo desear el bien.