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Continuando con el análisis de los perfiles que desean la Rectoría de la máxima casa de estudios de nuestra entidad; resta analizar a los dos aspirantes restantes: Octavio Pimentel y Jorge Alanís Canales; sobre el primero, actual director de vinculación e innovación productiva de la UAdeC; quien también fue Director de la Facultad de Sistemas de dicha universidad, así como haberse desempeñado en otros cargos tales como director de Asuntos Académicos y quien como titular actual líder de vinculación e innovación productiva en los últimos meses ha incrementado su presencia en redes con actividades diarias que involucran a la universidad con algunas empresas locales y la firma de acuerdos con dependencias gubernamentales. Si bien es cierto que la UAdeC tiene mucho camino por consolidar dentro del ámbito de la vinculación con el sector productivo, su actual director ha dado pasos encaminados a subsanar esas deficiencias de manera gradual, pero decidida. Finalmente, el actual tesorero, Jorge Alanís Canales, quien ha desempeñado su profesión como contador mayoritariamente fuera de la universidad en el sector gubernamental como contralor, tesorero, diputado y gerente de negocio familiar, y quien realmente ha fulgurado muy poco tanto en redes como en su relación directa con escuelas y facultades de la universidad. Teniendo en cuenta estos antecedentes, solo dos de estos tres aspirantes reúnen los requisitos glosados en la primera parte de este artículo; Alfonso Yáñez Arreola y Octavio Pimentel Martínez, pues Jorge Alanís no tiene la experiencia como director ni ha destacado con carrera dentro de la universidad; pero más allá de quién vaya a dirigir el destino de la UAdeC en los próximos tres años, queda claro que lo hace falta es lo siguiente: I. Eliminar a los mismos funcionario de siempre, que durante años solo han cambiado de puesto en puesto secuestrando a la UAdeC para sus intereses personales estancando a la universidad en rutinas institucionales perniciosas; por ello nuevas caras son imprescindibles y el nuevo Rector debe tener en cuenta esta necesidad de oxígeno burocrático. II. Así mismo, se debe trabajar en mejorar la transparencia en toda la universidad, acabar con la discrecionalidad que reina en muchas unidades académicas e implementar una presupuestación base cero para eliminar gastos innecesarios como los carísimos consejos universitarios que bien pudieran realizarse de manera virtual, aunque ello atente contra el ego de funcionarios que adoran los aplausos multitudinarios. III. Finalmente, apoyo total a docentes e investigadores; en lo personal, me tocó ser aceptado en un congreso nacional en Puebla por parte de ANUIES para representar a la UAdeC, al cual no asistí por falta de apoyo por parte de la universidad. Hay muchos puntos más por desarrollar, pero estos son de los principales que deberán ser atendidos por el próximo rector.