Un hombre muy bien parecido decidió buscar a la mujer perfecta para que juntos pudieran tener los hijos más bellos del mundo.
Después de mucho buscar, llegó a la gran ciudad y conoció a las tres hermosas hijas de un gran empresario y pensó que cualquiera de ellas sería una buena elección. El empresario, que quería casar a sus hijas, accedió gustoso a que el hombre saliera con ellas.
Así que el tipo salió con la primera de las hijas y al día siguiente le dijo al empresario:
- Pues, mire... su hija es un poquitín, nada del otro mundo... “BIZCA”.
Al día siguiente, el hombre salió con la segunda hermana y al regresar le dijo al padre:
- Mire, su hija es un poquitín, nada del otro mundo... “COJA".
Finalmente, el hombre salió con la tercer hija y al regresar le dijo al empresario:
- Esta siii... ¡Es perfecta! ¡Quiero casarme con ella de inmediato!
Meses más tarde nació un bebé. Cuando el hombre lo vio por primera vez quedó horrorizado: el bebé era el más horrible y patético que pueda imaginarse. Desesperado, el tipo corrió a ver al suegro y le preguntó: ¿Cómo podía pasar eso con unos padres como ellos?
El padre le explicó con toda calma: - Pues mire, ella estaba un poquitín, nada del otro mundo... “EMBARAZADA cuando usted la conoció"