Nunca sabemos cómo llegar a lo que queremos lograr al inicio del año, porque todo lo que nos proponemos hacer terminamos por desecharlo y nunca logramos ese objetivo.
A medida que las hojas del calendario caen, marcando el fin de otro año, surge una oportunidad única para la reflexión y la renovación.
Entre los clásicos propósitos de hacer ejercicio, leer más o aprender algo nuevo.
Se debería de pensar que el mayor compromiso de cada uno, será algo más profundo y significativo.
Uno de los primeros propósitos debería ser fortalecer las conexiones con los demás, buscando un entendimiento corazón a corazón.
El hombre y la mujer pueden llegar a cumplir todos sus propósitos, pero si no tiene la intención ni el deseo de lograrlo al final lo abandonan, creo que nosotros necesitamos un propósito para empezar un nuevo año.
Debemos de tener como un propósito de todos los días el de ser feliz consigo mismo y con lo que nos rodean.
Hoy sabemos que no tenemos que buscar un propósito en la vida para ser mejores que los demás, debemos de tener un propósito y es el de ser felices.