Una niña pequeña le pregunta a su mamá: "¿Puedo sacar a dar una vuelta a la perra?"
"Pregúntale a tu padre, porque la perra está en celo y podría ser peligroso"; le contesta su madre.
La niña obedece y le pregunta a su padre, quien responde:
"Bueno, pero como la perra está en celo le untamos un poco de gasolina en el lomo para disminuir su olor y no tentar a los perros".
Hecho esto, la niña le coloca la correa a la perra y salen a pasear. A la media hora, la niña regresa con la correa en la mano, y el padre alarmado pregunta por la perra. A lo que la pequeña le contestó:
"Se quedó sin gasolina en la otra cuadra, pero hay un perro muy amable que la trae empujando".