Pero, antes que nada, empezaremos esta columna con nuestra típica y tradicional adivinanza, la cual, nos la mando la gente Dimas, “El Zamacona de la 35” ¿Quién es la titular de comité a la que conocen como “lady chinguetas”? Como siempre, le daremos unas pistas: esta titular no se cansa de vender plazas al por mayor, además de vender hasta los cambios de adscripción, falsificando las firmas de las solicitudes, sin contar que desaparece los recursos de las delegaciones. A este personaje, cuando se le llega a cuestionar el porqué de sus pillerías, se concreta a decir que ella es la titular consentida del secretario seccional, y que por eso ella puede hacer lo que quiera y si no a la “queso”. Si con todas estas pistas no sabe de quién estamos hablando, pregúntele al secretario general de la secundaria 15, al cual lo mandaron de su coordinador la gente de Portillo, pero “lady chinguetas” lo mando a la fregada.
Entrando en materia político sindical, muchas son las reacciones que han generado las columnas anteriores, donde hemos desmenuzado los avances y retrocesos que ha tenido la administración de Arturo Diaz al frente de la sección 35 en los grandes temas. En esta ocasión, hablaremos de la “Unidad Sindical”, que, como en los temas de legitimidad, trasparencia, rendición de cuentas y corrupción, desgraciadamente, solo ha habido grandes retrocesos, ya que podemos decir que de “unidad sindical” ya no existe nada, porque Arturo Díaz, debido a su falta de capacidad ya por demás comprobada, tiene la estructura seccional totalmente dividida, pero unida en su contra. La despersonalización de las carteras de su comité ha llegado a tal grado que, entrando el año, como el propio Arturo lo maneja, habrá cambios por tercera vez en el comité, ya que primero desconoció a muchos de los titulares que le ayudaron a ganar en la planilla, después puso a sus supuestos incondicionales y hasta a un familiar de titulares, y, posteriormente, les impuso a los propios titulares coordinadores supuestamente a modo para que los controlaran, y ahora anda prometiendo llevarse a los ingenuos secretarios delegacionales de coordinadores para que estos no tengan la capacidad de cuestionarle sus movimientos y su pésima toma de decisiones.
Como lo dijimos en el primer análisis, quisiéramos de todo corazón que las cosas fueran diferentes, sobre todo, en este tema tan importante que es la “unidad sindical”, pero la verdad supera la ficción y para estas alturas, esta unidad en pro del secretario general simplemente no existe, ya a un año de gestión, todos aquellos que al interior del comité manejaban dichos como: “Si Arturo se pone listo, va realizar gran papel en la sección”, “Si Arturo es listo sumará a todas las fuerzas políticas”, “Si Arturo fuera listo, etc. etc. etc.”, pues ya todo el comité sabe que Arturo no es listo, sino todo lo contrario, y su propia gente afirma que no va cambiar, y que seguirá traicionando el más básico del objetivo de cualquier sindicato, que es preservar la “unidad sindical” entre los agremiados, empezando por el comité seccional, estructura delegacional y base magisterial.
La realidad es que Arturo Díaz, al inicio de su gestión, como lo hemos comentado, tenía todo para aglutinar a todas las fuerzas políticas a su administración y proyecto político, todos los representantes de las diferentes planillas se le pusieron a disposición de manera institucional, y hoy todas esas fuerzas políticas las tiene unidas, pero en su contra. Los hubieras, como luego dicen, no existen, y la realidad es que prueba de esta desunión es el estado de descomposición y despersonalización que tiene el comité, que, dicho sea de paso, todos fueron elegidos junto con los suplentes de manera democrática, por el voto universal, y que horita con la mano en la cintura, son por parte de Arturo Díaz, removidos, expulsados o congelados a diestra y siniestra. Ya en el comité, ni los que empezaron a defenderlo con los ojos cerrados lo defienden, porque la realidad es que no existen argumentos, ni méritos de trabajo, solo uno que otro aun cree en él, los demás, se dedican a hacer negocio y buscar la manera de fregar a la base trabajadora.
Otra prueba es la asociación civil “Alianza Magisterial Ciudadana por la Educación”, que, dicho sea de paso, no se hubiera formado si Arturo no manejara de manera sectaria, revanchista y partidista la sección. De la “unidad sindical” en esta administración no queda ya ni el grito de ¡Unidad! ¡Unidad!, en las reuniones.
En el “tanteometro” de la semana, el que mandó a inflar burros por el pivote a Arturo Díaz, fue el titular de secundarias técnicas, quien, según nos comentan, se cansó de que Arturo les imponga a sus coordinadores, y del nulo apoyo que recibe por parte del secretario general para realizar sus funciones. Este personaje, buscará hacer su propio equipo, que por el lado de Durango le pongan un estate quieto en lo político electoral y de traiciones a Arturo Díaz. Definitivamente, al secretario seccional se le olvida que el 31 por ciento que voto lo hizo por la planilla verde y que tanto titulares y suplentes que la conformaron, son los que llevaron los votos necesarios para ganar.
¡Hasta la próxima!