La Corte Suprema de los Estados Unidos determinó, en lo que se considera un fallo histórico, el máximo tribunal norteamericano determinó que las dosis anticovid no son vacunas, debido al daño irreversible que pueden llegar a causar en la salud de quienes las reciben.
Fue el político norteamericano Robert F. Kennedy Jr., quien es sobrino del desaparecido ex presidente John F. Kennedy, y quien busca llegar a la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica por la vía independiente, quien logró que el tribunal supremo emitiera la histórica sentencia que sienta un precedente histórico internacional del que nadie está hablando.
Y es que miles de millones de personas alrededor del mundo han recibido no una, sino hasta dos o tres, incluso más, dosis de biológicos anticovid, desarrollados por las farmacéuticas más poderosas luego de la aparición del mortal virus que puso en jaque al mundo, que no estaba preparado para hacer frente al SARS COV 2, que se cobró la vida de millones de personas en apenas unos cuantos meses.
Robert F. Kennedy Jr., es un conocido activista antivacunas, y encabezó la batalla legal que llegó hasta el máximo tribunal estadounidense, venciendo así a los poderosos cabilderos farmacéuticos, que invierten millones de dólares que luego traducen en ingentes ganancias gracias a los miles de médicos que luego terminan recetando sus medicamentos.
El polémico político norteamericano, miembro de una de las familias políticas más añejas y reconocidas de ese país, emitió un comunicado de prensa en el que da a conocer que según las conclusiones a las que llegó el tribunal supremo confirma que “el daño causado por las terapias genéticas de ARN de Covid es irreparable”.
Asimismo, destacó que para conseguir la sentencia fue necesaria la participación de un equipo internacional de profesionales del derecho y científicos que apoyaron la iniciativa que, no obstante, su importancia y demoledora sentencia, poco se está hablando de ella en los medios de comunicación.
De hecho, las campañas van exactamente en sentido contrario, pues desde las farmacéuticas y los gobiernos se siguen incitando a la población a vacunarse casi de manera permanente, una dosis tras otra a lo largo de un periodo de tiempo indefinido, aunque de acuerdo con el Tribunal Supremo norteamericano, eso puede traer afectaciones permanentes a la salud.
Al respecto, Kennedy Jr., declaró: “es muy probable que, si alguna vez circula la noticia del histórico fallo, sea demasiado tarde y permita que la clase medica corrupta, alineada con las posiciones de los lobbies farmacéuticos, consigan su objetivo de llevar a cabo una campaña de vacunación masiva”.
Además, hizo un llamado para “no permitir que los promotores farmacéuticos arruinen definitivamente nuestra salud y pongan en peligro nuestras vidas”. Por ello, hizo un llamado “a la rebeldía contra los negocios sucios e impunes de la muerte”.
Cabe recordar que este no es el primer gran escándalo en que las multimillonarias empresas farmacéuticas y sus promotores se ven envueltas, cabe recordar la grave crisis de opioides que se vivió en Estados Unidos en la segunda mitad de los 90´s, cuando los doctores empezaron a recetar el OxyContin, un opioide para el dolor supuestamente inofensivo, pero que dio como resultado un número cada vez mayor de adictos en una crisis que hasta el día de hoy no se ha podido frenar.
La crisis es tal, que en los últimos años las muertes por este tipo de sustancias (obtenidas por los usuarios tanto de forma legal como ilegal), supera los 100 mil decesos al año, en una crisis sin precedentes para el sistema sanitario de Estados Unidos. Lo que Robert F. Kennedy Jr., y su grupo de colaboradores buscan evitar es que un escenario similar se repita, pero esta vez a nivel mundial, aunque eso a nadie parece preocuparle, al contrario, millones de dosis de vacunas anticovid se siguen aplicando a diario alrededor del mundo.
