La mejor columna política de La Laguna, por SinCensura.
Hay un dicho que reza: “No prometas cuándo estés contento, ni regañes cuando estés enojado”. Si lo haces, en ambos casos te arrepentirás sin remedio’. Eso le está pasando al presidente Andrés Manuel López Obrador con el caso Ayotzinapa.
Se cumplieron este martes —26 de septiembre— nueve años de la noche triste de Iguala, cuando desparecieron 43 estudiantes de la escuela normal rural de Ayotzinapa.
El gobierno anterior —de Peña Nieto— pagó una colosal factura política por su mal manejo del caso y por la presentación de “La Verdad Histórica” que fue desmontada por el actual gobierno, el de Andrés Manuel López Obrador, que también tiene un profundo desgaste político porque no ha podido esclarecer el caso.
El esclarecimiento fue una reiterada oferta de campaña de Morena que no se ha cumplido. Los familiares de los normalistas y el gobierno actual, que fueron aliados coyunturales, están hoy al borde del rompimiento.
Esa noche de hace 9 años, los normalistas fueron detenidos por la policía municipal de Iguala que se los entregó al grupo criminal “Guerreros Unidos” que los ultimó y desapareció los cuerpos. Ese era y sigue siendo el núcleo de esta narrativa de terror que sigue impune.
Durante la administración morenista, se han dado algunas informaciones que hicieron abrigar esperanzas a las familias de que por lo menos conocerían qué fue lo que pasó con los normalistas.
La detención de un militar, la acusación sobre varios elementos de tropa por su presunta complicidad en los hechos, hicieron parecer que la cosa iba en serio. El exprocurador Jesús Murillo Karam detenido, el encargado de las investigaciones, Tomás Zerón, exiliado en Israel, otras señales propicias para el optimismo.
Este gobierno podrá argumentar lo que quiera, pero el hecho irrefutable es que no hay manera de cumplir la promesa presidencial a pesar de esos hechos aislados que, vistos sin la conclusión del caso, parecen solo espejismos.
Murillo Karam está preso por atreverse a publicar unas conclusiones que no les gustaron a los familiares de los desaparecidos, “La Verdad Histórica’’, que 9 años después se sostiene en sus pilares principales.
Tanto Andrés Manuel López Obrador y Alejandro Encinas tendrán su propia verdad histórica, pero a la hora de que la historia sin adjetivos juzgue su trabajo, solo habrá una conclusión: no cumplieron.
La gran pregunta es, ¿qué fue lo que detuvo las investigaciones que parecían encaminadas a encontrar la verdad de los hechos? ¿Qué o quiénes la desviaron o dieron por concluida?
Sin embargo, el hecho puro y duro es que Alejandro Encinas, encargado del caso, no sabe a ciencia cierta dónde están o qué pasó con ellos y eso es no haber avanzado ni un milímetro en su solución, lo que, entendiblemente, reprochan los familiares, que ya no quieren saber de “avances” por lo que comienzan todas las reuniones en Palacio Nacional con la misma pregunta: “¿Dónde están?”.
A pesar de la sonrisa que enseña de oreja a oreja, la “señora X” se muestra medio desconcertada —que nunca dio el ancho y resultó con demasiados cadáveres en el clóset— y lo único que se le ocurre declarar, es que ni se asusta ni se raja: “Han querido demoler mi casa, ya dijeron que no soy indígena, que no soy empresaria, que no vendí gelatinas, ahora que no soy ingeniera, mañana van a decir que no soy mujer, porque huevos tengo y son muchos”.
¡Gracias por apoyarme, cabrones! Les gritó, en tono de burla, la “señora X” a los dirigentes del PRI, PAN y PRD, quienes ante la madriza que le pusieron la semana pasada en todos los medios de comunicación y redes sociales por haberse plagiado algunos parrafitos del informe-reporte que presentó para titularse, aquellos se resistieron durante varios días a meter las manos y abrir la boca.
El electorado exige que, además de las tácticas negativas, los candidatos muestren sus armas positivas: proyectos, planes, programas, compromisos… y hasta simples promesas, que justifiquen para la ciudadanía la entrega de su voto.
Que se rasque con sus propias uñas. Ahora que la elegida para ser candidata presidencial del “Frente Amplio Por México” se defienda con furia de sus propias contradicciones. La “señora X” no da ya para más.
¿Dónde están los que decidieron que ella fuera su candidata? Los líderes partidistas parecen haberla abandonado a su suerte.
¿Dónde están los impulsores de Xóchitl Gálvez?... ¿Dónde está su coordinador de campaña, Santiago Creel Miranda? Anda de vacaciones.
¿Dónde está Marko Cortés, “Alito” Moreno y Chucho Zambrano?... Por lo visto dejaron ya sola a la seudo indígena hidalguense, quién cada vez se ve más hecha pedazos, sobajada, golpeada por la corrupción de su administración en la delegación Miguel Hidalgo o del comprobado plagio del texto gracias al cual la UNAM le otorgó el título de ingeniera.
La dejaron sola los panistas, ahora, andan en busca de una alternativa para sustituirla ya que no da el ancho como candidata opositora.
Apenas si se convirtió en la responsable de coordinar al “Frente Amplio Por México”, Xóchitl Gálvez ha sido blanco de embestidas mediáticas que han evidenciado —más temprano de lo calculado— sus fragilidades.
Alentada por los yerros de las últimas semanas, los medios quieren imponer la narrativa del caos en el Frente Opositor.
Las versiones de que el PRI quiere bajar a Xóchitl Gálvez y subir a Beatriz Paredes no han sido desmentidas. La última vez que los priistas bajaron a un candidato presidencial lo hicieron sin elegancia y enlutaron a la familia Colosio. De ahí que es prudente la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de solicitar a la Secretaría de la Defensa Nacional que establezca un esquema de protección en torno a Xóchitl. Claudia Sheinbaum recibiría el mismo trato. Más vale prevenir que lamentar, ya ven como son.
¿Cómo verán el futuro algunos viejos políticos del PRI y el PAN, que no han dudado en correr a las filas de Morena? Sumarse a la cargada a favor de Claudia Sheinbaum, en busca de posiciones, es la moda.
En Morena, los recibe sin importar su pasado, al menos por el momento, en un afán de demostrar que se resquebraja el Frente Opositor y más se suman al “proyecto de la transformación’’ del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Se creería de algún campesino o de un luchador social, ¿pero de políticos que han vivido por décadas del erario bajo la cobija tricolor o blanquiazul y de repente tuvieron una epifanía que los hizo ver que había militado en el bando equivocado?
Claro, las epifanías ocurren en sus residencias con alberca, o en sus lujosos Mercedes Benz, o en sus camionetas Suburban blindadas, o quizá en alguna de sus oficinas de sus múltiples negocios obtenidos al amparo de sus cargos públicos.
Pero eso no le importa ni a Mario Delgado ni a la propia Claudia Sheinbaum, pero debería importarle al presidente Andrés Manuel López Obrador, tan celoso de la pureza de su movimiento.
El caso es que, Jorge Carlos Ramírez Marín, fue tres veces diputado federal, dos veces diputado local, miembro del gabinete de Enrique Peña Nieto, ahora senador, por cierto, el único de mayoría que tuvo el PRI en las elecciones del 2018.
Hace unos días, renunció a la militancia del partido que lo cobijó durante toda su carrera política para brincar al Verde Ecologista en busca de la candidatura al Gobierno de Yucatán, todavía panista.
Desde que el senador Jorge Carlos Ramírez Marín posó al lado de los senadores de la 4T en una foto con motivo de la visita de Claudia Sheinbaum a la Cámara Alta, quedó enviado el mensaje de que pronto cambiaría de camiseta.
Pero brincar al Verde es brincar a Morena, pero quizá no lo hizo directamente para no verse tan mal. Jorge Carlos Ramírez Marín es un político experimentado que domina como pocos el oficio político. Si aparece en la boleta será muy complicado vencerle. Pero la realidad, nos dicen, es que va por la candidatura a la alcaldía de Yucatán.
De todas maneras apenas figura en las encuestas, muy por debajo de la aspirante más fuerte de Morena, Verónica Camino Farjat. En fin, es tiempo de chapulines.
En Saltillo, el concierto de Grupo Frontera resonó en el ámbito político. Las quejas de la comunidad estudiantil del Instituto Tecnológico de Saltillo —ITS— por el uso de sus instalaciones como una zona VIP, obligaron a la directora María Gloria Hinojosa, a presentar su renuncia.
Los funcionarios de la alcaldía saltillense —al final, los anfitriones del concierto— tuvieron el tacto de un elefante para manejar el asunto. En vísperas del cambio de poderes, el gobernador Miguel Riquelme tuvo que hacer la punta y ofrecer las disculpas públicas a la comunidad estudiantil, para cuidar que ese asunto no fuera heredado al gobernador electo, Manolo Jiménez.
Sin duda, algo que ha caracterizado a Miguel Riquelme, es tener mano izquierda para conciliar los conflictos políticos de la entidad. El miércoles fue levantado el bloqueo del bulevar Venustiano Carranza.
Mientras en otras entidades la inseguridad aumenta, en Coahuila, hay un esfuerzo y compromiso en materia de seguridad entre Miguel Riquelme y Manolo Jiménez. Nuestra ubicación geográfica es y será un motivo para la lucha permanente contra la inseguridad.
La presencia del secretario de la Defensa, general Luis Cresencio Sandoval, es un reflejo de que nuestro Ejército apoya a Coahuila en el esfuerzo sostenido a favor de la seguridad. Y el gobernador Miguel Riquelme lo ha reiterado con el agradecimiento a nuestras Fuerzas Armadas.
El gobernador electo de Coahuila, Manolo Jiménez, se reunió con la secretaria de Gobernación, María Luisa Alcalde, con quien trazó rutas de trabajo en materia de gobernabilidad para fortalecer la coordinación con la federación en todos los ámbitos, comenzando por la seguridad.
El gobernador electo tiene listo un programa especial de seguridad que se llama “Coahuila Blindado”. La entidad contará con mayor infraestructura en materia de seguridad: patrullas nuevas, vehículos tácticos, cuarteles, apoyos para policías y trabajo de proximidad con la ciudadanía, entre otros.
Hay un apartado especial para instalar cámaras para seguir fortaleciendo la vigilancia en todos los municipios. De igual forma se incrementarán las prestaciones y la capacitación de los policías estatales. También, hay en marcha proyectos coordinados de seguridad con el gobierno de los Estados Unidos.
Manolo Jiménez, ratifica que la tranquilidad de las familias coahuilenses es su prioridad.
Pero trascendió, en la grilla, que el motivo por el cual el Alcalde Román Alberto, quiso asistir, o mejor dicho, acompañar a su amigo Miguel Riquelme en su gira del pasado lunes, incluyendo la primera piedra de la Velaria del Tec Laguna, alma mater del gobernador.
Fue porque el alcalde de Torreón, se encuentra muy molesto con el diputado presidente del Congreso Local, Eduardo Olmos Castro, porque no le quisieron cumplir la solicitud de endeudamiento para contratar un esquema de “Asociación Público Privada” para la obra del Giro Independencia con un costo de 280 millones de pesos más accesorios. Obra que, siendo sinceros, no es necesaria en este momento.
PD: Nos filtraron, de buena fuente, que el fiscal Gerardo Márquez Guevara repetirá en el cargo, por lo menos un año más. Lo cual descarta la llegada de Federico Fernández Montañez, actual comisionado de Seguridad y Protección Ciudadana en Saltillo, quien andaba muy entusiasmado en llegar a la Fiscalía General del Estado en el gobierno de Manolo Jiménez. Sin embargo, será nombrado como el próximo titular de la Secretaria de Seguridad Pública de Coahuila. Usted se enteró primero de todo en SinCensura… ¡No olvides seguirnos y compartirla!