El Grito de Independencia, es un tema polémico; empezando por reflexionar por qué se dio en el poblado de Dolores, ahora estado de Guanajuato, en la noche del día 15 de septiembre; pues ahí había mucha algarabía porque se festejaba a la Virgen de los Dolores, creyendo que el repique de campanas de la parroquia era para llamar a esos festejos; encontrándose con la sorpresa de que el cura Miguel Hidalgo, los convocó para iniciar un movimiento social en contra del Virreinato.
Son varias las versiones de las palabras que dirigió Miguel Hidalgo, a los feligreses que se encontraban en el atrio de su parroquia; destacando éstas: "¡Viva nuestra madre santísima de Guadalupe!, ¡Viva Fernando VII y muera el mal gobierno!" "¡Viva la América!, ¡Viva Fernando VII!, ¡Viva la religión y mueran los gachupines!" "Viva la religión católica!, ¡viva Fernando VII!, ¡Viva la patria y reine por siempre en este continente americano nuestra sagrada patrona la santísima Virgen de Guadalupe!, ¡muera el mal gobierno!" "¡Viva América!, ¡Viva la religión y muera el mal gobierno!" "¡Viva Fernando VII y la Virgen de Guadalupe!" "¡Viva la religión!, ¡Viva nuestra madre santísima de Guadalupe!, ¡Viva Fernando VII!, ¡Viva la América y muera el mal gobierno!" A lo que el pueblo respondió: "¡Viva la Virgen de Guadalupe y mueran los gachupines!"
Para entender por qué esta arenga de Hidalgo, estaba impregnada de catolicismo, hay que ubicarnos en el tiempo, en que la Iglesia tenía mucha influencia sobre el pueblo; por lo que pronunciadas por un cura hicieron que se ganara su confianza para liderarlo; al grado que de ahí pasaron por la Iglesia de Atotonilco, en donde tomaron el estandarte de la Virgen de Guadalupe, que enarboló el cura encabezando la marcha.
Hidalgo, fue un cura de ideas muy avanzadas adquiridas de la Ilustración Francesa, de Juan Jacobo Rousseau, d'Alembert, Diderot, Voltaire, y otros de los enciclopedistas, que discutían él y Josefa Ortiz de Domínguez, Allende y otros en una casa de Querétaro, en donde conspiraban contra el Virreinato, y a la que algunos le llamaban La Francia Chiquita.
Por eso, por su ideas avanzadas y populares, el alto clero traía “ranchando” a Hidalgo, como cura, en pueblitos como San Felipe Torres Mochas, y en Dolores, donde convocó al pueblo a insurreccionarse con lo que conocemos como El Grito de Independencia.