La mejor columna política de La Laguna, por SinCensura.
La Perla de La Laguna, fue sede del foro de políticas públicas locales: “Ciudades, Visión de Futuro”. Y el anfitrión fue el alcalde de Torreón, Román Alberto Cepeda González, quien dio la bienvenida a los presidentes municipales que lo acompañaron.
En su mensaje, Román Alberto Cepeda González, dijo que en su gobierno municipal, la política pública, el intercambio de información, las condiciones y las demandas de la sociedad, exigen mayor compromiso en los temas de gobernanza.
Agregó, que Torreón cuenta con el mayor número de instituciones de educación superior per cápita del país, y ocupa el segundo lugar en materia de hospitales —después de Monterrey—; puntualizo en temas importantes relacionados con la sociedad torreonense y su desarrollo económico.
Y destaco que Torreón hoy es uno de los municipios más seguros del país, como resultado de la coordinación y trabajo conjunto entre la sociedad y los gobiernos estatal y municipal.
Asistieron diputados federales, exalcaldes, regidores y académicos. Podríamos decir que, como ejercicio, en lo general, es interesante el foro, todos los alcaldes expusieron políticas públicas interesantes.
Por su parte, el alcalde de San Luis Potosí, Enrique Galindo Ceballos, quien es ex policía, presento su política social, consistente en un acercamiento semanal de cenas los días lunes en las colonias, a fin de atender personalmente problemáticas en sectores específicos. Reconoció que aunque el país no está en su mejor momento en materia de seguridad, Coahuila y sus municipios son la excepción.
En su exposición, la alcaldesa de Colima, Margarita Moreno González, compartió que al ser la primera mujer que llegó como alcaldesa a la capital de Colima, su política pública es con el fuerte compromiso hacia las mujeres, a quienes pretende empoderar en la realidad y no solo en el discurso, a través de diferentes programas.
En tanto, el alcalde de Hermosillo, Antonio Francisco Astiazarán Gutiérrez, habló del modelo de política pública como es el proyecto de patrullas eléctricas. Además, dijo que Coahuila se ha convertido en un ejemplo en materia de seguridad.
En su turno, el alcalde de Mérida, Renán Alberto Barrera Concha, externó su experiencia, quien comentó que los servicios públicos son la tarea principal de los gobiernos municipales.
Y el alcalde de Saltillo, quien además fungió como moderador, Chema Frausto Siller, estuvo fatal: no propuso nada. Hubo un momento en el que todos los asistentes se pusieron a platicar y revisar sus celulares.
En la primera fila, los alcaldes laguneros, Miguel Ángel Ramírez López “El Charro” de Matamoros, David Ruiz Mejía de San Pedro de las Colonias, e Hilario Escobedo de la Paz “Layin” de Viesca, mejor aprovecharon el momento para “armarse la carnita asada” por el onomástico de “Layin”.
Hubo un momento bochornoso cuando se le ocurrió a Chema Frausto decir que ahora Torreón se está industrializado, cuando en Torreón, hubo más industria —desde que inició la ciudad— que en Saltillo y el resto de la entidad.
Le recordamos un poco de historia, durante los primeros setenta años del siglo XX, fuimos una de las diez ciudades más importantes de México y la principal de Coahuila. No cabe duda de que a Chema Frausto le hizo daño estar siempre en la política. Ah, otra de sus mentiras: que Saltillo está muy bien de agua y no es como Monterrey… ¡Ya la edad no le da!
Pero no fue todo, Chema Frausto opinó sobre la alianza con el PAN, y dijo, con su aspecto de “poste gris”, “ya nos perdimos el asco”: los panistas “de la vela perpetua” presentes se indignaron.
Otro dato, los presidentes de la Junta de Gobierno del Congreso de Coahuila, saliente y entrante, Eduardo Olmos Castro y Lauro Villarreal Navarro, respectivamente, estuvieron juntos. También, asistió el diputado federal, exalcalde Saltillo y próximo senador de Coahuila, Jericó Abramo Masso.
Hubo buenos comentarios para el exalcalde Saltillo y coordinador general de la campaña, Óscar Pimentel González, quien hizo la convocatoria —personalmente— a los invitados del foro de políticas públicas locales, y eso se le aprecia, es fino el hombre.
Y desde La Laguna y ante miles de ciudadanos, el candidato a gobernador de la “Alianza Ciudadana por la Seguridad” integrada por el PRI, PAN y PRD, Manolo Jiménez Salinas, exhortó a todo su equipo de Coahuila a sumarse a este esfuerzo y seguir trabajando por La Laguna.
Acompañado de su esposa Paola Rodríguez López, señaló que, gracias al “frente ciudadano” sumado a su proyecto, sigue encabezando las preferencias, pero, sobre todo, llevando la mejor oferta política y social para mejorar la calidad de vida de las familias coahuilenses.
En el Coliseo Centenario, en Torreón, el candidato de la alianza PRI-PAN-PRD, estuvo acompañado por las dirigencias nacionales de los organismos políticos que representa, Marko Cortés, “Alito” Moreno y Jesús Zambrano.
La invitación que el dirigente de Morena, Mario Delgado, hizo al candidato del PT en Coahuila, Ricardo Mejía Berdeja, para declinar por Armando Guadiana parece que será declinada, pues en un audio compartido por el exfuncionario federal a sus simpatizantes, se le escucha referirse al senador como “impresentable”.
En el mismo mensaje, el otrora subsecretario de Seguridad aprovechó para enviar un reclamo a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien recientemente opinó que Armando Guadiana era el único representante verdadero de la transformación. Cuentan al interior de Morena que habrá que hacer uso de otros recursos para aplacar al candidato rebelde y su esposa.
Durante el fin de semana largo, no solo el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, recibió abucheos y rechiflas, sino que el líder nacional de Morena, Mario Delgado, también fue objeto de chiflidos y reclamos al final del segundo debate entre los candidatos a la gubernatura de Coahuila de los cercanos al ahora abanderado del PT, Ricardo Mejía Berdeja.
La semana pasada, un grupo de personas identificadas como simpatizantes de Morena expresaron su apoyo a Ricardo Mejía Berdeja en un mitin realizado en Monclova.
La dirigencia de Morena en Coahuila, consideró que Ricardo Mejía Berdeja, "simuló" una incorporación de morenistas a su candidatura, cuando son los mismos personajes que lo apoyaban desde un principio.
En un comunicado de prensa emitido por los representantes del Comité Ejecutivo Estatal de Morena acusaron a Ricardo Mejía Berdeja de ser un “instrumento” del PRI para evitar la llegada de la transformación, haciéndoles el juego sucio para que ellos sigan en el poder", dice el comunicado.
A menos de un mes de los comicios en Coahuila, parece confirmarse que el candidato de Morena, Armando Guadiana, no sólo no ha podido acercarse a Manolo Jiménez Salinas para ponerle cierto interés a la contienda, sino que los más recientes sondeos indican que el senador con licencia está alejándose cada vez más e incluso, de mantenerse la tendencia, podría quedar en un muy lejano tercer lugar, detrás del candidato del PT, Ricardo Mejía Berdeja.
Mucho se va a hablar seguramente de los factores que llevaron a Morena a inclinarse por Armando Guadiana, quien nunca pudo realmente presentarse como una opción seria y parece que dejó perder cualquier oportunidad. Por lo que sin duda será recordado por su “triplete” trágico en la entidad, pues ya perdió una elección a la gubernatura, una por la alcaldía de Saltillo, y ahora ya está por consumarse la tercera.
Por lo pronto, todo mundo observa a Marcelo Ebrard, se especula de su pronto rompimiento con Andrés Manuel López Obrador, al más puro estilo de Ricardo Mejía Berdeja en Coahuila. Los tiempos que fijó Morena rumbo a la encuesta interna hablan de septiembre, octubre y noviembre, pero los observadores creen que en lo que llega el día, los de Morena pueden hacerse pedazos con guerras sucias y golpes desde las mañaneras que pueden fracturar el proyecto soñado de continuidad de “ya saben quién”.
Prácticamente a un año de que se celebren las elecciones federales con las que se elegirá, entre muchos otros cargos, al que será el Presidente de la República para el periodo 2024-2030, existen al menos dos certezas: Morena dispone de las más amplias posibilidades de mantenerse en el poder y la oposición, ya sea en su conjunto o desagregada por cada uno de los partidos que la conforman, no ha logrado construir una opción que le permita competir de manera sólida en los próximos comicios.
Debería resultar preocupante para quienes no votan por el movimiento encabezado por Andrés Manuel López Obrador o para aquellos electores que le dieron su confianza en 2018 y se la han ido retirando a manera de rechazo por sus formas de conducir el país que los partidos de oposición estén concentrados en pugnas internas o desdibujados por las presiones de un gobierno que ha logrado someterlos en la arena política.
Con el desprestigio que le ha ido incrementando en los últimos años y en la antesala de una histórica derrota en el Estado de México, el PRI se encuentra inmerso en una pugna interna por la gula de poder que ha demostrado tener su presidente, el exgobernador de Campeche, “Alito” Moreno, y que le ha provocado a ese instituto político un innecesario desgaste, como si estuviera frente a un escenario de ventaja electoral a nivel nacional.
El reciente fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación con el que se avaló la reforma a los estatutos del PRI y que permite ampliar la presidencia de “Alito” Moreno en ese partido generará una serie de confrontaciones por las designaciones a las candidaturas de los más de 20 mil cargos que serán sometidos a las urnas el próximo año.
Los comicios de 2024 no son menores. Se trata del proceso electoral más grande en la historia del país, ya que, de los 20 mil 263 puestos de elección popular, el 97 por ciento se jugará a nivel local —estatal y municipal— y se disputará en 29 estados. Además de la Presidencia de la República, estarán en juego 300 diputaciones por mayoría relativa y 200 por representación proporcional, además de 64 escaños en el Senado por mayoría relativa, 32 por primera minoría y 32 por la vía de la representación proporcional.
De esta magnitud es el pastel que estará en juego y que la oposición, en un escenario de coalición PRI-PAN-PRD, habrá de disputar en condiciones de desventaja frente a Morena y partidos aliados. De nada servirá que este bloque se conforme como una opción digna de conducir los más altos cargos del país si no sale de sus reyertas internas y define de una vez por todas el perfil de quién será su abanderado en 2024.
Los aspirantes son diversos y a muchos de ellos les anteceden largas y prestigiadas carreras en el servicio público. Sin embargo, ninguno de ellos o ellas cuenta con peso suficiente y presencia a nivel nacional para hacerle mella a cualquiera de los precandidatos de Morena, en este caso Marcelo Ebrard o Claudia Sheinbaum, quienes son los dos precandidatos más sólidos de ese partido.
Quienes por convicción o por desilusión no ven en el movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador una opción para seguir gobernando comienzan a mostrar preocupación por la ausencia de un perfil con verdaderas posibilidades de darle la vuelta al partido en el poder.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación —SCJN— demostró que sí, “la ley es la ley” y que la Constitución se respeta. No es opcional. El mensaje de la SCJN a AMLO.
Y se anuló la primera parte del llamado “Plan B” de la frustrada Reforma Electoral, esa que se ideó en Palacio Nacional y que busca acabar con el Instituto Nacional Electoral —INE—.
Pero falta aún la segunda parte, la que tiene más sustancia, que implica los recortes al INE y toda la serie de ocurrencias con tal de controlar a las instituciones y de acabar con lo construido en el pasado.
La iniciativa no se conoció a tiempo ni se publicó con la anticipación debida para su discusión en la Cámara de Diputados, sostiene el proyecto del ministro Alberto Pérez Dayán.
Sí, el que obtuvo nueve votos a favor y dos en contra, de las serviles de siempre: las ministras Yasmín Esquivel Mossa y Loretta Ortiz Ahlf.
Una, esposa de José María Riobóo, contratista consentido y amigo de Andrés Manuel López Obrador. La otra, esposa de José Agustín Ortiz Pinchetti, titular de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales y también “compa” presidencial.
A ambas las colocó ahí el inquilino de Palacio Nacional. Yasmín Esquivel Mossa, acusada de robarse la tesis con la que se tituló en la licenciatura por la UNAM y también la de doctorado, por la Anáhuac.
Loretta Ortiz Ahlf, acusada sólo, hasta ahora, de servilismo. Es la misma que negó al Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (INAI) la posibilidad de operar con cuatro comisionados, ante el capricho de Andrés Manuel López Obrador de bloquear a los tres que hacen falta.
Triunfo inobjetable de la ley, del máximo tribunal en México. Nuestro país es una democracia constitucional, concluyó la presidenta de la SCJN, Norma Lucía Piña.
Las reacciones virulentas no tardaron. Adán Augusto López, secretario de Gobernación, tuiteó en una posición absolutamente partidista. “Nueve ministros pasaron por encima de la voluntad democrática expresada por los representantes populares”. No hay de otra: “Plan C” en las urnas.
Y los aplaudidores y seudoperiodistas que tienen en las redes no dejaron de vociferar que la opción es el “Plan C”: voto masivo a Morena.
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