La mejor columna política de La Laguna, por SinCensura.

Todo pasó muy rápido. El desayuno parecía de rutina, se disponía a comer antojitos yucatecos cuando se sintió mal y se fue de lado, se desplomó y nadie pudo detenerlo. Ante el asombro de militares y funcionarios del FONATUR lo levantaron, lo llevaron a un salón adjunto y ahí se valoró que hacer. Se decidió por llevarlo en ambulancia al aeropuerto y establecer un puente aéreo a la Ciudad de México. Así fue como se desplomó el presidente Andrés Manuel López Obrador, según la versión de un testigo a “El Diario de Yucatán”. El domingo por la tarde confirmó el mandatario en su cuenta de Twitter: “Salí positivo a Covid”.

Con dudas y pese a especulaciones, nadie supo cuál era la salud del mandatario tras su emergente regreso de Yucatán. Tampoco nadie responsable pudo especular sobre ella, no lo hicieron los escasos testigos de su desvanecimiento. Pero era normal.

Mientras que el “El Diario de Yucatán” aguantó la presión de la 4T para que bajara su narración sobre lo ocurrido en el desayuno en Mérida, los comunicadores oficiales se hicieron cruces para intentar controlar la crisis desatada. El vacío de información se llenaba con rumores, con especulaciones y versiones diversas. La culpa, la responsabilidad es de Palacio Nacional.

En esa reunión estaba un conocido que no ha dicho nada sobre lo ocurrido el fin de semana, se trata de Alfonso Romo, exjefe de la extinta Oficina de la Presidencia, que estaba en la reunión y Daniel Chávez Morán, CEO de “Grupo Vidanta” y parte del “Consejo Asesor Empresarial” además un promotor del Tren Maya, así que si alguien sabe qué ocurrió son ellos dos.

Nos dicen que todos los gobernadores emanados de Morena o de partidos afines, en total 22, fueron convocados el miércoles a las 11:30 horas en Palacio Nacional, supuestamente para solidarizarse con el presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque más bien parecía que era para informarles de la situación real de la salud del inquilino de Palacio Nacional y les dieran línea de que decir, hacer, al respecto.

Se desconocía con exactitud el estado real de su salud, se tenían datos sólidos sobre el incidente que tuvo. Saber que tan seria fuera la situación era importante, por lo pronto, se anunció la cancelación de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños —CELAC—, prevista para realizarse los días 6 y 7 de mayo en Cancún.

Hasta el cierre de este miércoles, el presidente Andrés Manuel López Obrador reapareció en un video en el que confirmo su estado de salud: por tercera vez estaba contagiado de Covid. Esto nos confirma a Max Weber que decía que en la política como profesión, “el que entra en política hace un pacto con el diablo”.

En una carta enviada el 5 de agosto de 2019, seis exsecretarios de Salud pidieron que no se destruyera el Seguro Popular porque sería un error que anularía uno de los avances más importantes del sistema de salud mexicano en este Siglo. La propuesta de López Obrador, avalada por Morena y sus aliados en el Congreso para crear el Instituto de Salud para el Bienestar —INSABI— traería consecuencias graves para los mexicanos y enfermos de escasos recursos sin acceso a seguridad social, así como para la historia nacional de la cobertura gratuita de los servicios médicos. Tenían razón.

El Seguro Popular es una pieza, colocada sobre el edificio construido por las generaciones anteriores de médicos, enfermeras y trabajadores de la salud. Diversos artículos dedicaron en estos cuatro años los exsecretarios de Salud para evitar una catástrofe que finalmente se registró esta semana al desaparecer el INSABI y sumarle toda la carga de los servicios al IMSS, cuyo director Zoé Robledo anda ocupado en posicionar su figura rumbo a la candidatura del Chiapas.

Se quedan 53 millones de mexicanos en la indefensión, dejaron pendientes 40 millones de consultas y 3 mil niñas y niños murieron por falta de medicamentos contra el cáncer. Los propios morenistas enterraron el servicio médico nivel Suiza. El INSABI nació muerto, un fracaso más del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

De último momento, el Senado de la República está analizando cambiar las reglas constitucionales para cuando falte el titular del Poder Ejecutivo. El artículo 84 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece: “en caso de falta absoluta del Presidente de la República, en tanto el Congreso nombra al presidente interino o substituto, lo que deberá ocurrir en un término no mayor a sesenta días, el Secretario de Gobernación asumirá provisionalmente la titularidad del Poder Ejecutivo”.

Adán Augusto López, el secretario de Gobernación, no es lo que se ve, habla despacio aunque no tanto, pero sí deja ver el acento tabasqueño a propósito porque quiere parecer lo que no es, por temor a verse superior a su jefe. Está por cumplir 60 años en septiembre, su formación profesional no se limita a la de un Notario Público que tiene abogacía, habla con fluidez el francés porque su Título de Abogado en la Universidad Juárez de Tabasco cuenta con estudios en derecho comparado por el Institut de Droit Comparé de Paris y, además, cursó la Maestría en Ciencias Políticas en la Université de Paris, también conocida como La Sorbonne, una de las universidades medievales más antiguas y más importantes de toda Europa. También, tiene un Diplomado en Derecho Notarial por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Ha sido Diputado Local plurinominal, Diputado Federal por mayoría relativa, Senador por la vía de mayoría relativa y Gobernador de Tabasco, y luego llamado a la Secretaría de Gobernación. Estuvo en el PRI hasta 2001, luego pasó al PRD y siguió a Morena en 2014.

Ahora ha conseguido el apoyo jamás imaginado, el de los militares, en su deseo de suceder a Andrés Manuel López Obrador, esa jugada, quizá, pueda ser de jaque mate contra Marcelo Ebrard. O también, puede ser un boomerang que lo baje del tablero como “corcholata” o que lo deje gobernar, si gana, pero a merced del Ejército o de su “Elite” que no es lo mismo, porque los verdaderos militares son garantes de nuestra patria, de la Carta Magna y del pueblo que somos nosotros.

Se anuncia que el canciller Marcelo Ebrard se separará de su cargo, incluso, el propio Ebrard está haciendo invitaciones públicas para que quienes aspiraren a la Presidencia de la República, se retiren de sus cargos para poder dedicarse de lleno hacia la candidatura presidencial.

Algunos columnistas nacionales comentan que luego de su regreso por una gira internacional, el secretario de Relaciones Exteriores tuvo un encuentro con empresarios, un grupo de alrededor de 15 personas. El punto de encuentro fue la casa de un empresario amigo de confianza. La única condición: prohibidos los celulares. Una filtración o imagen rompería cualquier relación o intento de crear lazos.

En la mesa estaban uno de los empresarios más atacados por el presidente López Obrador, nos referimos a Claudio X. González padre. También había un representante de la familia Slim, dos del llamado “Grupo Monterrey”, una mujer y un empresario lechero de La Laguna.

Nos platican que Marcelo Ebrard empezó: “en estas circunstancias a mí no me alcanza para arreglarles ningún problema, si creen que sacarán algo de mí, están equivocados”. En respuesta, los empresarios le dijeron que la reunión era para que estuviera con gente que quería diálogo y que tenía preocupación rumbo a 2024. Luego ellos aventaron la siguiente: “todos asumimos que la candidata será Claudia y que nuestra relación con ella, si gana, será una calca de la relación tensa con el presidente López Obrador”.

El canciller les reconoció su análisis y de nuevo les dijo: “nadie de ustedes me suma, en estos momentos me ayudan estando lejos, no necesito dinero ni espacios”. Los empresarios regresaron con una pregunta, ¿qué va a pasar si la encuesta favorece a Claudia? El secretario de Relaciones Exteriores presentó dos escenarios: “si me gana a la buena, me ajusto y veré qué me conviene. Si me mina y me gana a la mala, me iré, analizando para qué me alcanza”.

Finalmente, uno de los empresarios le preguntó si no le afectaba continuar en la cancillería en lugar de ya enfocarse en su campaña. Ebrard respondió que no, que si dejaba al gobierno corría el riesgo de que López Obrador le tomara rencor y que estar fuera abriría las puertas para los ataques de Claudia Sheinbaum, con un menor margen de maniobra.

Las encuestas semanales que hacen en Palacio Nacional revelan que en semanas recientes, la brecha entre Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard se acortó al grado de un empate, pero la jefa de Gobierno sigue liderando para ser la candidata morenista.

La fiebre aliancista de la oposición “Va por México” cobra fuerza con sus matices. En el imaginario se va posicionando con un papel muy competitivo sin aun tener definiciones en el método de elección y mucho menos candidato.

Cosa opuesta sucede en Morena, donde se vislumbran nubarrones de ruptura. La salud del presidente Andrés Manuel López Obrador ha invadido de incertidumbre a los participantes en la sucesión.

En su edición de este mes “Los Presidenciables 2024” (una encuesta de “CE Research”), apuntala en un 76% la tendencia para que vayan juntos PRI, PAN y PRD. De ese porcentaje el 44% aboga por que los tres partidos designen a un candidato único de las filas ciudadanas. Un 32% se pronunció porque en dicha alianza entre las tres fuerzas políticas, el PAN encabece la candidatura. Y un 24% está a favor de que PRI, PAN y PRD compita cada uno con su candidato a la Presidencia. Este escenario está distante de suceder dados los anteriores porcentajes.

Llama la atención que en esta ocasión se suma un personaje odiado a más no poder por la 4T: el expresidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello. De hecho, con un incipiente porcentaje de aceptación del 6% irrumpe tímidamente el exconsejero. Pero al final de cuentas está entre los aspirantes.

El empresario Gustavo de Hoyos también aparece pero con apenas 4% y Silvano Aureoles con 1%, después de haber recorrido el país. Para encabezar la eventual alianza destacan los albicelestes: Ricardo Anaya (17%), Santiago Creel (15%), Mauricio Vila (15%) y Lilly Téllez (11%). Después siguen Beatriz Paredes (11%), Claudia Ruiz Massieu (10%), Lorenzo Córdova (6%), Enrique de la Madrid (6%) y Miguel Ángel Osorio Chong (4%). En Movimiento Ciudadano —que no se suma a “Va por México”—, se mantiene como sólido aspirante Luis Donaldo Colosio (58%) seguido por Samuel García (20%).

Una radiografía de las elecciones a gobernador en Coahuila que se van a votar el 4 de junio. Además del gobernador, se elegirán 25 diputados locales: 16 por mayoría relativa y 9 plurinominales.

Actualmente, de los 10 municipios más poblados, el PRI gobierna 6, el PAN a 1 y Morena a 3. Saltillo y Torreón que por mucho son los que más habitantes tienen, son priistas. En el Congreso Local, domina el PRI con 16 legisladores, en segundo lugar Morena tiene 4 legisladores. En cuanto a presidentes municipales: el PRI gobierna 25 y Morena solo 8.

En la campaña a gobernador en 2017, el candidato del PRI y aliados recibió el 38% de los votos, el PAN y aliados obtuvieron 36%. Ahora el PRI y el PAN van en alianza. Y Morena apenas logró 12%.

En las elecciones presidenciales de 2018, Andrés Manuel López Obrador ganó Coahuila con un 44.4% de los votos pero ese número está debajo del promedio de votos que recibió en otros estados. En Coahuila ganó con 44% y en todo México ganó con 53%. Además, en las elecciones de 2021 para diputados federales los tres partidos principales recibieron casi la misma cantidad de votos.

Actualmente, según un promedio de varias encuestas el gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís tiene una aprobación de 47%, eso lo coloca arriba de la media nacional que, más o menos, es de 44%. Y si a todos esos números les añadimos la fractura entre los candidatos morenitas, es claro que si el PRI quiere retener una gubernatura en 2023, va a tener que ser Coahuila.

En Coahuila pareciera ir solo el candidato de la “Alianza Ciudadana por la Seguridad” integrada por PRI, PAN y PRD, Manolo Jiménez. Recorre el estado con propuestas claras: un día planes de salud, otro de desarrollo industrial para explotar la vecindad con Texas, esta semana, la agenda fue el desarrollo sostenible… ¿Y Armando Guadiana?

Ya lo habíamos adelantado en este espacio, obviamente, al ver la situación tan complicada que se puso con el pleito que tuvieron justamente Armando Guadiana y Ricardo “La Garrita” Mejía que también quería ser el candidato de Morena y ahora no le alcanza para rasguñar la gubernatura con el Partido del Trabajo.

Lo que sí queda bastante claro es que Morena está aprendiendo muy rápido las mañas de la política, se está volviendo pragmático al ver que Coahuila es un laboratorio que se echó a perder por completo antes de comenzar con el experimento. Por esa razón están dejando solos a sus candidatos y esto también puede reflejar muchas de las próximas candidaturas sobre todo con rumbo al 2024, donde no es nada más la Presidencia de la República, habrá elecciones municipales y federales.

El episodio no es menor porque da cuenta de cómo la contienda entre las facciones de la 4T en Coahuila sigue mostrando heridas abiertas y no sólo eso, sino que las huestes de cada uno de los candidatos que se disputaron la candidatura no sólo podrían mantener, sino incluso escalar las diferencias y la confrontación.

Algo similar sucede al interior del PAN, en donde las diferencias políticas de Marcelo Torres y José Guillermo Anaya son más que evidentes. La agenda de los candidatos albiazules no tiene pies ni cabeza. El candidato del distrito VIII Gerardo Aguado más conocido como “Quillo”, el mismo que perdió ese distrito la elección pasada y ahora agandallo la candidatura que ya tenía en la bolsa Marcelo Torres, perdió la fuerza de gravedad antes de arrancar la elección. Y qué decir de la candidata del distrito IX “Blanquita” Lamas quien no pega ni con calcomanías.

El PAN está tratando de salvar el pellejo de la catástrofe que se ve venir porque en la jornada electoral del próximo 4 de junio se va a repetir el fenómeno de Durango. En donde el voto duro de los panistas se redujo en un margen significativo y quedaron en un espantoso —por decir lo menos— segundo lugar en una entidad donde ellos gobernaban.

¡Misión cumplida!... Así lo anuncio en sus redes sociales el diputado federal Jericó Abramo Masso, quien, la madrugada del miércoles nos confirmó lo que ya había anticipado. Se aprobó en el pleno de la Cámara de Diputados con 450 votos a favor y 22 abstenciones, la iniciativa que propuso para combatir a los agiotistas digitales disfrazados llamados “Montadeudas”: “es un honor poder dar resultados claros en favor de la comunidad”, dijo. Enhorabuena Jericó, una vez más Coahuila está bien representado. Como siempre es un placer, nos leemos en la próxima… ¡no olvides compartirla!