Arrancamos… En diciembre de 1976 López Portillo, el "príncipe encorsetado", designó a Reyes Heroles como secretario de Gobernación. Ese simple hecho era un mensaje para Echeverría. Entre ellos Arnoldo Martínez Verdugo y Gilberto Rincón Gallardo. Durante su estancia en el IMSS y ante la ridícula campaña de López Portillo sin contrincantes, Reyes Heroles se lanzó por su cuenta a estudiar sistemas electorales y a imaginar cuál sería el más pertinente para México. Quién iba a imaginar que desde la Dirección del IMSS se fraguaba una propuesta que debía de consultada previamente con los opositores de todos los signos. Raúl Morodo un ideólogo central de la transición española fue quien fraseó aquello de la "transición pactada". Creo que esa idea pesó en el proceso mexicano. ¿De qué servía una propuesta de modificación de la Ley Electoral si las partes la rechazaban? Cuando López Portillo llegó a la Presidencia, buena parte del trabajo de acercamiento político estaba hecho. Después vinieron las consultas públicas en el Salón Juárez de la Secretaría de Gobernación y, durante muchas semanas, por allí desfilaron opositores de todos los signos, intelectuales y académicos que expusieron sus puntos de vista. Reyes Heroles se enfrentó a muchas resistencias internas, pero, por fortuna, López Portillo lo apoyó en la que fue no sólo una reforma electoral, sino un cambio de coordenadas políticas que incluía la Amnistía y con ello la aceptación de las atrocidades cometidas durante la llamada Guerra Sucia. También quedó plasmado desde entonces, en el Artículo Sexto Constitucional, el derecho a la información. Reyes Heroles planteó a López Portillo la representación proporcional en el Senado, pero el presidente sugirió dejarlo para un segundo round que ya no se dio en esa gestión. Hubo un gobernador que le dijo, no te entiendo Jesús, para qué modificar el cartel si la plaza está llena. López Portillo había ganado con el cien por ciento de los votos. Esa era la actitud de muchos al interior, sobre todo al interior de los organismos corporativos.
MI VERDAD. - El pensamiento era lo suyo, pero pensar para algo.