HACE UNOS DIAS UN paisano que tenía tiempo de no venir a su querido San Pedro de las Colonias me hizo un comentario que no me gastó, pero que, desgraciadamente, es muy cierto. Me dijo que la pomposa ciudad de San Pedro sigue siendo en muchos aspectos un rancho grande. Y comentó que es muy común ver en el centro de la ciudad lugares separados para estacionarse, los cuales son reservados con rejas, botes o sillas. Obviamente que quienes separan de esa manera los lugares para estacionar los vehículos son los mismos comerciantes, quienes a la brava reservan sus espacios. Se supone que hay un reglamento de tránsito y un departamento de ingresos con una dirección de plazas y mercados que, se supone, son quienes deberían supervisar, principalmente, que en el área comercial las normas se cumplan, pero, desafortunadamente, esto no sucede y a cualquier hora se puede dar uno una vuelta por el área comercial y ver cómo muchos comercios separan sus espacios para estacionarse y nadie hace nada por evitar esos abusos que, al final de cuentas, son en perjuicio de los mismos comerciantes, ya que al no tener un espacio para estacionarse, muchos clientes prefieren irse a realizar sus compras a negocios de la periferia o a los centros comerciales que cuentan con áreas para estacionarse.
Desgraciadamente, estos detalles que pudieran parecer mínimos o sin mucha importancia no son tomados en cuenta por las autoridades del municipio. También me comentaba el paisano en cuestión, que él tiene ya más de 30 años viviendo fuera y que cada vez que viene a San Pedro se da cuenta de que en cuestión de vialidad seguimos igual: cada quien se estaciona como y donde les da la gana. Y el comercio en la vía pública sigue igual de desorganizado que siempre. San Pedro, me dijo, ya debería tener su área comercial con parquímetros con una vialidad más ordenada pero esto no sucede y, cuando menos, en ese aspecto seguimos siendo un rancho grandote. Y hablando de cuestiones rancheras, otra cosa que se sigue manejando de esa manera es la de la política. En San Pedro, los principales aspirantes a los cargos de elección popular son gente de dinero que aspira a convertirse en caciques. Si usted ve la lista de los precandidatos a la diputación local verá que en su gran mayoría son empresarios de la construcción, grandes comerciantes y agricultores con ganas de aumentar sus fortunas. Desgraciadamente, al ver la lista de suspirantes no halla uno alguno que pudiera ser, si no buen legislador, cuando menos ser algo medio decoroso. En fin, así andan las cosas en este municipio cuya cabecera se denomina CIUDAD, pero que en realidad hay que reconocer que sigue siendo un RANCHO GRANDE…