Hace cuatro años, en 2018, México estaba ansioso por ver llegar el 1° de diciembre de ese año, a la Presidencia de la República, al candidato que había obtenido más de 30 millones de votos el 1° de julio de ese mismo año, siendo el que más sufragios ha tenido en la historia, con un programa de gobierno y de administración novedoso que no solamente prometía muchas obras y servicios públicos sino que además prometía cambios estructurales al Estado, como ningún otro Presidente anterior los había propuesto.
Se trataba no solo de un cambio de gobierno, sino de un cambio de régimen que transformara las estructuras del Estado, como se hizo en la de la Independencia en 1810, en la Reforma en 1867, y en la Revolución de 1910; por eso a este cambio se denomina la Cuarta Transformación 4T.
Esos cambios estructurales son para erradicar la corrupción en las instituciones públicas más vulnerables de ese mal, y que más dañan a la sociedad e impiden el progreso, como son las de Policía, de Justicia y Electoral, sobre todo, pues de ellas depende respectivamente la seguridad pública, el darle a cada quien lo suyo, y garantizar la efectividad del voto del ciudadano para que se respete su voluntad de elegir a sus representantes en el poder público, con certeza, legalidad, independencia, imparcialidad, máxima publicidad y objetividad.
Por eso fue desaparecida la Policía Federal, porque estaba convertida en un “nido de ratas”, substituyéndola con la Guardia Nacional; por eso se promovió la reducción de los millonarios sueldos de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; y por eso también se pretende modernizar el Instituto Nacional Electoral INE, para que se amplíe su facultad meramente electoral a la de la consulta popular prevista en la Constitución, para que la democracia sea cada vez más directa, añadiéndole a su denominación de Instituto Nacional Electoral, la de Instituto Nacional Electoral y de Consultas INEC; además de eliminar la corrupción en los exorbitantes sueldos de sus consejeros, reducir su número y cambiar la forma de su elección, entre otras innovaciones, para modernizarlo.
En cuanto a las obras públicas destacan la terminación del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles AIFA, en la Ciudad de México, que ya está funcionando; la terminación de la Refinería Olmeca (Dos Bocas), en Tabasco, que está a prueba y probablemente empiece a funcionar a principios de 2023, la construcción del Tren Maya, en la Península Yucateca, y otras más en todo el país.
Esos y otros logros más son los que se van a celebrar con una marcha el próximo domingo 27 de noviembre, del Ángel de la Independencia al Zócalo, encabezada por el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, con motivo del cuarto año de su gobierno el próximo 1° de diciembre.
Por lo que es el cuarto año de la Cuarta Transformación.