ROMÁN -SE ENREDA- PERDÓN, CEPEDA, YA SE SIENTE CANDIDATO
Pensábamos que era cuento, que era una broma de mal gusto, una ocurrencia, o algo así. Pero no. Resulta que Román –se enreda- perdón, Cepeda, sí se ha tomado en serio, la posibilidad de llegar a ser candidato a Gobernador y dedica muchas horas (o más bien, desperdicia muchas horas), de su trabajo como alcalde, para andar promoviendo su imagen, dando entrevistas, inaugurando torneos estudiantiles de diferentes deportes; cortando listones en inauguraciones; promoviendo el cuidado de las mascotas y muchas pendejadas más, no sabiendo que, es un impostor, un marrullero, un charlatán, un inepto y con vena de traidor.
Como recordarán -se enreda- perdón, Cepeda, quiso amagar con lanzarse como candidato independiente a la gubernatura (aquí les comenté y les mostré, que me contactó para que lo apoyara con la estrategia para preparar toda la parafernalia, desde crear un sitio Web, el video de 40 segundos que tardó dos horas en articularlo y el anuncio de su renuncia al PRI, que no llegó a concretar, porque, aparte de miserable, nunca ha podido vivir sin sacar ventaja de los cargos que ha ocupado, pues los ha aprovechado siempre, para acumular más riqueza (que no es poca).
Sin embargo, logró obtener la Presidencia Municipal, según él, pese a que la estructura del PRI, lo arropó y apoyó para ganar la elección. Ah, pero él dice a los cuatro vientos, que, por el contrario, a él, la estructura del PRI, lejos de ser un apoyo, fue un lastre, porque él ganó, con el apoyo de sus amigos y las organizaciones de la iniciativa privada. Por eso, su cabildo está lleno de gente impuesta por los grupos del PRI, con excepción del Primer Regidor, un mentado, (se en)Cuerda.
El cínico –se enreda- perdón, Cepeda, ahora sí quiere piso parejo, ¿por qué no lo pidió cuando el dedo devino lo eligió candidato a diputado local y federal ¡cuatro veces!?
Aún así, -se enreda- perdón Cepeda, en entrevista con El Siglo de Torreón, dijo que pedirá “piso parejo” en lo que corresponde a la definición de la candidatura del PRI para las elecciones del próximo año, pues dijo que, al final del día, las conductas de los seres humanos son repetitivas. En este sentido, se consideró a sí mismo “un hombre de lealtades, de compromiso y de institución durante 28 años, y 38 como priista, y quiero seguir haciendo lo mismo”. Lo mismo, significa nada. Porque nunca ha aportado nada a la vida política del Partido, a las condiciones de vida de los coahuilenses, menos de los torreonenses. Lo mismo, para –se enreda- perdón, Cepeda, es acumular más riqueza; satisfacer su ego; y, ya de pasada, lograr que le den la candidatura del PRI, o, de plano, traicionar –como quiso hacerlo- y, tratar de llegar, por otro partido, a la gubernatura.
Por cierto, hablando de vanidad, comentan en la presidencia de Torreón, que a diario, se le ve al alcalde –se enreda- perdón, Cepeda, plantarse frente al espejo que compró de cuerpo entero, chapado en oro, para preguntarle: “espejito, espejito, ¿quién es el más bonito, yo, o Manolito?” Así que, ya encontramos la razón por la cual compró dos de esos espejos, o sea, para alimentar su exagerada VANIDAD, (el pecado favorito del diablo).