Arrancamos… ¿Dónde está la izquierda? - Ante la evidente derechización de Morena y la fuerza que tenía la derecha en el Frente, nos enfrentábamos a la posibilidad de que la izquierda estuviese en franco proceso de extinción. Muchos se preguntan si ha desaparecido la izquierda en México. Me parece que la izquierda mexicana ha quedado sepultada bajo el peso de sus torpezas y sus incoherencias. Podemos no obstante descubrir sus restos en tres espacios políticos: en el PRD, su lugar tradicional; en los intersticios de Morena; y en las franjas infrarrealistas. La izquierda con una vocación reformista y socialdemócrata sobrevive con dificultad en el PRD y se ha adherido a un Frente con el partido de la derecha democrática, el PAN. Todavía es pronto para comprobar si estos sectores reformistas logran filtrar propuestas de izquierda en el programa del Frente y de su candidato presidencial. Hay el peligro de que la alianza con el PAN, PRI y Movimiento Ciudadano (MC) se reduzca a una operación de salvamento burocrático de un partido herido por las escisiones. El PRD está compuesto de tribus enfrentadas; algunas de ellas son poco más que grupos oportunistas con poca sustancia política. Sin embargo, en el laberinto de sus querellas internas se alcanzan a percibir los destellos de una izquierda anquilosada. Otro sector de la izquierda ha quedado aplastado por el abrumador conservadurismo de López Obrador. En su partido ya casi no se perciben los signos vitales de la izquierda. da. Predomina allí un espíritu restaurador que sueña con volver al priismo de los años sesenta y setenta. "López Obrador fabricó una mezcla incongruente que acabó en un coctel fatal que le estalló en las manos. Presentó un programa que difícilmente podía ser considerado de izquierda, pero lo hizo con una actitud muy ruda. La combinación de blandura y dureza -de mansedumbre y terquedad-- fue catastrófica. Ideas blandas en una cabeza dura no podían dar un buen resultado". Las ruinas de la izquierda mexicana pueden ser excavadas también en las ramificadas y heterogéneas corrientes infrarrealistas, un conjunto de expresiones ideológicas que incluyen al EZLN, a los estudiantes de Ayotzinapa y a una infinidad de grupos ultra izquierdistas que pululan en el subsuelo de la política. La mayor parte de la izquierda se encuentra dispersa en la sociedad, al margen de los partidos y de los grupos políticos. Es una numerosa masa de votantes que se enfrenta a la confusión, perpleja ante la dificultad de encontrar opciones atractivas. El panorama electoral se encuentra inundado por el priismo nacionalista dividido en dos expresiones: su versión tecnocrática y su variante restauradora. La primera se presenta como moderna, pero arrastra el inmenso peso del aparato corrupto y autoritario del PRI. La segunda expresión ha cuajado en la deriva populista conservadora y reaccionaria de Morena. Esta situación recuerda la influencia avasalladora que ha tenido esa enfermedad política que es el peronismo en Argentina, que ha aparecido en diversas versiones y ha contaminado profundamente el escenario político. Al igual que en México, es difícil encontrar en Argentina huellas de la izquierda. El priismo parece una enfermedad ocasionada por las peligrosas mutaciones estacionales del viejo virus nacionalista revolucionario. La izquierda dispersa en la sociedad deberá resignarse a decidir entre contagiarse una vez más de este virus o bien optar por la alternativa con tintes liberales, democráticos y reformistas. Si Morena y López Obrador representaban al populismo reaccionario, ante el proceso electoral de 2018 era importante preguntarse dónde diablos se había metido la izquierda. En 2018 el lastre se había vuelto tan pesado que había casi ahogado a la izquierda; ¡y lo había hecho en nombre de la propia izquierda! La izquierda sucumbió a un síndrome desastroso: la lenta sustitución de las ideas por los sentimientos o las pasiones. Durante mucho tiempo la izquierda fue en México la principal generadora de ideas Y la corriente que con más fuerza intentaba interpretar al mundo. la izquierda era marginal políticamente hablando, pero ocupó un Apel muy importante en la gestación de nuevas ideas. La izquierda Provocaba grandes discusiones. Podemos recordar las polémicas que emprendieron intelectuales y escritores de diversas corrientes, casi todas en la izquierda del espectro político, sobre la historia mexicana, la democracia, la identidad nacional, la estructura de clases, la anatomía de la cultura, los llamados "grandes problemas nacionales", el socialismo, las revoluciones rusa, china o cubana y muchos temas más. Pensadores y escritores estaban inmersos en debates y reflexiones, desde Octavio Paz y Carlos Fuentes hasta Luis Villoro, Carlos Pereyra, Arnaldo Córdova y Carlos Monsiváis, para citar sólo a unos pocos de los muchos intelectuales de izquierda que se enfrascaron en discusiones. Pero en 2018 la izquierda había abandonado las ideas y exaltaba las emociones, una especie de actitud romántica. A fin de cuentas, el romanticismo, entre otras muchas cosas, fue una reacción contra la racionalidad capitalista y la modernidad. MI VERDAD. - Los perfiles ideológicos se han desdibujado y en su lugar predomina una lucha de la inteligencia contra la estupidez.