La finalidad del hombre es la verdad, el bien y la libertad que son las excelencias para su racionalidad, en tanto que la prudencia, la justicia la fortaleza y la templanza son las virtudes para procurarse los medios para una vida digna.
Cuando se presentan desviaciones en los pensamientos, en las palabras y obras de los hombres que los alejan o perturban de su finalidad y vida decorosa, hablamos de la presencia de enfermedades o patologías.
La persona humana en estado saludable mantiene un equilibrio y armonía en su funcionamiento celular, tejidos, órganos y los sistemas completos de su cuerpo. Lo contrario a esa situación es un desequilibrio en la misma mente, en el cuerpo y en la funcionalidad e interrelación de su compuesto substancial.
Llamamos patología a la ciencia de las causas próximas, síntomas y evolución de las enfermedades, es parte de la medicina que estudia las enfermedades y conjunto de síntomas de una enfermedad.
Existe una enfermedad denominada xenofobia que se expresa como un sentimiento de odio, repugnancia y hostilidad hacia lo extranjero. Se manifiesta a través de creencias, actitudes y comportamientos hostiles hacia las personas de origen distinto al propio, como el desprecio, la discriminación, y las agresiones físicas o verbales
En la actualidad el término xenofobia se ha utilizado con mucha displicencia, amplitud y desdoro, inclusive como una arma para excluir, descalificar, marginar y judicializar a personas que no se someten a las creencias y modas de los que padecen una enfermedad psicosomática.
En esta ocasión apliquemos el término a xenofobia contra la verdad, con esta analogía entenderemos mucho de lo que sucede en la actualidad en todos los ámbitos de la vida social, económica, política, religiosa, educativa, moral y médica.
A qué se debe el odio, repudio, desprestigio, anatema contra la verdad, quién lo promueve y a quién le sirve su desprestigio, ocultamiento y desprecio.
Desde lo más antiguo el hombre se pregunta por su capacidad o aptitud para conocer la verdad, es o no capaz de conocer la verdad, y se dan dos pensamientos, dos juicios que persisten hasta el día de hoy: los agnósticos y los realistas moderados.
Los agnósticos declaran inaccesible al entendimiento humano todo conocimiento de lo divino y de lo que trasciende la experiencia. Por lo tanto, el agnóstico no afirma la existencia o inexistencia de Dios mientras estas no sean demostrables.
El agnosticismo priva a la inteligencia de su objeto que es la verdad trascendente, limitando el conocimiento al mundo de lo fenoménico, al mundo de lo que aparece a los sentidos, desligado del ser y de la verdad, dejando como único camino, el del relativismo.
El relativismo es consecuencia de un error del pensamiento moderno y contemporáneo que ha estado negando reiteradamente las capacidades de la inteligencia humana para conocer la verdad.
El relativismo proviene del inmanentismo o principio de inmanencia que al negar las capacidades del hombre para conocer todo lo que en realidad puede conocer, reduce los alcances de la inteligencia al conocimiento de sus propios pensamientos o ideas y de los fenómenos externos sin alcanzar con certeza qué son estos pensamientos y fenómenos en realidad.
Aceptado la postura agnóstica viene el inmanentismo luego se llega al relativismo y de aquí muchos relativismos como el moral, porque si no sabemos qué es la naturaleza de una cosa, tampoco podemos conocer las leyes naturales que deriva de las cosas y del mismo hombre.
En seguida vienen otros errores como el racionalismo, el empirismo, el formalismo kantiano, la fenomenología y existencialismo, ya en ese camino se cae fácilmente en el relativismo liberal, relativismo empresarial, relativismo económico, por lo cual en las sociedades liberales actuales todo es relativo, todo es opinable y cada uno tiene y construye su verdad. Incluso en educación tenemos el constructivismo que reduce la realidad a construcciones subjetivas o intersubjetivas y que ha producido consecuencias en la política, en la pedagogía, la psicología, la sociología etc.
El mundo post moderno está cimentado y construido en la mentira en la falsedad, en el error, en la simulación, todo lo anterior contamina y está echando a perder a familia, matrimonio, educación, economía, empresa, iglesia, cultura, deporte, cine, teatro y medios de comunicación. La verdad siempre vence y está a disposición y alcance de todos y cada uno de los que desean librarse de la oscuridad la ignorancia y la duda, la decadencia actual será vencida sí los hombres y gobiernos se aferran a la verdad.