LOS DESATINOS DE ROMÁN -SE ENREDA- PERDÓN, CEPEDA
Al alcalde Román –se enreda- perdón, Cepeda, ya se le hizo costrumbre, que, ante una crisis o una problemática que se pudo haber evitado a tiempo, no es, sino hasta que ésta hace crisis, cuando anuncia ¡ANUNCIA!, medidas o acciones que estaría obligado a emprender desde el inicio de su administración.
¿Se acuerdan de la peor crisis que ha tenido el municipio en toda su historia? Pues, como lo constatamos, no fue sino hasta cuatro meses después de iniciado su “gobierno”, que dimensionó el problema y esbozó un “plan” de 12 puntos, supuestamente, para corregir y terminar con el problema, de los cuales, a la fecha y con la ayuda del Gobernador, ha perforado dos de los cinco pozos que prometió entregar (con tan mala suerte, que uno de ellos, salió defectuso). Los otros once puntos “remediales”, fueron pura paja, lugares comunes que, hasta la fecha no se han dado avances o resutados.
Ahora –se enreda- perdón, Cepeda, está enfrentando una ola de robos de vehículos –algunos con todo y el dueño o el conductor- de manera violenta. Ante ello, y pese a que se presumió ante los medios de comunicación que, desde el jefe de la policía, hasta el policía de a pie, habían recibido sendos cursos de capacitación desde los primeros días de la administración. Y ¿qué creen? Que los capacitados policía, casi matan de un balazo a un ciudadano de Torreón que radica en EEUU. Estando de visita en esta ciudad, sin temerla ni deberla, fue atacado arteramente por un uniformado desde una patrulla, sin mediar un alto, una advertencia y menos un motivo para realizar la agresión. Por cierto, a este hecho se le echó tierra y nunca se supo más (si hubo carpeta de investigación, sanción para el policía, nada de nada, como el ciudadano tuvo que regresar a EEUU, todo se quedó en el limbo.
Hace poco más de una semana se presentaron tres robos de vehículos con lujo de violencia y, para colmo de –se enreda- perdón, Cepeda, estos robos fueron registrados por las cámaras de establecimientos, en los que se perpetraron, causando alarma entre la población y fuertes críticas, que obligaron a la ingenua y neófita, secretaria del ayuntamiento, Natalia Fernández, a hacer declaraciones y pedir a la población no entrar en alarma o pánico pues –según la improvisada funcionaria- ya se habían extendido las acciones de vigilancia preventiva de la policía municipal. Chequen, “ ya se han extendido”. O sea, ¿por qué hasta que se presentan estos hechos se extienden? Y, apenas, dijo, “vamos a incrementar la presencia, vamos a incrementar la vigilancia y ya lo trataron en el Consejo de Seguridad y vamos a fortalecerlo con la Fiscalía en coordinación con el Mando Especial y las áreas de seguridad de los tres niveles de gobierno. ¡Menos mal, que ya lo van a empezar a hacer!
Y cerró con la frase: “Torreón sigue siendo una ciudad segura”. Cuando El Siglo de Torreón la desmiente. En la edición del miércoles 24, en la Sección Laguna, aparece una nota que dice: “Registra análisis aumento de dos tipos de robo”.
Y continúa: “...en el análisis de incidencias delictivas de Enero a Julio de 2022 en La Laguna, destaca que 2 de los 13 delitos de alto impacto evaluados se incremetaron respecto al primer semestre de 2021, los robos con violencia en 86.1% y los robos a negocio con 29.4%
Mientras que los homicidios dolosos, subieron un 5.1%, aunque sigue siendo muy bajo respecto del promedio nacional.
Mientras el robo de vehículos, Torreón tiene 40%, le sigue Gómez Palacio con 26% y Lerdo con 44%.
Como podemos ver, Torreón no es el edén que pinta Román –se enreda- perdón, Cepeda y sus inútiles –bueno, algunos- colaboradores, porque, de que hay molestia entre la ciudadanía por su pésimo desempeño, no cabe duda.
¡Ah! Y todavía sigue pensando que puede ser el próximo gobernador, porque él presume y lo dice a quien quiera oírlo, que, él ganó la alcaldía sin ayuda de nadie y que no necesita del visto bueno del Gobernador para postularse como candidato.
¿Cómo la ven? El tipo más miserable y codo, creen que ponga un cinco para costearse una campaña que ronda en los dos millones de dólares. Ni de chiste.
