POR: REDACCIÓN
Torreón, Coahuila. – Concebida como un espacio de esparcimiento con el que se buscaba alejar, principalmente, a los jóvenes de la violencia que por años asoló a ese sector de la ciudad, y en el cual se invirtieron 64 millones de pesos del presupuesto público para su remodelación y rescate, La Jabonera es hoy un club social al que pueden acceder solo aquellos que compran su suscripción y pagan una mensualidad, al más puro estilo de los clubes sociales.
A pesar de ubicarse en uno de los sectores más populares de la ciudad, la realidad es que a este centro de deportivo y cultural, al que debería tener acceso cualquier ciudadano, hoy sus instalaciones se encuentran muy lejos del bolsillo y de las posibilidades de la mayoría de los habitantes de ese sector de la ciudad, donde viven familias en extrema pobreza y que durante mucho tiempo fue el epicentro de la violencia.
En el terreno de 15 800 metro cuadrados (m2), 5 mil 100 de área techada y 10 mil 700 de obra exterior y jardín, el edificio cuenta con alberca que pueda albergar tanto entrenamientos como competencias oficiales, y ofrece otras actividades como baile reductivo, lucha grecorromana, box, basquetbol, voleibol, futbol, gimnasio y futbol, todo, al alcance de quien pueda costearlo.
De acuerdo con testimonios recabados por este semanario, los costos para ingresar a las instalaciones de la jabonera de han incrementado drásticamente. Hasta hace poco, una familia que deseaba inscribirse pagaba 150 pesos mensuales; actualmente, ese costó se duplicó, y no solo eso, pues quienes deciden pagar ese costo solo pueden acudir ciertos días de la semana y, en caso de que quieran tener acceso diario a las instalaciones el costo se incrementa en 100 pesos más… por persona.
Con lo anterior, muchas de las familias que viven en los alrededores y que deberían ser las principales beneficiarias de la millonaria inversión que se hizo para el rescate de este emblemático e histórico inmueble torreonense, y que debería beneficiar a todos por igual al haberse invertido recursos públicos en él, es hoy un club social al que solo pueden acceder y disfrutar aquellos que pueden pagar.
Pero, además, los interesados deben presentar papelería como acta de nacimiento, CURP, comprobante de domicilio, comprobante de vacunación, y formato de autorización en caso de que la disciplina a entrenar sea natación. Como ya se mencionó, las membresías dan acceso a la practica de dos disciplinas, con costo extra en caso de querer desarrollar una o varias más.
Lo anterior, según los testimonios recabados por Sin Censura, ha provocado que muchas familias opten por retirarse del complejo, debido a que no cuentan con los recursos para poder disfrutar de las instalaciones, pues tienen otras prioridades económicas como la compra de alimentos o el pago de servicios.
A principios del mes de agosto, el alcalde Román Alberto Cepeda, quien se autonombró como aspirante al gobierno del estado, presumió ante los medios de comunicación, presumió que durante los primeros siete meses de su administración se han rehabilitado 115 plazas y espacios públicos, pero la inversión de recursos públicos, que se supone deben ser para beneficio de toda la ciudadanía, salió demasiado caro pues se incrementaron los costos y con ello se lesionan los derechos de familias que deberían tener acceso a un complejo en el que se han invertido ingentes recursos de la hacienda pública y, por tanto, debería se ser accesible para las familias de escasos recursos.
Asimismo, queda en evidencia el clasismo que ha caracterizado al actual alcalde de Torreón, proveniente de una familia acomodada sin limitaciones de ningún tipo y sin conocimiento de la realidad que viven muchas familias en las zonas más marginadas de un municipio que gobierna pero que no conoce desde la esfera de cristal en la que ha vivido toda su privilegiada vida.
