POR: SAMUEL CEPEDA TOVAR
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El presidente Andrés Manuel López Obrador ha presentado su iniciativa de reforma electoral sobre la cual ya hemos analizado algunos puntos; sin embargo, sobre la presentación oficial de esta reforma por el mismo ejecutivo me parece oportuno analizar el punto referente a la federalización de las elecciones y la desaparición de los Organismos Públicos Locales Electorales, mejor conocidos como OPLES por la legislación nacional electoral. Derivado de la reforma política de 2014, los organismos encargados de las elecciones en las entidades federativas pasaron a depender en la designación de sus consejos generales locales a través de un proceso de selección realizado por el consejo general del INE; además de que la autoridad superior la tendría el instituto nacional con facultades como la atracción, asunción o delegación y la atribución absoluta en acceso a radio y televisión, fiscalización y la capacitación y asistencia electoral. Pues bien, algunas voces críticas señalaban que los OPLES eran el preludio de la federalización de las elecciones al perder atribuciones y supeditarse a la autoridad del INE, aunque hay que señalar que esta aparente sumisión al INE era para evitar que los OPLES fuesen sumisos a los gobiernos estatales en turno como realmente sucedía; tal era caso del extinto IEPC cuyo titular era un miembro más de la distinguida clase política estatal que no garantizó en ningún momento la imparcialidad de las elecciones locales, por ello la reforma era necesaria y pertinente, sin embargo, tal y como se vaticinaba, la posibilidad real de desaparecer ha llegado. En lo personal participé en el proceso de selección de la integración del primer consejo general del OPLE en Coahuila, cuyo proceso constaba de tres fases: examen de conocimientos en compresión lectora, matemáticas y sistema político electoral, después un ensayo y para finalizar una entrevista realizada por miembros del consejo general del INE. En ese entonces superé las dos primeras pruebas con las calificaciones más altas ya en promedio, sin embargo, en la fase de entrevistas Lorenzo Córdova, Pamela San Martín y otro consejero cuyo nombre no recuerdo consideraron que no tenía los elementos necesarios para ser miembro del consejo del naciente IEC. Fueron designados quienes tuvieron calificaciones más bajas e incluso uno de ellos no aprobó una de las etapas, pero al solicitar revisión se le dio la razón a sus argumentos y siguió en el proceso. Hasta la fecha dudo de la objetividad del proceso final, pues la entrevista no debía tener más peso que los conocimientos al ser esta última subjetiva y los electos algunos con nexos directos con partidos políticos. Es decir, el proceso es bastante cuestionable cuando se llega a la etapa política, en la que los juegos del poder hacer aparición, por eso considero que los OPLES más que desaparecer deben volver el proceso 100% imparcial al prescindir de la entrevista y poner mayor peso a los conocimientos, aptitudes e historial o trayectoria de los aspirantes, por ejemplo, que sean totalmente apartidistas; y si esta condición no cambia, entonces en lo personal estoy de acuerdo con la federalización y desaparición de los OPLES, pues por lo menos nos ahorraríamos el gasto de mantener estos institutos si al final son criterios políticos y no meritocráticos los que deciden la designación de los integrantes de los consejos electorales en las entidades federativas de nuestro país. Que se perfeccionen o se extingan.
